La elección neuquina tuvo como telón de fondo records paralelos: la producción de hidrocarburos y los niveles de pobreza. Figueroa ganó con acuerdos a ambos lados de la “grieta” y un discurso dirigido a captar el descontento en una provincia saqueada y desigual. Continuidades, cambios, y una relación de fuerzas que no está para bollos.
Jueves 20 de abril de 2023
No pasó una semana desde la apertura de las urnas en Neuquén, pero ya son innumerables los análisis que recorrieron los medios de todo el país. No es para menos. Por primera vez en más de seis décadas, el Movimiento Popular Neuquino (MPN) pierde una elección a gobernador, y lo hace cuando las miradas se posan como nunca antes en Vaca Muerta.
Un “derrame” que no llega: el malestar detrás de los resultados
“Primero vino la puesta en valor de Vaca Muerta, después vino la etapa del crecimiento y ahora viene la etapa del derrame y la distribución de los recursos”, sostuvo Koopmann minutos después de votar. En esas palabras (que sintetizan el tono del último tramo de la campaña azul), se esconde (o no tanto) una de las claves del resultado. El “derrame” prometido nunca llegó.
Cada mes el gobierno anuncia con bombos y platillos los récords de Vaca Muerta. La última marca inédita fue registrada en febrero. 324.000 barriles de petróleo por día produjo la provincia de Neuquén empujando, a la vez, a que la producción nacional (sumando todas las cuencas) fuera la más alta en 14 años. Con el gas ocurrió algo similar: del subsuelo neuquino salieron 82,31 millones de metros cúbicos por día. Del avance de la obra del gasoducto Néstor Kirchner depende la posibilidad de aumentar sustancialmente la producción de ese hidrocarburo. Un cálculo conservador (por estar basado en ingresos por regalías que pagan las empresas), indica que la facturación de las petroleras supera los $6.000 millones diarios.
La fiesta de las petroleras contrasta con la realidad del pueblo trabajador. Sin ir más lejos, dos semanas antes de la elección, el INDEC dio a conocer las cifras de la pobreza para el segundo semestre de 2022. En el aglomerado Neuquén - Plottier, el porcentaje de personas bajo la línea de pobreza pasó de 37.2 a 38.4 entre el primero y el segundo semestre del año pasado.
Si consideramos la escalada de la inflación durante el primer trimestre de 2023, y el costo de vida en Neuquén (que es muy superior a la canasta que calcula el INDEC), el dato que informa el organismo lo podemos tomar como un piso. De cualquier manera, lo que se observó en los últimos 5 años fue una tendencia sostenida al crecimiento de la pobreza.
La crisis abierta con la pandemia impactó más fuerte en Neuquén, con su economía petrodependiente. El empleo privado en la provincia cayó más rápido y de manera más pronunciada que en ninguna otra provincia, y fue el que más demoró en recuperarse. La pobreza, en consecuencia, pegó un salto. Pero una vez recuperada la actividad, y con un nuevo boom de Vaca Muerta en marcha, lejos de mejorar la situación social, el porcentaje de personas que no cubren la canasta básica se estabilizó en niveles históricamente altos.
El nivel de pobreza es sólo una expresión de la enorme desigualdad que se vive en la provincia. Hay un componente del costo de vida que no es tenido en cuenta para el cálculo de la canasta básica total con la que se mide la pobreza, y que en Neuquén supera ampliamente los valores promedio a nivel nacional: el costo de los alquileres. En la ciudad capital, por caso, un alquiler de dos dormitorios no baja de los $160.000 mensuales, es decir, el equivalente a dos salarios mínimos. Una situación que empeora aún más en las localidades petroleras como Añelo (donde los alquileres cotizan en dólares), o turísticas, como San Martín de los Andes o Villa La Angostura. En el caso de las zonas cordilleranas, la especulación lleva a que las viviendas se ofrezcan solo de manera temporaria y a valores exorbitantes, situación que llevó a la expulsión de familias enteras (y a la imposibilidad de radicarse para nuevos trabajadores, incluyendo el personal que necesitan los hospitales). Décadas atrás quedaron los planes de viviendas estatales.
