El conflicto por las suspensiones en la ex Stani llegó al Congreso. El diputado Máximo Kirchner denunció el acuerdo entre Rodolfo Daer y la empresa (homologado por el Ministerio de Trabajo) por dejar que una empresa “stockee un mes y luego suspenda”. Pero no es de esa forma como atacan a los trabajadores. El acuerdo homologado por el ministro Moroni, además de las rebajas de ingresos por suspensiones incluye la posibilidad de que la empresa reincorpore a su gusto y en cuotas.
Lunes 18 de mayo de 2020 00:35
En la última sesión de la Cámara de Diputados, Máximo Kirchner tomó la palabra y denunció que, luego de saberlo por la diputada Myriam Bregman, “en la ex Stani, hoy Mondelez. Tope de gama de fábricas de alimentos. Tope de gama, entre las tres más grandes o cuatro. Que los puso a producir a los trabajadores golosinas bajo, obviamente, el título de la industria alimenticia y servicio esencia’. Se stockeó todo lo que pudo, dijo ‘hasta acá llegué’ porque ya estaba llena de stock (o sea, produce con el valor actual para vender vaya a saber a cuánto todas esas golosinas) y le baja el sueldo a los trabajadores y las trabajadoras, suspendiendo la actividad... Equivocadamente el Gobierno había homologado este acuerdo”. Agregó que él espera “que se corrija eso”.
Esta es la pura verdad, confirmó lo que vienen sosteniendo los trabajadores en asambleas y la denuncia llegada desde ese nivel puso incómodo a quienes firmaron el acuerdo, empezando por la propia burocracia sindical y al Secretario General del Sindicato de los Trabajadores de Industria de la Alimentación Rodolfo Daer quien en particular no quiere que nadie ponga en cuestión una coma de los acuerdos anti obreros que firman a diario con las empresas, dejando cientos de miles de trabajadores sin cobrar el total de sus salarios en medio de la pandemia.
Los propios trabajadores de la ex Stani, hoy Mondelez Planta Victoria, tomaron la noticia como una confirmación de parte de su denuncia. Sin embargo, al día de hoy, las suspensiones ya rigen y el acuerdo está vigente gracias a la homologación hecha por el gobierno y el Ministerio de Trabajo que conduce Claudio Moroni.
La pelea de los trabajadores de Mondelez no se limita a exigir que no haya suspensiones con rebaja salarial siendo un monopolio de un capital incalculable. Aunque es escandaloso, ya que en el “acuerdo” se pierdan miles de pesos por trabajador al quitarse las horas que los sábados se cobraban al 100 %, más los premios de productividad que significaban una parte importante de sus ingreso que dejarán de percibir, donde habrá casos que lleguen a una pérdida de entre $ 12.000 y $ 22.000, además de la rebaja por la suspensión.
Denuncian también un punto realmente inédito del acuerdo entre la empresa y Daer, el punto 2. Este dice textualmente que “en caso de que durante el transcurso de la suspensión aquí pactada, se levantare el aislamiento preventivo social y obligatorio y se reactivara el trabajo, la empresa podrá solicitar a los trabajadores, en forma gradual, su reincorporación a la actividad normal y habitual”.
Y luego agrega, para que no queden dudas, que “no obstante, en caso de que se llegue al 13 de junio de 2020 (fecha de finalización de las suspensiones NdE) y haya finalizado el aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero no se haya reactivado el trabajo en el nivel necesario para la reincorporación de la totalidad de los trabajadores comprendidos en esta suspensión concertada, ambas partes acuerdan en revisar los términos del presente a fin de acordar una prórroga de sus alcances por un nuevo periodo”.
Es decir que la empresa y el sindicato se arrogan el derecho a ir levantando las suspensiones eligiendo a gusto quiénes vuelven y quiénes no. Por si fuera poco, también tienen derecho a prorrogar el “acuerdo” por el tiempo que consideren, incluso más allá de la crisis sanitaria y eligiendo también la posibilidad de hacerlo en forma parcial.
