La casta política partida a la mitad en dos grandes bloques electorales ha encontrado un punto de unión, un acuerdo que nadie se atreve a cuestionar: ¡Se cierra todo proceso constituyente! Y todos se lanzan en la búsqueda de la estabilidad perdida, compitiendo por mostrar mayor disposición a cerrar el proceso. Es un nuevo capítulo en el baile de las máscaras.
Sábado 2 de diciembre de 2023
Como planteamos en la primera parte de esta serie de notas la elección que se aproxima no se trata solo de plebiscitar el texto resultante del fraude. Tras esta elección hay toda una disputa entre los partidos tradicionales y el engendro de Kast, para definir una nueva relación de fuerzas en un escenario superestructural fluido y marcado más de conjunto por la crisis orgánica.
La impugnación a toda la herencia de la dictadura, que encontró su pick en octubre del 2019, con el inicio de la rebelión popular, que hizo temblar al régimen y lo puso entre la espada y la pared, no logró hacerlo caer. La cadena de acuerdos propiciados por Apruebo-DIgnidad que separó la discusión constitucional de las luchas y pesares cotidianos de las masas, y la conducción del Gobierno (que abandonó completamente su propio programa) terminó desmoralizando amplios sectores, contribuyendo a la pasivación y a la larga, al desencanto del proceso de conjunto.
Por un lado, la derecha de Chile Vamos inestablemente enfilada tras Kast, que mantiene su lucha fraccional interna, llamando a votar A Favor junto a los representantes gremiales de la Gran Burguesía; junto a ellos Amariilos y Demócratas, y su reciente adquisición, el ex-Presidente Frei. Por otro lado animales de todo pelaje, anarquistas, reformistas, centro-izquierdistas, la DC, figuras de centro burgués como Bachelet y Lagos, con desprendimientos de la extrema derecha, se pronunciaron por el En Contra. El baile de las máscaras ha comenzado, y todo el régimen -o lo que queda de él- se ha dividido electoralmente en dos grandes bloques. Es una crisis orgánica en curso, y como tal las masas se mantienen separadas de las mediaciones que dicen representarlas, por arriba extremo dinamismo, pero ¿y por abajo?
Pero por abajo aún no re-emerge la lucha de clases de conjunto. La pasividad impuesta por la burocracia sindical, estudiantil y de los movimientos ha desmoralizado importantes sectores de masas; ha mantenido aislados los conflictos gremiales que han surgido en el último tiempo (como salud, educación y sectores públicos) imponiendo la pasividad. El cansancio y hastío frente al fraude constituyente no solo es producto de la decepción frente a todo el proceso constituyente de conjunto, el desvío de la convención incluido y el desastroso Gobierno de Boric, que es el entreguismo hecho política, sino también, porque las condiciones de vida de las masas se han deteriorado notablemente, tanto social como económicamente.
Desde la pandemia a la fecha, la inflación, el desempleo, la crisis habitacional, han golpeado con fuerza al pueblo trabajador. Ya vimos como Republicanos explotó demagógicamente el discurso de las urgencias sociales de las masas para contraponerlo al desvió constitucional de la convención, y como el propio reformismo y la Convención reforzaron esta contraposición, separando la discusión “política” de las luchas y necesidades de las masas (separando lo social de lo político). Hoy prima cierta despolitización que solo un miope podría tomar por un quiebre por izquierda con la casta política de los 30 años, en especial con el fortalecimiento de un clima más a derecha. Pero tampoco es el “triunfo del fascismo”, hablamos de una crisis orgánica que no cierra, nada puede hacernos descartar la entrada abrupta de la lucha de clases, ni tampoco de grandes terremotos políticos a izquierda o derecha.
El baile y las máscaras: la dinámica de los extremos
Es natural que en política las posiciones cambien, pero en este último periodo hemos visto cambios a una velocidad sorprendente. Justo cuando el Presidente de la UDI, Macaya anunciaba a Matthei como cabeza del Comando del A Favor Mujeres, la Alcaldesa se daba el gusto de rechazar su participación en la Campaña por estar “ocupada”. Después de tener que tragarse sus palabras y pronunciarse a regañadientes por el A Favor, Matthei pudo llevarse un premio de consuelo, que pone en evidencia la fragilidad de la unidad en la derecha. En el mismo sentido, la declaración pública de 9 parlamentarios de derecha que van por el En Contra, muestra lo que la fracción de Rojo ha escalado, más allá incluso de las fronteras de Republicanos. No todos los argumentos de la extrema derecha que vota En Contra son del tipo “se habilita el socialismo”. Tomemos a Tere Marinovic por ejemplo, sus argumentos son bastante más serios, ahora. Debatiendo contra la idea de que el A Favor cierra el proceso, plantea -correctamente- que de ganar el A Favor se abrirá todo un proceso de discusión constitucional en el propio Parlamento que incluye la creación de varios organismos estatales nuevos, concluye correctamente que no hay estabilidad garantizada y la incertidumbre continuará de ganar el A Favor. Si bien la derecha se ha mantenido relativamente unida en torno al plebiscito, esta unidad es muy precaria. El Partido Republicano juega un rol clave aqui, a contrapelo de su propia naturaleza política, detengámonos aquí un poco.
