Como en todos los aspectos de la vida, el machismo se encuentra presente en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde el 45% de los atletas son mujeres.
Sábado 20 de agosto de 2016
No hizo falta que comenzaran los Juegos Olímpicos; desde la previa ya comenzaron a aparecer frases sexistas en muchos medios. Es que los juegos se realizan en Río de Janeiro y la expectativa ya estaba puesta en lo algunos llamaron “la más ceremonia de inauguración más sexy de todos los tiempos”.
Días antes de comenzar los Juegos Olímpicos, ya podía leerse, en una enorme cantidad de medios, que los trajes para la ceremonia inaugural habían sido diseñados “para mostrar el máximo de carne posible”. Y concluían: “al fin y al cabo esto es Brasil, donde el cuerpo de la mujer se celebra como en ningún otro lugar de la Tierra". Frase muy poco acertada, teniendo en cuenta que hace muy poco se reveló que en Brasil una mujer es violada cada 11 minutos. Y que incluso podrían ser más, ya que muchas mujeres no se animan a denunciar esas violaciones.
El aspecto físico de las deportistas, un gran protagonista
Es muy común escuchar a los comentaristas de los Juegos referirse a las mujeres que compiten, por su apariencia física, algo pocas veces ocurre con los hombres. Lo mismo sucede en los medios e incluso en las redes sociales.
A principio de mes, el Diario Olé, publicó una nota titulada “Las muñecas suecas”, exclusivamente dedicada a hablar de la belleza de las deportistas del país escandinavo. “Rubias a más no poder, ojos claros por doquier y figuras estilizadas…”, era lo evidentemente importante para este diario, que ya nos tiene acostumbrados a titulares machistas.
Las redes sociales no se quedaron atrás. La gimnasta mexicana Alexa Moreno fue discriminada en Twitter por su aspecto físico y por lo que muchos consideraban sobrepeso. Poco importaron su enorme destreza y sus ocho horas diarias de entrenamiento, que la llevaron a ser la candidata mexicana a participar en los Juegos en dicha disciplina.
La misma suerte corrió Teresa Almeida, la arquera de la selección femenina de handball de Angola, cuando el diario español Marca publicó un tuit donde destacaba su peso, con unos desafortunados emoticones.
Guendalina Sartori, Lucilla Boari y Claudia Mandia fueron las competidoras italianas en tiro con arco. Luego de una gran actuación en los Juegos Olímpicos, quedaron en el cuarto puesto, perdiendo, por poco, la medalla de bronce. Ante esto, el diario italiano QS Quotidiano Sportivo, tituló la noticia como “El trío de las gorditas roza el milagro olímpico”. Tan generalizado fue el repudio, que valió el despido al director del diario, Giuseppe Tassi.
Como estos, sobran los ejemplos en los medios, donde es notorio cómo, cuando una mujer consigue una victoria, se dedica más tiempo a hablar de su apariencia que de sus logros.
Detrás de toda gran mujer... ¿hay un gran hombre?
Como si fuera poco tener que escuchar en los medios que se hable más de la vida personal, de la apariencia, de la vestimenta o del estado civil de las brillantes atletas que participan de los Juegos de Río, otra cosa que se puede observar es cómo, ante el triunfo de una atleta, rápidamente se la relaciona con un hombre.
Ejemplo de esto fue el tuit del periódico norteamericano Chicago Tribune, cuando ganó el bronce Corey Cogdell, la experimentada tiradora norteamericana, quién además de estar participando en su tercer juego olímpico, también ganó la medalla de bronce en los Juegos de Pekín 2008. Sin embargo, el periódico prefirió llamarla “La mujer de un defensa de los Bears…” en Twitter.
Wife of a Bears' lineman wins a bronze medal today in Rio Olympics https://t.co/kwZoGY0xAX pic.twitter.com/VZrjOvr80h
— Chicago Tribune (@chicagotribune) 7 de agosto de 2016
La nadadora húngara Katinka Hosszu ganó en estos juegos 3 medallas de oro y una de plata. Además, en la competencia de 400 metros individual combinados, sorprendió a todos bajando dos segundos el récord mundial en esta prueba. El comentarista de la NBC, que transmitía en vivo la competencia, no dudó en declarar: “Él es el tipo responsable de este triunfo. Has de fijarte cómo ha cambiado su motivación desde que él la entrena”, refiriéndose al marido de la brillante nadadora.
Pero si la húngara no llegó a ser la mejor en la piscina olímpica, es por la participación de la estadounidense Katie Ledecky, que ya lleva en su haber 4 oros y una plata, también consiguiendo récord mundial en la final de 800 metros libres. Para su compatriota, el nadador Ryan Lochte, quien ha entrenado mucho con ella, el motivo de la excepcionalidad de Katie es que “Nada como un hombre. Su brazada, su mentalidad, su fuerza... no he visto eso en ninguna otra chica”.
Las mujeres tuvieron su primera participación en un Juego Olímpico en el año 1900 en París, compitiendo en tenis, golf y croquet. Hoy, 116 años después, están presentes en cada disciplina, donde deslumbran a cualquier espectador.
Sin embargo, estos pocos ejemplos de machismo y discriminación -que son parte de una enorme lista- y que se suma a la interminable cantidad de rankings sobre “las deportistas más lindas” de los Juegos Olímpicos, opacan las brillantes presentaciones de grandes deportistas, que entrenan durante años y muchas horas por día, para poder ser parte de una de las principales competencias deportivas del mundo.