El vocero Adorni difundió la versión final del texto que se firmará en Tucumán, no se sabe con quién. Incluyó la educación, que tiene que ser “útil, moderna y sin abandono”. Lo hace mientras millones de pibes se suman a la pobreza, ataca el salario docente y su derecho de huelga. ¿Qué punto retiró?
Miércoles 3 de julio 14:07
El Gobierno difundió hoy la actualización del contenido del Pacto de Mayo. El texto original, de 10 puntos, había sido presentado el 1 de marzo, frente a la Asamblea Legislativa.
Nueve de los diez ítems se mantienen iguales, pero hay un enroque. Se incorpora en el punto 4 “Una educación inicial, primaria y secundaria útil y moderna, con alfabetización plena y sin abandono escolar”. Sale el artículo 9 que inicialmente establecía “Una reforma política estructural, que modifique el sistema actual y vuelva a alinear los intereses de los representantes y los representados”.
El pedido habría sido de la oposición “dialoguista”, que viene apoyando las medidas y leyes del libertariano. Parece que no habrá “reforma política”. Es lógico. El negocio de La Libertad Avanza ha sido negociar con la casta, como la llamaba Milei hasta hace poco. Aunque nadie podía esperar más libertades democráticas ni derechos políticos de la mano de la derecha, duró poco el relato “libertario”. En Tucumán le dará la mano a gobernadores, ex presidentes y otros referentes nacionales que forman parte de los partidos tradicionales. Los dadores de gobernabilidad que tanto aprecia un gobierno cada vez más débil.
El punto que ha agregado, en un acto de demagogia aunque envenenada, es la educación. Milei ha hecho campaña con la privatización de la educación, las escuelas “voucher”, el ataque a la docencia por el ejercicio de sus derechos pero también dando rienda a los discursos “fachos” sobre el adoctrinamiento y otras derechadas. Durante su gobierno, la docencia ha perdido poder adquisitivo y tiene que trabajar más horas para llegar a fin de mes. Lejos de cualquier “modernización”, el ajuste compartido por la Nación y las Provincias solo trae más pobreza en las aulas y los comedores escolares. Jóvenes tienen que dejar la universidad y adolescentes la escuela.
Además Milei y sus amigos “educacionistas” impulsan un proyecto para declarar la “esencialidad” en la educación, que no es más que un ataque al derecho de huelga. Si alguien defiende la educación de millones de pibes son los esenciales trabajadores y trabajadoras del sector.
El texto, como ya reflejamos en su momento, resume algunos de los postulados neoliberales y antipopulares del actual gobierno. Como primer mandamiento, “la inviolabilidad de la propiedad privada”, esa que se le niega al 90 % de la población que cada vez tiene menos accesos a vivienda, transporte y alimentación. Continúa con el equilibrio fiscal innegociable, basado en el recorte a las y los jubilados, los despidos y ajustes a estatales, a los sectores más pobres. Lo mismo “la reducción del gasto público a niveles históricos”.
La “reforma laboral moderna que promueva el trabajo formal” y “una reforma previsional que le dé sostenibilidad al sistema y respete a quienes aportaron” son parte de un programa que ya tuvo sus primeros ataques con la Ley Bases, el DNU y la licuadora.
“El compromiso de las provincias argentinas de avanzar en la explotación de los recursos naturales del país” son un eufemismo para alentar el extractivismo y el saqueo, lo mismo que “la apertura al comercio internacional”.
Los 10 puntos son el “sueño” del poder económico y sus empleados libertarianos. Pero la fuerza política que quiere implementarla, aún con aliados, muestra cada vez más dificultades para avanzar en ese programa. No porque no haya hecho ataques y ajustes, sino porque lo que avanzó estos 6 meses ha generado un gran descontento popular pero además no ha conformado a “los mercados” y el FMI, que siempre quieren más sangre, sudor y lágrimas. Ni siquiera el triunfo agónico y negociado de la corrupta Ley Bases le ha dado “nuevas fuerzas”.
Por eso la izquierda rechaza el Pacto de Mayo. La versión original, la nueva y las que vendrán. Hay que poner a la clase trabajadora de pie para tirar abajo todo el plan Milei.