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Red Internacional
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ESCUELAS NORMALES. Luchan por mejores condiciones para la educación y el Estado y las autoridades los reprimen

A casi un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, el Estado y las autoridades a cargo de las escuelas normales han degradado las condiciones para que los normalistas estudien, y cuando éstos salen a luchar por mejores condiciones de estudio y por rescatar a las normales como instituciones de enseñanza para futuros educadores, lo que reciben como respuesta es represión.

Martes 22 de septiembre de 2015

A casi un año de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, lo que al Estado parece importarle más que encontrarlos es imponer a toda costa la reforma educativa. Esto pasa por reformar a las escuelas normales, desapareciendo todas las especialidades en las que se dividen los distintos planteles, para así homogeneizar la educación y forzar a los estudiantes a que estudien posgrados para especializarse en la materia que quieran dar.

Cabe mencionar que el hecho de extender más el tiempo de estudio no garantiza que la educación sea de mejor calidad, ni que los alumnos puedan brindar mejores servicios como maestros Lo que sí pasa es que los costos de estudio son altos y los estudiantes normalistas, apoyados por sus familias, son los que tendrán que valorar si son capaces de costear el precio de su educación por más tiempo.

Anteriormente, los dos turnos con los que contaban las normales, permitían a los estudiantes tener un trabajo de medio tiempo y estudiar por la tarde o por la mañana, actualmente las escuelas se han ido vaciando a tal punto que el turno de la tarde en la Escuela Normal Superior de México (ENSM) está prácticamente aniquilado, muchas de las especialidades no se abrieron y las que se abrieron aceptaron a un número de aspirantes menor al total de la matrícula disponible.

Además del número reducido de estudiantes que ahora se admite, la burocracia de las autoridades ha causado la baja de varios estudiantes, no debido a un bajo desempeño académico, sino por la acción de las autoridades. En el caso del compañero Aldo Santos, quien fue expulsado por ponerse al frente de las luchas dadas junto con sus compañeros, exigiendo justicia para los normalistas de Ayotzinapa y por la mejora de las condiciones de las normales, así como por el respeto a los derechos de aspirantes, alumnos y trabajadores; ha recibido gran apoyo de la comunidad de la ENSM y de trabajadores de la educación que se han enterado con indignación de su situación.

Desde La Izquierda Diario (LID) hemos impulsado una campaña de firmas, exigiendo la revisión del examen que usaron como pretexto para expulsar al compañero y que sea reinstalado de forma inmediata en el plantel; lo que ha traído frutos con la admisión de la demanda de amparo interpuesta por la violación de su derecho a la educación, que todavía tenemos que pelear porque sea aprobada.

Tocan a uno, tocan a todos

Recientemente los normalistas de la escuela rural “Benito Juárez” en Panotla, Tlaxcala; salieron a movilizarse por mejores condiciones para sus escuelas, por la ampliación de la matrícula y para que se redujera el promedio que la escuela solicita para el ingreso a los estudiantes. Ante eso, el gobierno de Tlaxcala, a cargo de Mariano González Zarur, mandó granaderos para reprimir su lucha, incluso encarcelaron a Gonzalo Zamora, un compañero de la Normal Rural de Tenería, que les estaba brindando apoyo. Cabe recordar que esta institución del Estado de México había sufrido el intento de desaparición por la entonces administración del gobierno de
Enrique Peña Nieto en 2008.

Ante esto se multiplicó el apoyo expresado por personas de la comunidad, por organizaciones políticas y sociales a través de redes, y por los mismos medios de comunicación -como La Izquierda Diario, desde donde difundimos la declaración del Movimiento de los Trabajadores Socialistas, Agrupación Política Nacional que impulsa este medio, repudiando la represión y exigiendo el cumplimiento de sus demandas-.

Al final se logró que las autoridades de la normal de Panotla aceptaran reducir el promedio de ingreso a 7 (aunque la lucha es por reducirlo a 6), lo que es un gran logro para la comunidad estudiantil, pues es una lucha ganada en contra de la clasificación de las y los estudiantes a través de la calificación que les imponen los maestros, la cual no es muestra de la verdadera inteligencia y disposición vocacional de los alumnos.

Esta muestra de represión no es aislada, sino que ha sido la respuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto ante las movilizaciones en todo el país.

Para ambas luchas, la posibilidad de triunfar está en multiplicar el apoyo de organizaciones, compañeros y personas adherentes a su lucha. De igual forma está planteado esto en la lucha por la aparición con vida de los normalistas de Ayotzinapa, en la que los organismos sindicales y democráticos de la educación deben intervenir con sus propios métodos de lucha para echar abajo la “verdad histórica” del gobierno y para derrotar la reforma educativa que lastima la educación pública y los derechos laborales de los trabajadores del sector educativo.

Por eso es que debemos impulsar el paro de 24 horas resuelto por la CNTE para el próximo 12 de octubre y la movilización en las calles este 26 de septiembre, nutriéndolos con el apoyo de todos los sectores de la educación, así como el de las organizaciones sindicales que se reivindican democráticas, como la NCT y la UNT.

Es fundamental fortalecer y ampliar la lucha por la educación pública para los hijos de los trabajadores y por justicia ante los crímenes perpetrados por el gobierno en contra de los trabajadores y el pueblo, como es el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Con información de Contralínea.