Estados Unidos. Los trabajadores académicos de la Universidad de California autorizan la huelga para defender el derecho a protestar

El 15 de mayo -el mismo día que se conmemora Nakba, las masacres y el desplazamiento forzoso que obligaron a los palestinos a abandonar sus tierras para crear el Estado de Israel- el mayor sindicato de trabajadores académicos de Estados Unidos, UAW 4811, votó a favor de autorizar una huelga en protesta por la represión al activismo pro palestino en los campus de la Universidad de California.

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Con un 79 % de votos a favor, este resultado pone a 48.000 trabajadores académicos de 10 universidades un paso más cerca de la huelga para defender el movimiento palestino y el derecho a la protesta. La junta ejecutiva del sindicato decidirá esta semana si sigue adelante con una primera ronda de huelgas “stand up” en los distintos campus.

UAW 4811 representa a más de 48.000 trabajadores académicos, estudiantes de postgrado, postdoctorales e investigadores. Según el sindicato, unos 20.000 trabajadores participaron en la votación para autorizar la huelga en protesta por la severa represión de la universidad contra los estudiantes y trabajadores académicos que participaron en acampadas y protestas a favor de Palestina durante las últimas semanas.

El sindicato acusa al sistema universitario de prácticas laborales injustas, entre las que se incluyen la violación del «derecho a participar en protestas pacíficas en el lugar de trabajo» y la suspensión de los estudiantes trabajadores. En otras palabras, el sindicato UAW 4811 está dispuesto a ir a la huelga hasta que la universidad retire los cargos penales y las sanciones académicas contra los cientos de estudiantes y trabajadores que se solidarizaron con el pueblo palestino.

El sindicato tomó la histórica decisión de convocar la votación de autorización de la huelga después de que los administradores universitarios impusieran una dura represión a los campamentos de "Solidaridad con Gaza" que se establecieron en más de 100 campus de todo Estados Unidos. Los manifestantes, estudiantes y profesores, exigen el fin del genocidio de Israel contra el pueblo palestino y piden a sus universidades que revelen y retiren sus inversiones en el Estado de Israel.

Las protestas están sacando a la luz los profundos lazos económicos que unen a Estados Unidos y a las demás potencias imperialistas con Israel, relaciones que han apoyado y financiado políticamente el proyecto colonial en Palestina durante 76 años, así como el asesinato de más de 35.000 palestinos desde el 7 de octubre de 2023. Los campamentos se han extendido por todo el mundo, desde Europa hasta América Latina.

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Calificando las protestas de «antisemitas», «violentas» y de ser iniciativa de los llamados «agitadores externos», las autoridades universitarias han pedido a los gobiernos locales y a la policía que disuelvan las ocupaciones. Más de 2.000 estudiantes y profesores han sido detenidos sólo en el último mes en Estados Unidos. Muchos se enfrentan a diversos cargos, incluidos delitos graves. Se arriesgan a ser expulsados, suspendidos, desahuciados y a perder su trabajo y sus ingresos.

La represión ha sido especialmente brutal en los campus universitarios. El 30 de abril, el campamento de UCLA fue atacado por grupos sionistas durante horas; los atacantes utilizaron sprays químicos, fuegos artificiales y otras armas para agredir a los manifestantes pacíficos del campamento. Decenas de personas resultaron heridas en el ataque. Mientras tanto, la policía de Los Ángeles se mantuvo al margen, negándose a responder durante horas. Los miembros del campamento y de la comunidad se defendieron; al día siguiente del brutal ataque sionista, más de 1.000 personas se movilizaron para proteger el campamento.

Tras ver las fuertes muestras de apoyo al campamento, la policía de Los Ángeles entró en escena para terminar el trabajo iniciado por el grupo sionista. Disolvieron violentamente el campamento y detuvieron a más de 100 estudiantes y trabajadores universitarios. También enviaron a la policía a barrer el campamento establecido en la Universidad de San Diego. Casi 100 personas fueron detenidas. Los estudiantes se enfrentan a una suspensión inmediata. El miércoles, la Universidad de Irvine llamó a las fuerzas del orden al campus para barrer el campamento que había permanecido allí durante dos semanas y desalojar una sala de conferencias que había sido tomada por cientos de estudiantes.

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Como hemos visto en los campus de todo el país, el profesorado y los trabajadores académicos están arriesgando sus vidas para proteger a sus estudiantes y compañeros. Los trabajadores de UAW se manifestaron para defender el campamento de la Universidad de Nueva York (CUNY) y los profesores hicieron un cordón para impedir que la policía se abalanzara sobre sus estudiantes, y se manifestaron para impedir que la policía entrara en un campamento instalado en el City College.

