La organización desde abajo entre estudiantes de la Universidad de Córdoba, la conquista de asambleas por facultades, la coordinación con organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos fue forjando esta campaña y la movilización del pasado jueves 13 de mayo. Queremos reflexionar en estas líneas lo que hemos conquistado y cómo seguir.
Lunes 17 de mayo de 2021 17:16
Miles se iban concentrando en Colón y Cañada. Adelante estudiantes procesados con nuestra barredora, atrás las asambleas de las facultades, referentes sindicales, la asamblea del CONICET junto a docentes universitarios. Le seguía una bandera grande del Encuentro por la Absolución con cientos estudiantes, centros culturales, agrupamientos de derechos humanos y organizaciones anti represivas. Todos los carteles, las pintadas, las intervenciones y los cánticos les daban forma a la vuelta a las calles de los estudiantes apoyados por organizaciones sociales y políticas detrás.
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La movilización de este 13 de mayo fue convocada por la asamblea Interfacultades y con la adhesión de más de 40 organizaciones estudiantiles, sindicales, culturales, populares, sociales y políticas fue un hecho en la Ciudad de Córdoba. También hubo acciones en CABA, Neuquén, Rosario y Rio Negro.
Se trató de una convocatoria construida desde abajo y con organización estudiantil: con asambleas en las facultades de Filosofía y Humanidades, Artes y Sociales, reuniones de coordinación desde la Interfacultades abiertas a organismos de derechos humanos, sindicatos y organizaciones sociales.
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Se pusieron en pie importantes espacios como el Encuentro Por la Absolución de las y los 27 estudiantes, con la presencia de centros de estudiantes, docentes universitarios, artistas, jóvenes precarizados de la RED, medios independientes, investigadores del Conicet, y otros.
Unos días antes, en el diario La Nueva Mañana publicó un artículo cuyo título era “’Absuelvan a los 27’: una amenaza se cierne sobre los hijos de la Reforma”, en la que entrevistaba a estudiantes procesadas y procesados, a Leticia Celli abogada procesada por defender a los estudiantes en la lucha. El título no exagera, como decía la declaración aprobada en el Consejo Directivo de Facultad de Filosofía que elaboró un docente de Letras “no podemos permitir que se siente un antecedente tan brutal de criminalización de la protesta social” en “una universidad pública cuyo prestigio se ampara en aquella Reforma que inauguró la toma de espacios públicos como forma legítima de ejercicio de la democracia universitaria”. Es que en la Córdoba de la Reforma del 18 pretender llevar a juicio a 27 estudiantes por defender la educación pública es para muchas y muchos inaceptable.
En el diario La Voz del Interior hace unas semanas leíamos "Estamos comenzando con una campaña para que se conozca este aberrante ataque a las libertades democráticas más elementales, como es la de luchar para defender nuestros derechos. Desde la vuelta a la democracia a esta parte no se registran antecedentes como éstos, en los que se pretende llevar a juicio a estudiantes por la toma de un pabellón, un método histórico del movimiento estudiantil”.
Los medios de comunicación provinciales y nacionales, diarios, radios y en vivo en la TV, dieron cuenta del hecho antes y después de esta movilización que fue un paso importante de coordinación entre estudiantes, movimientos sociales, organizaciones sindicales y jóvenes precarizados.
En Córdoba hay 27 estudiantes que van a ser llevados a juicio por tomar la facultad durante protestas contra el ajuste de Macri a la educación pública en 2018. Es una historia tremenda realmente. La contamos hoy en @Cronicanunciada y se puede escuchar acá https://t.co/GC5MtXymVz
— Poli Sabatés 💚 (@polisabates) May 14, 2021
¿Qué implicancias tiene lo hecho hasta ahora?
Se logró instalar en la agenda pública un hecho que hasta hace poco más de un mes era sólo discutido en sectores estudiantiles, en su mayoría por parte de quienes nos organizamos en corrientes de izquierda, que desde el año 2018 venimos impulsando instancias primero contra la imputaciones y luego contra los procesamientos. Un año y medio de virtualidad producto de la pandemia, ayudaron a desarticular y reducir los ámbitos de organización estudiantil. Por eso, no es menor que en plena segunda ola de covid-19 se haya logrado una amplia demostración de apoyo a la causa, una importante campaña y una gran movilización.
En primer lugar esto sirve mucho para defender a las y los procesados ya que, hasta ahora, la justicia venía avanzando de manera acelerada con poca resistencia. Ahora, tendrá que pensar dos veces si quiere continuar. Si avanzan para concretar el juicio y condenar no lo podrán hacer sin costo político. Como en toda lucha, la clave es la relación de fuerza que se construye entre los dos bandos.