La infraestructura escolar y sanitaria se encuentra en franca decadencia. Cada año son decenas las escuelas que no pueden comenzar las clases por falta de mantenimiento y problemas con los servicios como el gas, el agua o la electricidad. Fue bajo la actual gestión de Omar Gutiérrez que la explosión de la escuela albergue en Aguada San Roque se cobró la vida de tres trabajadores: Mónica Jara, Mariano Spinedi y Nicolás Francés.
Según los datos preliminares del Censo Nacional realizado por el INDEC, Neuquén es la segunda provincia en la que más creció la población entre 2010 y 2022. El crecimiento intercensal fue del 31,8%, mientras que a nivel nacional la variación fue de 14,4%. Sin embargo, este crecimiento acelerado de la población no fue acompañado por la construcción y ampliación de escuelas, hospitales o centros de salud. Las obras que se jerarquizan son aquellas que sirven para la conectividad de Vaca Muerta.
El malestar es más agudo entre los sectores precarizados, informales, desocupados y todos aquellos que trabajan con salarios que no alcanzan. Pero incluso para quienes dependen directamente de la actividad hidrocarburífera, con salarios por encima de la media, las condiciones de vida han empeorado. Los ritmos de trabajo se aceleraron con los sucesivos acuerdos de flexibilización laboral, incrementando la cantidad de accidentes laborales e incluso muertes obreras. Con el crimen social de NAO en Plaza Huincul, donde perdieron la vida Fernando Jara, Víctor Herrera y Gonzalo Molina, la cantidad de petroleros fallecidos en los últimos años llegó a 15.
El pueblo trabajador la ve pasar, pero no percibe los supuestos beneficios del saqueo del subsuelo.
Interna a cielo abierto, terremoto político y transición
“ Soy un hombre del MPN , no reniego de mi pertenencia y formación en el partido”, aclaró el gobernador electo el domingo, poco después de conocidos los resultados. Figueroa nunca apuntó contra el partido, sino contra “el sector Azul”, que dirige nada menos que Jorge Sapag. En su discurso, “Rolo”, quien fuera dos veces intendente y vicegobernador de Omar Gutiérrez, reivindica al MPN "de los orígenes". Lo que cuestiona es la corrupción (con el foco en el escándalo del robo de planes en Desarrollo Social), el clientelismo (que alcanzó niveles obscenos durante la campaña electoral), y el autoritarismo de los que se “adueñaron” del partido.
Figueroa ganó las PASO de 2021 y se convirtió en el favorito junto a una emergentóloga como compañera de fórmula (meses después del histórico conflicto de salud). En 2022 deberían haber ocurrido las internas para definir el candidato a gobernador. Pero el sapagismo quiso evitar toscamente el desafío a su hegemonía. En un error estratégico del que hoy se lamentan y casi nadie se hace cargo, forzaron la ruptura y proclamaron candidato al actual vicegobernador. Marcos Koopman, desconocido por las grandes mayorías, sin el más mínimo carisma y sin intención de voto, sólo conformó al aparato azul.
Sin posibilidad de resolverla puertas adentro, la interna se terminó desplegando a cielo abierto el pasado domingo. Pero entonces… ¿Perdió el MPN? Sí. El único partido a nivel nacional que gobierna desde 1963 (solo con interrupciones producidas por los gobiernos militares que, sin embargo, supo integrar) perdió su primera elección. Pero el voto a Figueroa fue el voto por un “cambio en orden”.
La campaña de “Rolo” fue una combinación entre el provincialismo emepenista llevado al extremo (su eslogan fue, sencillamente, “neuquinizate”) y un diálogo con el desencanto que existe con “la clase política” tradicional. Su emergencia es expresión, de alguna manera, de que Neuquén no es una isla, y el MPN no escapa a la crisis del sistema partidos que caracterizó al primer cuarto de siglo en el país.
La gran incógnita es qué pasará de ahora en adelante y qué gobierno formará Figueroa. ¿Volverá al partido con el cinturón de campeón? ¿Rifará el apoyo de quienes lo votaron con el único objetivo de “sacar al MPN”? La candidatura de “Rolo” supo romper, a nivel local, las dos grandes coaliciones (que a nivel nacional no gozan, precisamente, de buena salud), y llevarse viejos cuadros del MPN. Sin embargo, su armado tampoco tiene, por ahora, la forma de una coalición. Se trató de una sumatoria de acuerdos bilaterales entre el caudillo y los partidos (o sus respectivas fracciones). ¿Armará su gabinete con macristas y peronistas? ¿Lo integrarán representantes de las distintas líneas internas del MPN? ¿Será una combinación de ambas?
