Hace 2 años y medio tomé el desafío de venir a militar a Quilmes. Sabía que allí estaba una compañera referente de la lucha de los DDHH, contra el gatillo fácil y quien sufrió, hace 17 años en carne propia, a la maldita bonaerense: Carla Lacorte.
Sábado 2 de junio de 2018
El balazo que dejó a Carla en una silla de ruedas en junio del 2001 fue el inicio de un triste récord de casos de gatillo fácil, la expresión concreta de la política represiva de un gobierno que quería naturalizar mayor presencia y violencia policial frente al estallido de la crisis política, social y económica que se avecinaba. En ese entonces Ruckauf era el gobernador de la Pcia. de Bs. As..
En concreto esta politica llevó a los 38 asesinatos de diciembre, donde a fuego, bala y sangre buscaron ahogar el estallido social del 19 y 20. En junio del 2002, el asesinato de Darío y Maxi, bajo las órdenes de Duhalde y Anibal Fernandez generó una fuerte crisis política donde no sólo se tuvo que llamar a elecciones anticipadas, sino que también marcó una crisis para la política represiva del gobierno. El discurso de los DDHH que tomaría el Kirchnerismo no cayó del cielo, fue, una vez más, una necesidad política para contener a la bronca del 2001 que no pudieron derrotar.
La policía y todo el aparato represivo, bajo las órdenes del estado burgués y que detenta el control del monopolio de la violencia, no actúa desinteresadamente en defensa de las leyes o del "órden" de foma abstracta o ahistórica, sino que lo hace según los rítmos y las necesidades políticas. Cabe preguntarse de qué sector es esa necesidad, ¿no?
El resto es historia que podrán leer en las páginas de este diario, sobre el caso de Carla, la actualidad de la campaña contra la libertad anticipada del ex oficial Salmo, las contradicciones y cómo se prepara el estado en materia represiva de cara al cuarto saqueo que quiere imponer el macrismo y sus cómplices.
¿Pero quién es Carla más allá de su destacado rol de referente y luchadora de los DDHH? Esa también fue mi incógnita cuando llegué a Quilmes. Me hubiese gustado que quede retratada mi cara de pavor y desconcierto cuando, una de las primeras veces que la vi, me saludó con un "disculpá que no me levante". Lejos de ubicarse como una víctima impotente frente a una limitación física, es un ejemplo con patas (y ruedas, me corregiría ella) de no sólo cómo sobreponerse a las adversidades, sino cómo hacer de esa experiencia de vida una razón más para enfrentar al aparato represivo y sus políticas de muerte y acoso, así cómo transformar de raíz este mundo de opresión y explotación capitalista.
Compartimos no sólo un profundo amor por los animales, no sólo una enorme campaña electoral en el 2017 donde quedó en las puertas de ser concejala por el Frente de Izquierda y que nos dejó como balance una amistad y complicidad entrañable, no sólo acuerdos, risas, desacuerdos y unas cuantas discusiones, sino que compartimos el mismo proyecto: la militancia en el Partido de los Trabajadores Socialistas y la necesidad de que nuevos y más compañeros y compañeras se sumen a este proyecto.
Es un orgullo compartir filas con compañeras como Carla, no sólo por su militancia política, sino porque es con gente de esa calidad humana sobre la cual queremos poner en pie un nuevo mundo.
Te quiero, compañera y amiga. A 17 años del balazo de José Salmo no hay mejor homenaje que luchar contra la libertad anticipada que quieren darle a Salmo. No hay mejor homenaje que luchar contra el fortalecimiento del aparato represivo que hoy se expresa claramente en la Doctrina Chocobar y que busca con la sangre del pueblo pobre y trabajador imponer un nuevo saqueo a la clase trabajadora. Invito a todos los lectores a sumarse a esta campaña.