El despliegue de la campaña, la movilización y el apoyo conquistado hasta ahora, hace más difícil imponer una lección para próximas luchas. Hace más difícil que se instale el miedo a la represión y la persecución. El antecedente ahora lo estamos poniendo nosotras y nosotros, luchando por el derecho irrestricto a la protesta. Este primer paso ayuda a modificar la relación de fuerza a favor de los estudiantes (y cualquiera que salga a luchar) contra el precedente represivo que intentan instalar.
Pero… ¿cómo llegamos hasta acá?
Desde que comenzaron los procesamientos intentamos darle la mayor visibilidad a esta causa. Audiencias públicas, campañas de apoyo, comités de lucha y movilizaciones. Hemos intentado una y otra vez poner en pie la organización desde abajo, exigiendo a los centros de estudiantes que se pongan a la cabeza de la lucha.
Pero cuando se conoce la elevación a juicio de la causa, se comenzó a dimensionar la gravedad del ataque en amplios sectores de la comunidad universitaria y redoblamos la apuesta.
Comenzamos con el petitorio de apoyo entre las y los docentes de la UNC que se “viralizó” y hoy cuenta con más de 600 firmas. Logramos que cinco consejos directivos de las facultades se pronuncien e impulsen medidas de apoyo como en Filosofía, Sociales, Artes, Arquitectura y Comunicación. La jornada Institucional en Filo, y la incorporación del pedido de absolución en el paro de Adiuc (sindicato de docentes universitarios) del jueves 6 de mayo
Iniciativas en el Congreso Nacional, como el proyecto presentado por Nicolás del Cañode repudio a la elevación a juicio de la causa, que firmaron los diputados Juan Carlos Giordano y Pablo Carro.
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Impulsamos en la Facultad de Filosofía y en Artes una juntada de avales para el llamado asamblea general, logrando que la conducción de ambos centros las convoquen. Luego se sumó la facultad de sociales. Pusimos en pie el Encuentro Por la Absolución con más de 100 participantes, centralmente estudiantes, pero también artistas, docentes universitarios, medios de comunicación independientes, 2 centros de estudiantes, estudiantes terciarios y jóvenes precarizados de la RED. Todo esto se logró gracias a la militancia de decenas de estudiantes independientes que se pusieron al hombro cada tarea.
Desde la Juventud del PTS impulsamos estos espacios abiertos y democráticos para desarrollar la organización, para que todas y todos tengan voz y decidan sobre la mejor forma de defendernos porque se necesitaban más y nuevas fuerzas. A esta organización por abajo le intentamos dar una expresión por arriba mostrando el enorme rechazo a la causa que empezábamos a percibir en amplios sectores, por lo que impulsamos una campaña de apoyos entre organizaciones sociales, de derechos humanos y políticas, que le diera más fuerza a la movilización y a la campaña.
Somos conscientes que muchas de las organizaciones estudiantiles que ahora ponen su firma y sellos en un flyer y una bandera en una marcha como La Bisagra, no han hecho muchos más en estos dos años que transcurrieron desde que se conocieron las imputaciones. Es más, son las organizaciones que durante la lucha del 2018 hicieron campaña en contra de los estudiantes que estábamos tomando el Pabellón Argentina. Sin embargo, siguen siendo las conducciones de los centros de estudiantes, por lo que no exigirles que se sumen a esta campaña, no buscar que se multipliquen las asambleas de base en cada facultad llamada por los centros de estudiantes, no solo no aporta nada a la lucha, sino que es lo más cómodo para estas organizaciones.
En cambio, nosotras y nosotros queremos que miles de estudiantes que tienen como referencia a La Bisagra, sean convocados a las asambleas y que se sumen a la lucha, haciendo una experiencia con estas conducciones.
Mientras impulsamos espacios como el Encuentro, campañas en las redes y en los medios, volcamos esa fuerza y la simpatía con la causa de las y los procesados para que esas organizaciones llamen a espacios más grandes de organización. De hecho, fue mediante la exigencia a las conducciones de los centros, abriendo el debate en cursos y grupos de las facultades, poniendo en pie distintas formas de organización estudiantil democráticas y de coordinación con otros sectores sociales, llamándolos a pronunciarse, adherir y movilizar, una de las razones más importantes por las que hemos dado estos primeros pasos.
