La empresa a cargo de los medios de elevación continuó funcionando "con normalidad" hasta que la presión del los trabajadores los obligó a cerrar todo el complejo.
Domingo 31 de julio de 2022 14:24
«Germán» Cofián perdió la vida este sábado en las instalaciones de la empresa Catedral Alta Patagonia. Trabajaba desde hacía 18 años en el cerro Catedral y hace 16 que era Jefe del medio Cóndor III. Ayer a la mañana, sufrió heridas de gravedad que le provocaron la muerte antes de poder ser trasladado siquiera a la base del cerro, mientras realizaba tareas para poner en marcha una de las aerosillas del complejo de skí más grande de Sudamérica.
"Dentro de las tareas de puesta en marcha de los medios de elevación para la recepción del público, hubo un accidente en el medio Cóndor III que involucró a uno de los Jefes del Medio del sector" fue el único comunicado de la empresa de la familia Trappa, concesionaria de las instalaciones del Cerro Catedral y dueña de Vía Bariloche; mientras los medios de elevación seguían funcionando. Recién a las 11, dos horas después del incidente y por presión de los compañeros que iban recibiendo la noticia, se cerró la totalidad del complejo.
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Como siempre que la muerte de un trabajador deja en evidencia la precarización, los medios locales hablan de "tragedia" o "accidente". Pero esta no es la primera vez que la falta de seguridad laboral termina con una muerte obrera en Bariloche. Dos años atrás, perdió la vida en el mismo cerro Mario Ruiz, quien era jefe de patrullas y a principio de temporada murió Manuel Benítez, atrapado por una tormenta de nieve mientras subía a trabajar al refugio Frey.
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Los burócratas sindicales se callan todo el año frente a los atropellos de los patrones pero aparecen cada vez que estas situaciones hacen estallar la bronca de los compañeros. El secretario general del sindicato de comerció Wálter Cortés, denunció las malas condiciones laborales como si fueran algo nuevo e hizo referencia a posibles medidas de fuerza contra la empresa. Se acuerdan de estar con los trabajadores para descomprimir las situaciones, calmar a los compañeros y garantizar que continúen con normalidad la explotación y los negocios.
El 2022 se anunciaba hace meses como una gran temporada para el turismo. Al día de la fecha Bariloche marca la cifra récord de 1.130.000 turistas. El negocio del cerro Catedral es uno de los más favorecidos, las aerosillas donde Germán trabajaba transportan un promedio de 800 personas por hora, las cuales pagan 10.000 pesos el pase de esquí, o en muchos casos pases que rondan los 175.000 por familia. Las ganancias del Catedral son millonarias, muy lejos de los salarios y las condiciones de trabajo de los miles de laburantes que en cada temporada intentan "hacer la diferencia".
La contracara de la temporada exitosa, con políticos sonrientes estrenando nuevas excursiones, somos los laburantes. Nosotros seguimos dejando la vida en trabajos de riesgo, mal pagados o no registrados, con tal de subsistir lo mejor posible un invierno más.
En medio de la crisis social que atraviesa el país, son miles los trabajadores, locales o recién llegados que esperan conseguir trabajo con cada inicio de temporada. Pero en la Bariloche de la esclavitud moderna, "hacer la temporada" también es una cuestión de clase. Y si bien el sector turístico fue una de las actividades económicas que más crecieron desde la pandemia a esta parte, esto no significó lo mismo para los laburantes que para los dueños de los hoteles, el transporte, las agencias de turismo y excursiones o del sector gastronómico. En una ciudad donde unos pocos tienen ganancias millonarias, para la mayoría solo aumentaron la pobreza, la marginalidad y la precarización.