Lo cierto es que hasta diciembre hay una eternidad. De un lado y otro aseguran que buscarán una transición ordenada. Figueroa ganó las elecciones pero no controla el aparato, ni algunos de los principales municipios de la provincia (incluyendo Neuquén capital y Zapala). El sapagismo también está obligado a negociar, si quiere reducir daños. ¿Aceptará el sector Azul renunciar a su hegemonía en el partido, reconociendo su cuota parte al futuro gobernador? Las declaraciones de Jorge Sapag, que se admitió “padre de la derrota”, quizás sean una pista en ese sentido.
Mientras tanto, por arriba y por abajo, comienzan las primeras deserciones. El primero en hacerlo público fue un diputado proveniente del ala Azul y Blanca de Guillermo Pereyra, quien creó un monobloque denominado “Movimiento Auténtico”, separándose del bloque del MPN. Previamente, el actual jefe de Petroleros, Marcelo Rucci, se arrepintió de haberlo llamado “traidor” a Figueroa, y aseguró que tiene una excelente relación. El desplante lo completó el propio Pereyra, quien sugirió que es Sapag quien debe hacerse cargo de la derrota.
El consenso del saqueo y la relación de fuerzas
Figueroa habló en su campaña de “defender lo nuestro”. Hubo quienes malinterpretaron su discurso desarrollista y alertan sobre “más estatismo”. Nada de eso. La clase trabajadora tiene que saber que no hay diferencias sustanciales entre su programa y el MPN oficial. Los propios representantes de las petroleras ven más continuidad que cambios. A lo sumo, reclaman orden en la transición.
En relación a Vaca Muerta, Figueroa, tal y como ocurre con el resto de las coaliciones, no cuestiona el esquema de saqueo en el que las grandes multinacionales se convierten en propietarias de al menos el 88% de los hidrocarburos que extraen del subsuelo con la desastrosa técnica del fracking. Nunca puso en cuestión las regalías que, por ley, se liquidan entre un 5 y un 12% por declaración jurada de las propias empresas. Tampoco el hecho de que su amigo Sergio Massa habilitara retenciones del 0% para parte de la producción y libre acceso a divisas, permitiendo que las petroleras se lleven los dólares afuera. A lo sumo sostiene que es necesario administrar con otros modales.
Como parte de los gobiernos del MPN, y como actual diputado nacional, el gobernador electo siempre defendió los mismos intereses. En el Congreso, votó el ajuste a los jubilados ni bien asumió, aprobó el acuerdo con el FMI y el presupuesto 2023.
Algunos economistas comenzaron a reclamar ajuste fiscal. Otros se apresuraron a hablar de un triunfo del PRO, o de un giro a la derecha. Pero el discurso de Figueroa, lejos de promover el ajuste, habló (demagógicamente) de distribuir los recursos provenientes de Vaca Muerta. “Somos una provincia rica con un pueblo pobre”, “no queremos derrame, queremos el plato principal”. Distorsionadamente, “homenajeó” una relación de fuerzas que no está para bollos.
La decadencia del gobierno de Gutiérrez comenzó durante la lucha de salud en marzo / abril de 2021. Los piquetes de los “elefantes” junto a las comunidades del pueblo mapuche paralizaron las rutas de Vaca Muerta, rompieron el techo salarial para todos los estatales y, como subproducto de esa lucha, hoy Neuquén es la única provincia que cuenta con una actualización trimestral por IPC. Las tomas de tierras fueron otra expresión de la relación de fuerzas existente. En 2020 fueron aproximadamente 2.000 personas las que instalaron sus casillas en la Casimiro Gómez en lo que fue la ocupación más grande registrada en la provincia y que el gobierno no pudo reprimir abiertamente.
