Trabajadores que se vienen organizando en defensa de sus salarios, denuncian nuevos recortes, telegramas intimidatorios y el ofrecimiento de licencias sin goce de sueldo.
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Miércoles 22 de abril de 2020 01:14
Trabajadores de casas de comida rápida volvieron a denunciar irregularidades y descuentos en el pago de sus salarios. Hay quienes recibieron montos que responderían a la actualización de la anterior quincena, muchos que volvieron a cobrar una miseria y muchos no tienen ni siquiera el recibo de sueldo para entender qué es lo que recibieron.
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Esta provocación tiene lugar luego de que 25 mil trabajadores del sector viralizaran la denuncia contra descuentos en los cobros de marzo y empezaran a organizarse en defensa de sus sus salarios. Hay quienes denuncian además intimidaciones de las patronales por telegramas en los que niegan cínicamente los descuentos efectuados. Además, se toman el atrevimiento de amenazar con represalias si los trabajadores que accionaron por esa vía, siguen con sus “situaciones fácticas y jurídicas inexistentes”.
Como denuncian testimonios anónimos que llegaron a La Izquierda Diario, las empresas aprovecharon distintos resquicios para seguir efectuando recortes. Ante un reclamo justo, lo primero que hacen las patronales es intentar dividirlo por empresas, por categoría, tipo de contrato. Todo lo contrario a lo que hicieron los trabajadores, por ejemplo uniendo su denuncia en el hashtag #PandemiaSonLosEmpresarios.
En otros casos los testimonios denuncian que ya les estarían efectuando los recortes que las empresas negociaron en el Ministerio con -aunque parezca mentira- el sindicato de Pasteleros.
Ante la organización que empezó a gestarse a fines de marzo, el sindicato que venía dejando pasar todos y cada uno de los ataques, tuvo que hacer como que hacía algo. Obviamente, lo único que hizo fue un papelón. Luego de una reunión con las empresas en el Ministerio de Trabajo, salió con un comunicado que bochornosamente modificó luego.
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A espaldas de los trabajadores y las trabajadoras, Ministerio, Gobierno y patronales cerraron un acuerdo en el que estas supuestamente se comprometían a actualizar solo la segunda quincena de marzo. A cambio, ellas obtenían la posibilidad de bajar los sueldos durante los próximos seis meses hasta en un 30 %. Como en estos trabajos se cobra por hora, para hacer el cálculo del descuento las empresas anunciaron que tomarían como base un promedio de los últimos seis meses de salario. Al sindicato le pareció aceptable que en la negociación, las multinacionales con multimillonarias ganancias, recortaran los ya de por sí bajos salarios. La excusa es típica de patrón: no dejar más pibes y pibas en la calle.
Ni el Gobierno ni el sindicato les está exigiendo que sacrifiquen ni un poquito de esas ganancias siderales. Con apenas un poco, se podría otorgar un salario de cuarentena de 30 mil pesos para millones de precarios, idea que solo la izquierda propone.
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Este lunes el Gobierno confirmó un nuevo rescate económico a las empresas, por el que será el Estado quien se hará cargo del 50 % de los sueldos de trabajadores privados a través de la Anses. El Gobierno cada vez es más laxo en los requisitos que las empresas deben cumplir para que puedan acceder a su “asistencia” para pagar sueldos. Es de imaginarse cómo les exige que demuestren sus supuestas crisis. Las patronales a las que les sobra la plata para pagar los sueldos, juegan con las necesidades de los pibes y las pibas, para lograr que el Gobierno efectivamente les dé todos esos beneficios.
Mientras, todavía hay millones de precarizados y trabajadores no registrados, a los que no se les otorgó o que todavía no han podido cobrar ni siquiera la miseria de los 10 mil pesos.
Por si esto no fuera suficiente también hay testimonios que denuncian que las empresas están ofreciendo licencias sin goce de sueldo a trabajadores que son población de riesgo o familiares. Mientras, publican comunicados haciéndose las responsables y asegurando que cumplen con todas las normas legales.
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Los pibes y las pibas tomaron la decisión de romper el aislamiento y empezar a coordinar para darle fuerza al reclamo. Impulsaron una gran campaña por redes, Twitter, Instagram y esto logró que su exigencia por el cobro del salario tuviera un enorme alcance a nivel nacional. Incluso tuvieron que tomarlo aunque sea tibiamente algunos medios.
El proceso obligó al sindicato a hacer como que defiende a los trabajadores. Las patronales que se pensaban que iban a poder pasar por encima de todos los pibes en algo tan vital como el salario, se toparon con la necesidad de recalcular y buscar nuevos artilugios para atacarlo. Es la propia organización de los y las jóvenes la manera de defender realmente el salario, ante las trampas de las empresas y las traiciones del sindicato.
El camino de la organización, es el que que muchos y muchas jóvenes ya empezaron a profundizar a través de reuniones virtuales, coordinando con precarizados de otros sectores como apps, recibiendo asesoramiento del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, etc.
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Todas las ventajas que están tratando de sacar las empresas son parte de un plan conjunto para descargar la crisis sobre la clase trabajadora con despidos, suspensiones, recortes de salario. Los sectores más golpeados son precisamente los más precarios. En este plan las empresas estafadoras de comida chatarra ya apretaron y están buscando su tajada del pastel, mientras es claro el rol del sindicato Pastelero dispuesto a entregar los salarios.
No hay forma de enfrentar tanta prepotencia que no sea profundizando la organización de la juventud trabajadora, conectada y en comunicación desde todos los puntos del país, para seguir haciendo visible su fuerza conformando una red de miles de precarizados y precarizadas.
Si trabajás precarizado o precarizada, La Izquierda Diario se mantiene abierto como desde el comienzo de la crisis, para que nos hagas llegar tu denuncia e informarte sobre cómo organizarte.