El Partido Republicano es un partido distinto al conjunto de partidos burgueses, no solo hablamos de un sector que quebró con Chile Vamos por considerarlos moderados, sino también que hasta la fecha han sido los más consecuentes defensores de la herencia de la dictadura, estuvieron contra el acuerdo 15N, votaron rechazo de entrada y salida, y quedar aislados o en minoría tampoco los quebró. Es un partido que tiende a la polarización, que su función de hecho es esa. Republicanos es la prueba concreta de que la era de los acuerdos noventistas ha caducado ya.
En ese marco Kast constituye el ala moderada del partido, quien crea que Kast es lo más a derecha en el espectro político, no solo no ha caracterizado correctamente a la derecha chilena, sino que no ha comprendido la encrucijada en la que se encuentra hoy Republicanos. En la antípoda de republicanos, está Longueira, el representante de la derecha noventera de los acuerdos que volvió a la vida con una frase polémica, donde asegura que gane el A Favor o el En Contra, el que gana es Jaime Guzmán, y que es todo un triunfo de la derecha tener a la centro izquierda defendiendo la constitución de Lagos-Pinochet. Longueira delira si cree que hay estabilidad y colchón económico para un proyecto noventista que reedite la política de los consensos, simplemente no ve la crisis orgánica. Esconde muy conscientemente, que su propio sector se juega la relación de fuerza frente a la burguesía, y que un triunfo del En Contra quizá no ponga en riesgo la herencia de la dictadura (como celebra Longueira) pero golpearía fuertemente a la derecha y fortalecería a la centro-izquierda.
Hay todo un reacomodo de la relación de fuerza en el marco de una enorme crisis orgánica. Miremos a la izquierda ahora. El PC, PS, PPD, CS,RD se pronunciaron unitariamente recientemente en una vergonzosa declaración titulada: EN CONTRA PARA CERRAR EL PROCESO, allí no solo se comprometen a cerrar el proceso, sino que argumentan contra el A Favor con los argumentos de Marinovic, a saber, que el triunfo de la constitución de Kast abrirá todo un debate en el parlamento que redundaría en más inestabilidad política y en un proceso que continua abierto. Es patética la firma del PC en aquella declaración; Lautaro Carmona, que partió a inicios de Octubre declarando a Bio-Bio que el mandato por una nueva constitución queda pendiente si gana el En Contra y que esto no se resuelve con reformas, para cerrar el mes diciendo que la Constitución de Lagos-Pinochet es susceptible de reformas, y que de todas formas no hay ánimo para un nuevo proceso constituyente, y rematar todo firmando esta última declaración donde se comprometen a cerrar todo debate constitucional, incluso uno conducido por el propio parlamento. La vergonzosa declaración concluye con la frase “No más extremos”, y marca un claro giro a derecha de toda la campaña del En Contra.
Hermógenes Pérez de Arce, destacado historiador pinochetista, saludó la declaración de los partidos de Gobierno, y solo se pronunció en desacuerdo respecto del punto de las AFP, pero en todo lo demás acordó con los ejes (seguridad, estabilidad), prioridades (discutir los problemas sociales y no nuevas constitución) y compromisos (cerrar acá toda la discusión constitucional) y llamó a los pinochetistas consecuentes a ver lo positivo del giro del Gobierno. Podemos coincidir en que Hermógenes no es justamente lo más racional del Pinochetismo Chileno, pero algo de derecha debe haber en la declaración los partidos de Gobierno como para agradar a tal nivel a un Pinochetista de principios.
¿Un tercer proceso constituyente o la movilización revolucionaria de las masas?
La declaración EN CONTRA PARA CERRAR EL PROCESO golpea especialmente a esos sectores a la izquierda del PC, o a su propia ala izquierda, que realmente quieren un nuevo proceso. Las posiciones de figuras como Jaude o Hugo Gutierrez, los abanderados de un tercer proceso. Toda esa demagogia sobre una Asamblea Constituyente originaria, fueron pulverizadas con la reciente declaración unitaria de Apruebo-Dignidad, y expuestas como lo que son en realidad, poses a izquierda de figuras aisladas que recubren giros a derecha del conjunto del partido; son la impotencia hecha línea política. Aun así posaron a izquierda, ocultando que tanto Jadue como Carmona, coinciden en lo esencial, que el proceso constituyente debe ser subordinado a los poderes constituidos, y no sobre las ruinas del mismo.
¿Qué significa entonces un tercer proceso constituyente? En las actuales condiciones de pasividad y relación de fuerza política, con la lucha de clases fuera de la escena, un tercer proceso sólo podría ser apenas un remedo reaccionario del actual fraude, o sea, un nuevo acuerdo y una nueva cocina. Todos aquellos que animan esperanzas en un eventual nuevo proceso constituyente, o en futuras constituciones “más democráticas”, se preparan para repetir en comedia, la actual tragedia. No hay perspectiva política alguna en el debate constitucional ya, de hecho, nunca lo hubo.