Si bien no estamos en una etapa de luchas de clases abierta, son muchos los conflictos que expresan la bronca y las aspiraciones por abajo. Todas las semanas explotan reclamos por infraestructura en las escuelas, en los que confluyen las familias con las seccionales recuperadas por la oposición de izquierda en Aten, uno de los tres gremios más importantes de la provincia. Lo mismo ocurre en las dependencias del estado en las que la burocracia de ATE no tiene el control absoluto, como en los dispositivos de Desarrollo social. Los movimientos sociales realizan marchas y acampes, que el gobierno no puede desarticular con la represión. Las cuatro gestiones obreras de la provincia (las tres cerámicas y la textil) están asediadas permanentemente, con amenazas de cortes del suministro energético y sin acceso al crédito. Pero resisten y están presentes como ejemplo ante posibles cierres o despidos masivos.
La “bonanza” en las cuentas del estado es tan estable como los precios de los hidrocarburos. Neuquén no es una isla y así quedó demostrado en la reciente crisis de 2020. La relación de fuerzas que existe en la actualidad limita la posibilidad de avanzar en un programa de ajuste más abierto.
Ganadores y perdedores de una elección inédita
Figueroa destronó al MPN con el 35.64% de los votos. Tras de sí, logró aglutinar parte de la oposición patronal. El gobernador electo contó con el apoyo de la mayor parte del macrismo, un sector del peronismo, lo que queda de la centroizquierda y sectores evangélicos. En la Legislatura, su partido Comunidad accedió a 5 bancas, pero sus colectoras cosecharon 8 más. “Desarrollo Ciudadano” tendrá 2 diputados, al igual que el PRO, “Arriba Neuquén” (un sector de la Democracia Cristiana), “Avanzar” (que nuclea a ex - macristas y a la agrupación peronista “Descamisados”). Fuera del reparto quedaron los macristas de Nuevo Compromiso Neuquino, el Frente Grande (que incluyó en sus listas a un sector del Movimiento Evita) y el Partido Socialista.
En la ciudad de Neuquén, el candidato de Figueroa fue Juan Peláez, actual concejal de JxC - UCR, quien obtuvo 12 puntos menos que el gobernador electo. El PRO tendrá 2 concejales y el sello “Comunidad” solo uno.
El MPN perdió su primera elección con el 33.14% de los votos. La candidatura del actual vicegobernador Marcos Koopmann obtuvo el peor porcentaje de la historia del partido provincial. En la Legislatura, que en la actualidad cuenta con 15 diputados que responden al oficialismo (9 propios y 6 satélites), tendrá a partir del 10 de diciembre entre 10 y 11 bancas propias, y 1 aliada. De sus colectoras quedaron afuera, entre otras, el UNE de Mariano Mansilla y Pancho Baggio, el FRIN, o Energía Ciudadana de Martín Pereyra, el hijo del histórico jefe de la burocracia sindical petrolera. El mayor contrapeso al resultado de la lista Azul del MPN fue la reelección de Mariano Gaido como intendente de la ciudad de Neuquén, con el 42.41%. El oficialismo retendrá las 6 bancas que hoy ocupa en el Concejo Deliberante, más una aliada.
El oficialismo nacional, cosechó el descontento con la candidatura de Ramón Rioseco, que terminó en un cómodo tercer lugar con el 12.71%. En 2015, Rioseco obtuvo el 31%, y en 2019 el 26%. La tercera fue la peor. La bancada del Frente de Todos en la Legislatura se verá reducida de 9 a 3 gracias al 6.02% que obtuvo el ex - Secretario de Energía, Darío Martínez. Ninguna de las colectoras que acompañaron a Rioseco (Libres del Sur, Kolina, Unidad Popular y el PCR - PTP), superó el 3%, quedando afuera de la distribución de bancas. En el municipio capitalino, la performance del Frente de Todos fue pésima, con un 2.68% para Daniel Figueroa.
Carlos Eguía, quien en 2021 obtuvo un 13,9% de los votos como candidato a diputado nacional en las listas de la Coalición Cívica - Ari, empeoró sustancialmente su performance poniéndose la camiseta de los autodenominados “libertarios”. Se quedó con la franquicia de Milei pero retrocedió hasta el 8%. A pesar del retroceso, la lista encabezada por el periodista de derecha obtuvo 4 bancas en la Legislatura y 5 en el Deliberante de la ciudad capital. El primero en asumir en la Legislatura será Guillermo Monzani, actual concejal macrista y funcionario del municipio durante décadas, mientras que en el Concejo lo hará el hijo de Carlos Eguía. Extrañas maneras de enfrentar a “la casta”.