Pero los sindicatos académicos están yendo más allá a medida que aumenta la represión. El profesorado de la CUNY se solidarizó con las reivindicaciones de la acampada, repudió la violenta represión de las autoridades y exigió que se retiren inmediatamente los cargos contra estudiantes y trabajadores. Los estudiantes trabajadores de la Universidad de Columbia también están organizando protestas en defensa de los estudiantes y trabajadores manifestantes.

Ahora UAW 4811 está utilizando su considerable poder para defender el derecho a protestar, uniendo sus armas al movimiento estudiantil y amenazando con utilizar la mejor arma de su arsenal: la huelga. Según una declaración del sindicato, los trabajadores exigen:

• Amnistía para todos los empleados académicos, estudiantes, grupos de estudiantes, profesores y personal que se enfrenten a medidas disciplinarias o detenciones por protestar.
• Derecho a la libertad de expresión y a la expresión política en el campus.
• Retiro de las inversiones de la UC en fabricantes de armas, contratistas militares y empresas que se benefician de la guerra de Israel contra Gaza.
• Divulgación de todas las fuentes de financiación e inversiones, incluidos contratos y subvenciones, a través de una base de datos accesible al público y actualizada.
• Facultar a los investigadores para que se abstengan de participar en fuentes de financiación vinculadas al ejército o a la opresión de los palestinos.

Con la autorización de la huelga, los trabajadores de la UAW están expresando definitivamente que sus sindicatos son lugares de lucha contra la explotación en sus lugares de trabajo, pero también contra los ataques del Estado a nuestros derechos democráticos. Esto está despertando el miedo en los corazones de las autoridades universitarias. Como admitió una portavoz de la Universidad de California en un comunicado: [el sistema universitario] “cree que una huelga sienta un precedente peligroso que introduciría cuestiones no laborales en los acuerdos laborales”.

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Temen la entrada del movimiento obrero en la lucha por Palestina y temen el crecimiento de la influencia de un sector del movimiento obrero que lucha contra la explotación y la opresión con sus propios métodos que pueden paralizar la universidad y la economía.
Ahora que los afiliados han votado a favor de la huelga, la dirección del sindicato podrá convocarla en cualquier momento. Pero debería corresponder a los trabajadores de base decidir cuándo y por cuánto tiempo se declaran en huelga.

Las y los 48.000 trabajadores son una fuerza considerable que puede inclinar la balanza a favor de los manifestantes que están en el punto de mira en California; lo dejaron claro en la huelga de 2022 en todos los campus de la Universidad de California para reclamar urgentemente mejoras salariales y de prestaciones. Pero aprovechar todo el alcance de ese poder requiere la participación activa de los miembros de base que deciden cómo seguir adelante con la lucha y, lo que es crucial, cómo ampliar su apoyo a los demás sectores del movimiento.

Con las universidades y el Estado intensificando su represión, y el movimiento en una encrucijada para imponer sus demandas, es necesario soldar la unidad de la clase obrera y el movimiento estudiantil y, al hacerlo, ampliar el movimiento por Palestina. Como vimos en CUNY, los campamentos reunieron a estudiantes y profesores para discutir y deliberar el camino a seguir para la lucha contra la represión y por una Palestina Libre.

Partiendo de esta perspectiva, es necesario que los trabajadores y los estudiantes se reúnan en espacios comunes, como asambleas, que sean independientes de la influencia de las autoridades universitarias y del Estado, para forjar un plan para las luchas futuras, para debatir estrategias y votar sobre acciones comunes democráticamente con el fin de ampliar el movimiento.

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Esta coordinación es necesaria para montar una amplia campaña que defienda el derecho a protestar y exija que se retiren todos los cargos contra los manifestantes y todas las sanciones contra quienes se manifiestan a favor de Palestina. Significa también atraer a nuevos sectores a la lucha. La perspectiva de una huelga de los trabajadores académicos de la UC nos muestra todo un horizonte. UAW representa a más de 400.000 trabajadores en Estados Unidos. Organizando un llamamiento de las bases, los trabajadores pueden exigir que el sindicato cumpla sus declaraciones a favor de un alto el fuego y sus denuncias a la represión y entre en la lucha, organizando amplias acciones sindicales que puedan poner en jaque a la maquinaria de guerra imperialista.

La represión a quienes protestan contra el genocidio en Palestina y la complicidad de los Estados imperialistas y sus aliados, está sentando un peligroso precedente que puede obstaculizar nuestros futuros movimientos y luchas contra la explotación y la opresión. La medida adoptada por los trabajadores de la UAW 4811 es un gran paso para unificar el movimiento obrero y el movimiento estudiantil en la lucha por Palestina.