La idea de que se puede tumbar la herencia de la dictadura, o sea, a las AFP, a la educación de mercado, a la salud para ricos y pobres, con métodos institucionales y parlamentarios ha sido probada por la historia reciente en Chile, la respuesta es categórica, No. Es la entrada de las masas a la escena y la lucha de clases la única que puede poner en jaque al régimen; y solo desarrollando esa movilización revolucionariamente se puede tumbar al mismo, para así poder avanzar de verdad en solucionar los grandes problemas que aquejan a las masas, en educación, salud, vivienda, empleo, inflación, etc. Nada de esto se conseguirá con procesos tutelados y cocinas por arriba, pactados con los partidos de los 30 años y en pasividad. Ese caminó se intentó ya, es la estrategia del FA y el PC, y nos condujo hasta acá.
La Lista del Pueblo, o grupos políticos afines, que transformaron la pelea por una nueva Constitución en su objetivo estratégico, se encuentran ya en un callejón sin salida. Otras organizaciones políticas menores, como el MIT por ejemplo, plantearon también en su momento la idea de transformar el texto de la Convención en una bandera de lucha para las masas, nadie se atrevería a decir eso en voz alta hoy. Todas variantes de la ilusión constitucional que extravió a la izquierda en Chile durante años.
Por otro lado, la Coordinadora 8M, que denuncia correctamente el carácter reaccionario de la constitución de Kast y llama a votarla En Contra, no busca desplegar la fuerza del Movimiento de Mujeres en las calles, mostrándose subordinada al oficialismo en este punto. Si se agita contra la constitución de Kast y contra el avance de la derecha, pero sin pelear por romper la pasividad impuesta, lo que se está haciendo es demagogia. La dirección de la CUT hace algo parecido, separando el “proceso político” de la movilización de las masas. Llaman a votar En Contra, pero se detienen allí. La burocracia sindical oficialista es especialmente responsable de la pasivización en sectores de trabajadores que han buscado movilizarse, debemos exigir a las direcciones de los organismo obreros no limitarse a una campaña puramente electoral, menos aún una subordinada a la vergonzosa declaración EN CONTRA PARA CERRAR EL PROCESO, sino discutir en la base cómo organizar en concreto, en sindicatos y lugares de trabajo, cómo enfrentar a la derecha en las calles y con métodos propios.
Toda la ilusión constitucional nos ha traído hasta acá. Toda la disputa constitucional se muestra ya como lo que fue en realidad, un desvío. Sea la Convención de Loncon o el Consejo de Republicanos. Un desvío que partió dándole un cauce institucional a la rebelión, logrando separar el problema social del político, y en eso la Convención Constitucional fue clave, para en esta etapa traducirse en un ataque a las masas. A eso condujo el debate constitucional. Una perspectiva así ya no tiene futuro, no solo porque la centro-izquierda ha cerrado la puerta en lo que queda del Gobierno de Boric, sino y especialmente, porque las masas no ven ya la disputa constitucional (política) como una batalla propia, sino como algo totalmente separado de sus necesidades. Quien quiera volver el reloj atrás y encender -nuevamente- la ilusión por una nueva constitución camina a un barranco.
Sectores como la Lista del Pueblo llaman a votar En Contra, y específicamente en contra de la casta política. Sin duda que de hay amplios sectores que ven con desconfianza a los partidos de los 30 años, y que incluso votaran En Contra como forma de protesta contra toda la casta política, pero pensar que hoy las masas rompen por izquierda con los partidos de los 30 años es delirar; más bien asistimos al cansancio y hastío, en el sentido de desmoralización y despolitización, lo cual abre espacio para la derechización. Confundir eso, con un sentimiento anti casta por izquierda es confundir los deseos propios con la realidad.
Para nosotros es claro, llamamos a votar en contra de la constitución de Kast no porque pensamos que así se conquista estabilidad alguna ni porque tengamos esperanzas en un tercer proceso posterior más democrático, sino porque la constitución de Kast es un ataque contra las masas populares, una profundización de la herencia de la dictadura, y como tal hay que enfrentarlo. Pero sabemos bien que la única forma de resolver los grandes pesares de las masas en salud, vivienda, educación, pensiones, empleo, inflación, etc -las demandas incumplidas de octubre, y agravadas desde la pandemia - es rompiendo la pasividad y retomando el camino de la movilización extraparlamentaria, poniendo al centro las necesidades de las masas y sus condiciones de vida en la perspectiva de una Asamblea Constituyente Libre y Soberana convocada sobre la caída revolucionaria de este régimen, no para escribir un carta magna que garantice estabilidad y saqueo a los empresarios, sino como puente y experiencia de masas a un Gobierno Obrero y Popular, único capaz de resolver íntegramente los pesares sociales en nuestro país.
Roberto Acuña (Zonyko)
MC y productor musical