En una entrevista el gobernador intentó despegarse de las consecuencias de la gestión macrista y defendió su gestión describiendo una realidad bastante alejada de las mayorías populares.
Sábado 23 de marzo de 2019
El pasado miércoles el gobernador Juan Manzur estuvo invitado al programa Panorama Tucumano, que produce el diario La Gaceta. Previo a la entrevista tuvo lugar una editorial a cargo del periodista Federico Van Mameren, que centró su reflexión en torno al fraude electoral de 2015 afirmando que nada había cambiado desde entonces. La primer pregunta al gobernador fue si respondería con la verdad. A continuación exponemos las ocho mentiras de su exposición.
1. “No estoy en nada de acuerdo con lo que está pasando con la política económica en Argentina. No hay una medida económica que haya beneficiado a los argentinos”
Manzur recurre al guión que usó en las elecciones en 2017. Este guión incluye que afirme que no está de acuerdo con las medidas del gobierno de Macri, cuando en realidad fue parte del peronismo que brindó apoyo a que el ajuste en curso se aplique. En esto Manzur no se diferencia mucho de los senadores José Alperovich y Beatriz Mirkin, quienes también se presentan como candidatos dentro del peronismo. Así han votado el pago a los fondos buitres, la reforma jubilatoria y el blanqueo de capitales, el pacto fiscal, la reforma tributaria y cada uno de los presupuestos del ajuste.
A nivel provincial, este doble discurso lo podemos ver en dos ejemplos. Por especulación política, los diputados que responden a Manzur votaron a favor de la ley antitarifazos cuando ya estaba anunciado el veto por parte de Cambiemos. Pero en la provincia, la realidad es otra: durante la gestión Manzur la tarifa de transporte interurbano pasó de $ 4,83 a $ 19,3, un aumento de 300% en poco más de tres años, superando ampliamente la inflación. Lo mismo sucede con los aumentos de la SAT o cuando el Ersept, ente provincial, autoriza cada aumento que solicita EDET en consonancia con cada tarifazo que dicta el macrismo.
2. “Todas las criaturas han ido a la escuela. Si no hay educación, no podemos tener un futuro de una sociedad que incluya, que genere oportunidades”
No es verdad que todos los chicos van a la escuela. De hecho, las cifras del Indec consignan que el 36,9% de la población económicamente activa, es decir quienes trabajan o buscan trabajo, no llegan a completar el secundario. De la población económicamente inactiva, quienes no trabajan ni buscan trabajo activamente, el 20% de la juventud, unos 39.000 jóvenes, no trabajan ni estudian.
Pero además las propias estadísticas provinciales arrojan que sólo el 58% de los chicos que ingresan a primer año termina sus estudios en tiempo y forma, la tasa de abandono de 11% y de repitencia de 9% entre 2016 y 2017. La realidad para muchísimos alumnos es que la escuela se ha convertido en una instancia imprescindible para la alimentación y contención social.
3. “El desempleo está por debajo de la media nacional, la pobreza y la indigencia bajaron”
En realidad el desempleo, aunque se encuentra por debajo de la media nacional, viene aumentando. Entre el tercer y cuarto trimestre de 2018, pasó de 7 a 7,6%, es decir 30.000 desempleados solamente en el aglomerado urbano Gran Tucumán - Tafi Viejo. Para el mes de enero de 2019, el Sistema Integrado de Previsión Argentina (Sipa) registra caída interanual de -1,7% en el empleo del sector privado.
Pero además hay que contemplar que en nuestra provincia, reservorio de mano de obra barata, el empleo tiene un alto componente estacional. Decenas de miles de trabajadores de la agroindustria tienen un empleo formal la mitad del año y luego tienen que sobrevivir como puedan.
Manzur se cuidó de no hablar del empleo informal, “en negro”, que en Tucumán llega al 45,9%, el porcentaje más alto después de Salta; ni de cómo la inflación record golpea a la provincia de los salarios casi más bajos del país.
Tampoco es cierto que esté bajando la pobreza. Según las mediciones del Indec, la pobreza pasó del 21,8% en el segundo semestre de 2017 al 24,2% de las personas en el primer semestre de 2018. Es decir 214.000 personas por debajo de la línea de la pobreza.
