Durante los días posteriores a la 91º entrega de los premios Oscar se sucedieron diversos análisis, críticas y festejos alrededor de la prensa y redes sociales a nivel mundial. En la mayoría de los casos se destacaron dos palabras, diversidad y consenso, algunos suman oportunismo, como síntesis de la premiación realizada. Es que luego de varios años de críticas a la Academia, visibilizados con fuerza en la campaña #OscarSoWhite, un total de siete premios fueron para personas afroamericanas. A su vez, luego de los crecientes escándalos en la industria denunciados por el movimiento #Metoo, quince premios fueron para mujeres. Si bien ambos son porcentajes bajos en el total, son los mayores hasta el momento. En el mismo sentido de diversidad, Roma, fue la primera película en español nominada a mejor film y Yalitza Aparicio, la primera mujer originaria latinoamericana nominada a mejor actriz. El premio a mejor película Green Book fue para una historia sobre el racismo en Estados Unidos.
En la misma ceremonia distintos comentarios dieron cuenta de este clima orientado a la diversidad, corrección política, y las simpatías por el partido demócrata en vistas de un proceso electoral. Javier Bardem presentó Roma hablando en español y con un mensaje cuestionando las políticas anti-inmigrantes de Trump “No hay fronteras, no hay muros que frenen el ingenio y el talento”. Spike Lee recordó la historia de la esclavitud de sus ancestros y llamó a "hacer lo correcto" en las próximas elecciones, lo que generó respuestas del propio presidente. Alfonso Cuarón a su turno agregó “Quiero dar las gracias a la Academia por reconocer a una película que se centra en una mujer indígena, una de las 70 millones de trabajadoras domésticas en el mundo sin derechos...". Dos mujeres, Rayka Zehtabchi y Melissa Berton, recibieron el Oscar al mejor corto documental y desde el escenario plantearon “No me puedo creer que una película sobre la menstruación haya ganado un Oscar”. Por su parte el congresista demócrata John Lewis, reconocido por su lucha por los derechos civiles, se encargó de presentar Green Book.
En otro aspecto, y como no podía ser de otra forma, fue también premiada “la taquilla”, Black Panther y Bohemian Rhapsody, la primera es la película de superhéroes con más público en la historia de EE. UU., y la segunda la que viene dando más ganancias en todo el mundo. La noche estuvo llena de vestidos, glamour y un cuidado guión adaptado para renovarse ante las críticas y mantener los negocios.
El punto de consenso remarcado en distintos análisis se refiere a que los premios fueron repartidos en distintas categorías a la mayoría de las películas nominadas entre las más importantes. Si bien en los días previos, y en función de las premiaciones que preceden los Oscar, se apuntaba con más fuerza hacia Roma, el resultado buscó un equilibrio. No hacer tan arrollador la entrada de Netflix, con Roma como su “caballo de Troya”, al mundo cinematográfico fue uno de los factores que influyó en este aspecto y otorgar el principal premio a una producción norteamericana como Green Book, con una historia más cercana, parece ser otro. Más allá de la cantidad, los tres Oscar (y diez nominaciones) que suma Cuarón, lo convierten en el quinto director mexicano que gana el premio a mejor director en los últimos seis años y lo logra con una película hecha en México, hablada en castellano y mixteca, con una empleada doméstica como protagonista. Mientras se impulsa la construcción de un muro en la frontera, en el principal evento cinematográfico de la industria norteamericana, los latinos pesan fuerte.
Haz lo correcto
Pero más allá de la intención de los miembros de la Academia por ser equilibrados y dejar a todos contentos, las voces críticas resonaron ni bien se bajó el telón. Spike Lee arrancó el debate “Cada vez que alguien hace de chófer de alguien, pierdo”, dijo haciendo alusión a su primera nominación por Haz lo correcto, que en 1990 perdió contra Conduciendo a Miss Daisy en una situación similar a la de este año, en donde se enfrentó a Green Book con el chofer Tony Lip. Desde distintos espacios se compara el estilo personal, renovador y contestatario de Lee frente a películas más previsibles en todos los aspectos como las que enfrentó en las dos oportunidades.
El diario El País tituló "Hollywood le explica lo que es el racismo a Alfonso Cuarón y Spike Lee" y en la bajada sumó “con películas poderosas sobre minorías, ganó Green Book, una cinta sobre tensiones raciales desde el punto de vista blanco”. En el mismo sentido crítico la publicación New Yorker sumó “A pesar de la victoria de Spike Lee, los dinosaurios de Hollywood prevalecieron”.
También antes y después de la ceremonia se plantearon críticas, porque más allá de los 15 premios, el porcentaje de nominaciones y premios para las mujeres representaron menos del 25 % del total. Especialmente sub-representadas o ausentes en los rubros más importantes como mejor director, guión o dirección de fotografía.