Esto, que es lo más grave que homologó el ministro de Trabajo Moroni, estuvo ausente en la denuncia pública del oficialismo en la Cámara de Diputados y es el punto que los trabajadores en asamblea exigen que caiga.
Este modus operandi ya lo vimos en Lear en 2014, cuando los compañeros fueron primero suspendidos masivamente, luego un sector fue reincorporado a sus tareas y, finalmente, los suspendidos, luego de meses, fueron despedidos cuando la planta ya estaba andando, con menos trabajadores, más temor, más ritmos y dictadura patronal.
Los trabajadores de Mondelez vieron estos conflictos y ya saben cómo actúan patronales y burocracia. Quedan demasiado cerca y pasó poco tiempo para que ingenuamente Daer y Mondelez opinen que se han olvidado de esto y que se quedarán de brazos cruzados esperando.
No cabe la menor duda de que ni la patronal, ni Daer ni todos los que pretendan repetir esta historia podrán evitar pagar el precio de semejante puñalada por la espalda. Es por esto que los trabajadores votaron expresamente en asamblea que ese punto debía caer, que tenía que ponerse una fecha de regreso y que lo hagan todos juntos, con la obvia sospecha de las maniobras que deja abierta este acuerdo.
Como si la lucha de los trabajadores se limitara a que las suspensiones sean pagas al 100 %, cosa que la patronal, llegado el caso, con o sin ayuda del Gobierno, podría hacerlo ya que si algo tiene es dinero.
Para completar el cuadro, hicieron aparición en escena los delegados de la ex Kraft, hoy Mondelez - Planta Pacheco del PCR que, luego de concurrir con una delegación a una actividad de lucha en la puerta de la planta de Victoria y rechazar el acuerdo, trajeron a una abogada para “asesorar” a los delegados. Éstos respondían a Daer pero se opusieron al acuerdo. Contra la votación de la asamblea, la abogada del PCR presentó un escrito donde dejó sin incluir la exigencia de que el punto dos debe ser impugnando y que todos deben entrar juntos y en la misma fecha.
Los delegados pusieron su firma a ese escrito. Visto esto, una nueva asamblea por unanimidad votó que se incorpore a la presentación de la abogada esta exigencia que "se le pasó" en su presentación. Al día de hoy, no hay noticias de que lo haya hecho.
El lunes habrá una audiencia y los trabajadores exigen que este punto no pueda ser negociado a cambio de nada. El PCR, hoy en calidad de asesor, tiene su propia trayectoria en desobedecer las votaciones de asamblea. Ya en el 2009 en Kraft Pacheco “desoyó” una votación de asamblea que había dispuesto no firmar ningún acta si no incluía la reincorporación de todos los despedidos. Sin embargo, cuando llegaron al Ministerio estamparon su firma, dejando a 53 trabajadores en la calle. Dijeron que era “un primer paso”. El segundo no vino nunca más.
Ahora siendo parte del Frente de Todos, el PCR debe haber “mejorado” sus propios métodos antidemocráticos, más aún luego de años de convivencia con Daer en Kraft en la Comisión Interna.
Por eso se está preparando una lucha en serio. Exigimos obviamente como lo votó la asamblea, la impugnación del acuerdo Mondelez-Daer de conjunto, que no haya ninguna suspensión con rebaja salarial sino licencias al 100 %, que se establezca el día de ingreso de todas y todos las trabajadores juntos y que nadie quede afuera. Impedir de esta forma, el ataque a los luchadores, la desorganización de la fábrica y la flexibilización al conjunto de los trabajadores.
Esta lucha es un gran desafío para impedir que los empresarios y la burocracia quieran avanzar sobre los trabajadores y mostrar que se los puede enfrentar. Con todas nuestras fuerzas tomaremos esta desafío para que ni un compañero o compañera quede sin su puesto de trabajo, mucho menos en medio de la crisis actual. Ninguna familia en la calle. Con la unidad de los trabajadores podemos impedir todo ataque.
Camilo Mones
Trabajador de la alimentación, despedido de Kraft y PepsiCo. Referente de la lista Bordó, oposición en el gremio de la alimentación. Dirigente del Movimiento de Agrupaciones Clasistas (MAC | PTS + independientes)