Pero como decimos, es importante lo hecho hasta ahora pero no suficiente. Creemos que tenemos la tarea de que este apoyo que empezamos a lograr en la provincial tenga mayor alcance nacional, que sea una causa de miles en todo el país evitar que condenen a las y los estudiantes de Córdoba y de Río Negro. Multiplicar el alcance de la campaña que estamos comenzando para que sea apropiada por los sindicatos docentes nacionales, por el conjunto de los centros de estudiantes y federaciones, buscar el apoyo público de sindicatos, organizaciones sociales, de derechos humanos, sectores de la cultura y el arte. Mostrarle a la justicia que no vamos a parar hasta la absolución y que detrás de las y los 27 hay miles que apoyamos y nos organizamos.
La vigencia de nuestras demandas y qué alianza social queremos conquistar
Una conclusión importante es que en un régimen como el cordobés, de una férrea alianza entre gobiernos, justicia y medios de comunicación, con una oposición política que es parte de ese entramado (incluyendo el kirchnerismo que está completamente integrado) esta lucha logró hacerse un espacio y conquistar un gran apoyo, lo que ya es bastante meritorio.
Pero las y los estudiantes queremos poner sobre la mesa que las demandas del 2018 son más necesarias que nunca. Acá no se trata sólo del gobierno de Macri, hoy la situación es crítica en la juventud. Argentina tiene un 42,5 % de pobreza, en la juventud esas cifras se elevan a más del 55%, la desocupación alcanza un cuarto de la juventud, la precarización es la regla y la pandemia sigue empeorando las condiciones de vida del pueblo trabajador y las nuevas generaciones.
Para dar otro dato en el mismo sentido, ahora se conocieron los rechazos masivos al plan Progresar dejando a miles de estudiantes sin becas. Mientras, el gobierno nacional prioriza el pago de la deuda al FMI a costa de profundizar la crisis sobre toda la población.
Muchas y muchos somos conscientes de esta realidad. Entonces, si nos empezamos a mover y organizar ¿por qué limitarnos sólo a una lucha defensiva contra la Justicia? ¿Por qué no podemos levantar las banderas contra la deserción estudiantil o las condiciones en las que vivimos y trabajamos la juventud?
La primera responsabilidad está en las actuales conducciones de los centros de estudiantes que han vaciado todo espacio de organización democrática, que han limitado el rol de los centros a gestionar demandas mínimas. En poner sus recursos para que el movimiento estudiantil no debata y no participe como un actor más en la realidad política. Pero nosotras y nosotros que nos empezamos a organizar tenemos el desafío de transformar esta situación. En profundizar y ampliar espacios como los que han surgido mediante el Encuentro por la Absolución, en pelear para que las asambleas en las facultades se conviertan en un hábito y no en la excepción.
En convocar a las y los estudiantes por el conjunto de sus demandas, para que nadie se quede afuera de la universidad, para luchar por becas, ampliación del comedor, mejores condiciones de cursado. Incorporar estas demandas no va a debilitar la lucha por la absolución de las y los compañeros sino que la va a fortalecer, sumando a más estudiantes que vean en estos espacios un lugar propio de organización para la lucha por sus demandas. Convocando también a la juventud trabajadora que no cuenta con sindicatos ni ningún tipo de representación. ¿Por qué los centros de estudiantes no pueden ser un lugar de organización para el conjunto de la juventud? ¿Por qué no se puede ir forjando esa alianza social? Las demandas y las necesidades existen, pero tenemos el desafío de fortalecer una fuerza que las logre unificar para una lucha común para que la juventud en su conjunto y el movimiento estudiantil sean un actor en esta crisis social que todos los días arroja a más compañeros y compañeras fuera de la universidad y a más jóvenes a la pobreza y la desocupación.
En este camino iremos encontrando nuevos aliados, nuevas fuerzas, como se demostró en la movilización del jueves junto a distintas organizaciones sociales. Bajo la bandera de la absolución, creemos que tenemos la tarea de ampliar la organización desde abajo, sumar más compañeras y compañeros, incluir demandas para fortalecer la lucha por el derecho a la protesta y construir una fuerza social que empiece a ser protagonista en la crisis en cursos. A esta tarea queremos aportar desde la juventud del PTS.
A pocos días del aniversario del Cordobazo -la importante gesta que mostró la potencialidad de la unidad obrera, estudiantil y popular- cuya tradición queremos retomar, te invitamos a compartir reflexiones, a sacar conclusiones en común y conversar sobre cómo seguir en un plenario abierto virtual este 29 de Mayo.
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