El empresario frutícola Pablo Cervi alcanzó el 3.75% y dejó al desnudo la crisis de Juntos por el Cambio. Desde que en 2021 asumió como diputado nacional tras obtener el 23%, Cervi solo retuvo el sello y el apoyo de un puñado de radicales. Con el 3.34% en diputados, JxC mantendrá una sola banca.
El Frente de Izquierda defendió sus puestos de lucha
El Frente de Izquierda Unidad obtuvo el 3.3% a la gobernación con Patricia Jure (PO) y Raúl Godoy (PTS) y el 3.9% a la Legislatura, con Andrés Blanco (PTS) como primer candidato a diputado. En la ciudad de Neuquén obtuvo mejores resultados, con un 5.10% a la intendencia y 5.79% en concejales, y similares guarismos a gobernadora y diputados. En una elección polarizada en la que los dos primeros candidatos concentraron más del 70% de los votos, el FITU defendió su representación parlamentaria, obteniendo dos bancas en la Legislatura provincial y dos en el Concejo Deliberante de Neuquén. Así lo reconocieron periodistas y analistas que ubican al FITU como parte de los “ganadores” de la elección.
El Frente de Izquierda fue la única alianza en presentarse con independencia de los partidos y representantes de las petroleras y el FMI, y así lo enfatizó su campaña. Mientras los grandes partidos realizaron campañas millonarias, financiadas por los grandes empresarios y jugando con el presupuesto del estado, la izquierda hizo una campaña a pulmón, sin espacios gratuitos en los medios y debiendo además, a la hora de la elección, sortear la maniobra perjudicial de la multiplicidad de colectoras. Esa maniobra implicó que la fórmula del FITU ocupara un 3,7% de la pantalla de votación electrónica, mientras que las del MPN, Figueroa y el FdT ocuparon el 89%.
La campaña del FITU en general y del PTS en particular, con los dirigentes ceramistas Raúl Godoy y Andrés Blanco, y la trabajadora de la salud Julieta Katcoff, junto a decenas de trabajadores de la educación, la salud, textiles, ceramistas, judiciales, precarizados y estudiantes, cuestionó el saqueo de Vaca Muerta y planteó una salida por izquierda para los grandes problemas estructurales de Neuquén. Entre otras cuestiones, planteó declarar la emergencia habitacional para impulsar un plan de obras públicas que construya viviendas, financiado con impuestos especiales a la producción de hidrocarburos y a la especulación inmobiliaria; la implementación de un plan de emergencia contra la violencia hacia las mujeres para la construcción de refugios, sostén económico a las mujeres víctimas de violencia y creación de equipos interdisciplinarios; y más de conjunto, la estatización de la industria energética bajo control de sus trabajadores y comunidades afectadas, para iniciar una transición ecológica y al mismo tiempo garantizar el acceso a la energía a toda la población. Al mismo tiempo denunció el desfinanciamiento de la salud y la educación públicas, la contaminación desenfrenada del fracking, la flexibilización laboral.
Mientras todo el resto del arco político guardó silencio, la izquierda también salió al cruce del gobierno nacional por el anuncio de la militarización de la zona por parte del Jefe del Estado Mayor Conjunto ya que, como dijo el diputado Andrés Blanco, no es creíble que se trate de ninguna campaña en defensa de la soberanía mientras al mismo tiempo otorgan beneficios a las multinacionales para que se lleven los dólares afuera.
El FITU defendió el espacio conquistado con un porcentaje levemente menor que 2019, lo que habla de una cierta “organicidad” del voto. No es menor, frente al desplome de las coaliciones nacionales, que retrocedieron considerablemente. No logró, sin embargo, ampliar su caudal ya que al polarizarse la elección fue muy fuerte la tendencia al “voto útil” para echar al MPN.
En todo el país se agravan las condiciones de vida de las grandes mayorías populares, con una inflación galopante que licúa los salarios, la economía nacional atada a los dictados del FMI y el gran empresariado reclamando más ajuste. Ante ese escenario es necesario fortalecer la organización desde abajo, de las trabajadoras y los trabajadores, el movimiento de mujeres y la juventud, para luchar contra los ataques por venir y por una salida y un gobierno propio de la clase trabajadora y el pueblo pobre. La influencia política del FITU y las bancas conquistadas en los parlamentos, deben estar al servicio de este objetivo.