Según la misma fuente, la indigencia alcanzaría a más de 14.000 personas. Vale aclarar que, según la metodología que usa el Indec para medir la pobreza, si en febrero de 2018 una persona tenía un ingreso superior a $7628 (Canasta Básica Total) quedaba afuera de los índices de pobreza.
4. “En Tucumán a nadie le falta remedios”
No deja de sorprender semejante afirmación del ex ministro de Salud de Cristina Kirchner. Pareciera que en Tucumán los medicamentos son gratis por obra y gracia del gobernador. Pero no es así. Además de los recortes a los medicamentos para los jubilados que impuso el gobierno nacional y que la provincia no cubre, el sector “Salud”, que incluye el costo de los medicamentos, es uno de los rubros del índice de precios al consumidor que más aumentó en nuestra provincia (61,4%).
Pero además este año se implementó un fuerte ajuste a los usuarios del Subsidio de Salud, quienes ahora solo podrán acceder en forma gratuita a dos consultas por guardia por año.
5. “Tenemos paz social porque venimos acordando con los representantes de los trabajadores”
Es cierto que vienen acordando con los burócratas de los sindicatos, que incluso llegan a ser funcionarios de la administración provincial, como Roberto Palina (titular de FOTIA y secretario de Trabajo al mismo tiempo). Pero no es cierto que haya “paz social”. El ingenio San Juan está en pleno proceso de vaciamiento. Los trabajadores de la UATRE se han movilizado masivamente contra los recortes en los planes interzafra. Hemos tenido paros en el transporte también por la extorsión de las patronales, que han dejado de pagar los salarios para conseguir aumentos de tarifas. La “paz social” a la que aspira el gobierno provincial es la “paz de los cementerios”, con cientos de despidos y suspensiones en la industria textil, en la construcción y el comercio.
6. “El ministro Maley está trabajando muy bien en un contexto muy difícil. Hay que seguir apoyándolo”
Esto afirmaba el gobernador mientras por la pantalla se emitía la imagen de una víbora arrastrando un hueso al pozo de un sanitario de la cárcel de Alderetes. Del penal de Villa Urquiza han salido a la luz también las denuncias de los reclusos que son obligados por la misma policía a vender drogas bajo amenazas y torturas. Recordemos que el ministro de seguridad, Claudio Maley, estrenó su cargo justificando el asesinato de Facundo Ferreyra, un niño de 11 años fusilado por la policía.
7. “Estamos haciendo obras muy importantes (en el servicio de agua). El avance es muy importante”
Otra afirmación que no deja de sorprender, siendo que hasta el mismo interventor de la SAT lo desmiente cuando afirma que “basta con caminar por las calles para ver agua en todas partes. En la capital, por ejemplo, la mayoría de las cañerías ha cumplido su ciclo (…) Sin inversión, esto no va a cambiar. El Estado provincial no tiene los fondos suficientes. Nuestro problema se divide en dos: necesitamos plata para encarar obras nuevas y para mantener lo que está funcionando. Hoy, hacemos malabares”. La realidad es que la mayor parte de la población que reside fuera de la Capital no tiene acceso al sistema cloacal.
8. “En algún momento hay que enmendar la Constitución”
Mientras la producción proyectaba la imagen de un recorte del diario con la misma afirmación pero en 2009, el gobernador se las ingenió para esquivar el principal cuestionamiento de la actual Constitución: los acoples. Alperovich y Manzur, su vice en ese momento, introdujeron este sistema fraudulento en la última reforma constitucional. El objetivo fue darle un peso predominante al aparato de punteros peronistas sostenido desde la gobernación. Desde esa reforma de 2006, el PJ y la UCR usaron los acoples, haciendo que cada elección adquiere tintes fraudulentos cada vez más grandes.
En las elecciones provinciales de 2015, el resultado fue que se inscribieron 503 partidos y hubo 25.000 candidatos, es decir, 1 candidato cada 44 electores. Cuartos oscuros inundados con boletas del PJ y Cambiemos, antecedidos por graves hechos de clientelismo, ejerciendo un férreo control territorial aprovechándose de las condiciones de pobreza que ellos mismos generan, con el fin de perpetuar al oficialismo en el poder y bloqueando el acceso a los cuerpos legislativos a fuerzas como el Frente de Izquierda y de los Trabajadores.