Netflix, esto recién empieza
Detrás del protagonismo de Roma con sus 10 nominaciones se jugó mucho más que la evaluación de una historia y su forma cinematográfica. La crítica mundial ha valorado casi mayoritariamente de forma positiva esta película y pocas voces han problematizado algunos aspectos. Un excelente registro y destreza cinematográfica destacaron por un lado; ostentación profesional apoyada en un gran presupuesto plantearon por otro. La reivindicación de una historia con una protagonista mujer, indígena y trabajadora doméstica fue otro de los aspectos destacados, mientras que desde otro ángulo cuestionaron la “romantización” de la explotación.
Pero más allá de estos debates, atravesados por valoraciones subjetivas y gustos, otro aspecto de gran importancia se jugó detrás de escena. El gigante que movió las fichas, aconsejado por publicistas, estudios de mercado y proyecciones de negocios se llama Netflix y cada movimiento en el recorrido de Roma estuvo calculado por sus algoritmos.
Como publicaron en las recientes investigaciones del sitio otroscines y Ezequiel Boetti, los números de Netflix crecen muy rápidamente. En los últimos años el gigante del streaming llegó a 139 millones de usuarios en el mundo. Para esta carrera en 2018 gastó 12.000 millones de dólares para financiar 80 películas y 700 series, shows y programas. La empresa conquistó una cotización en los mercados que ya es el doble que la Warner y cercana a empresas del tamaño de Mc Donald’s y Disney. Pero para seguir haciendo punta en la voraz competencia capitalista necesita ir por más y así prepara su desembarco a lo grande en el mundo del cine. En ese sentido fue pensada la producción de Cuarón.
Por eso Roma, fue una producción que costó 15 millones de dólares y se invirtieron 25 millones más en su lanzamiento y difusión. La búsqueda de Netflix por posicionar sus producciones en importantes Festivales de cine no es nueva y ya viene conquistando espacios en Berlin, Venecia, San Sebastián, con la única excepción de Cannes que se niega a incluir en la competencia oficial a películas que no vayan a estrenarse en salas cinematográficas. Si bien Netflix no obtuvo todos los premios que aspiraba, el protagonismo en los Oscar 2019 es un salto destacado en este sentido.
En el último tiempo y como parte de las repercusiones de las nominaciones a los premios de la Academia, se anunció el ingreso de Netflix a la Motion Picture Association of America (MPAA), un selecto y poderoso organismo de lobby conformado por Disney, Warner, Paramount, Sony, Fox y Universal. Netflix se sube al podio de las grandes y la sumatoria de todas estas firmas da por resultado a los responsables de las imágenes e historias que inundan la mayoría de las pantallas de este planeta.
Los consumos cambian rápidamente y para los próximos meses y años la competencia en el mundo del streaming será también voraz. Disney avanza en la creación de Disney +, NBC Universal lanzará su propio servicio, al igual que la Warner junto a HBO. Ni bien finalizaba la entrega de los premios, Netflix promocionaba en Twitter su próxima película dirigida por Martín Scorsese The Irishman con un sugerente comentario a modo de mensaje: "esto recién empieza".
Muchos otros cines
Entre las productoras y distribuidoras de las nominadas a mejor película se encuentran todos los grandes estudios de Hollywood: Universal, Disney, Fox, Warner, Metro y la recién incorporada Netflix, entre otras. Los mismos constituyen grandes conglomerados de empresas que con sus acciones, inversiones y fusiones, agrupan estudios de cine con las principales cadenas de TV, editoriales, sellos discográficos, parques de diversiones, distribuidoras y cadenas de salas; llegando incluso a inversiones en petróleo, gas, agua, medicina, equipos de béisbol, juegos interactivos e Internet. Detrás de cada una de estas películas se mueven incontables intereses económicos.
Los premios Oscar son un aporte para una enorme maquinaria cultural que se propone imponer cada año las historias e imágenes que verán millones. Pero más allá que por esta ceremonia han pasado grandes artistas y destacadas películas a lo largo de toda la historia, el cine fue, es y será, mucho más que esto.
Miles de películas son producidas cada año, con distintos lenguajes, historias y búsquedas, en diversas geografías, pero encuentran grandes obstáculos para su distribución. Así como en Argentina, casi el 80 % de las pantallas son ocupadas por producciones norteamericanas, esta realidad se multiplica por el mundo.
Esta situación fue en varios momentos de la historia cuestionada por distintos movimientos y también grandes cineastas. En 1972 Luis Buñuel no fue recibir el premio por El discreto encanto de la burguesía y días antes había declarado: “nada me disgustaría más moralmente que recibir un Oscar. No lo tendría en mi casa”.
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