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Movimiento ambientalista. Palestina: el apartheid israelí no puede ser "verde"

¿Qué tiene que ver la lucha por la justicia climática con la lucha por la liberación de Palestina?

Axomalli Villanueva

Axomalli Villanueva @1quiahuitl

Jueves 30 de noviembre de 2023 07:09

"No hay justicia climática en tierras ocupadas": esta ha sido la respuesta de Greta Thunberg y de lxs activistxs climáticxs que se pronuncian contra el genocidio y la limpieza étnica del pueblo palestino, luego de que Israel haya criticado esta postura de "antisemitismo" y de señalar que no existe relación entre la lucha contra el cambio climático y la "guerra contra Hamas", sin embargo, desde hace 20 años el gobierno sionista ha perpetrado también un ecocidio silencioso en el ecosistema del mediterráneo.

El grupo alemán de Fridays For Future ha comunicado mediante redes sociales que se deslindara de cualquier dicho o acción de parte de la fundadora del movimiento internacional, Greta Thunberg debido a sus recientes declaraciones sobre un alto al fuego y por terminar con el genocidio del pueblo palestino, acciones que han denominado como "antisemitas".

Antes, el Ministerio de Educación de Israel también anunció que quitaría de sus contenidos de estudio para educación básica el papel de la activista en el movimiento por el clima mundial. Thunberg ha dedicado las últimas huelgas por el clima a denunciar el genocidio y la limpieza étnica del pueblo palestino, uniéndose a multitudinarias manifestaciones alrededor del mundo, el pasado 12 de noviembre, durante un acto en Amsterdam, mientras la activista llamaba a miembros de la comunidad palestina a hablar, un hombre subió al escenario e intentó arrebatarle el micrófono diciendo "esta es una manifestación climática, y no política", lo que generó un abucheo generalizado, luego de lo cual otrxs activistas lo corrieron del escenario y la misma Greta señaló que la lucha climática es también política.

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El debate se ha puesto en la mesa, a pesar de que el gobierno de Israel ha querido liderar en las reuniones climáticas y presentando el proyecto colonialista como un país en donde se respetan los acuerdos de la agenda 2030 y que se toma en serio los compromisos climáticos y adoptar políticas "eco friendly", la realidad es que los gobiernos israelíes, no sólo han mostrado su cara genocida y de despojo, sino también ecocida en el territorio palestino.

Israel depende de unas prácticas agrícolas y de un uso del agua insostenibles que dependen de la explotación de la tierra y el agua de la población palestina. Además, según datos del Banco Mundial, el 97.7 % de la producción eléctrica de Israel proviene de combustibles fósiles, a su vez, el país ha tratado de exportar a Europa, tanto gas natural y electricidad.

Pese a esto, Israel ha gastado muchos recursos internacionalmente para cultivar una imagen de responsabilidad climática y ecológica, bajo el popular slogan de "hacer florecer el desierto", sin embargo está cimentada sobre un apartheid del agua y el ecocidio silencioso del ecosistema mediterráneo desde hace varias décadas.

Ecocidio en un desierto que y florecía

Con la fundación en 1948 del Estado Israelí, comenzó un proceso de expulsión y limpieza étnica de la población indígena palestina, que continúa hasta nuestros días y que se ha recrudecido con las continuas ofensivas militaristas y coloniales en los territorios palestino, tanto de Gaza y Cisjordania, esto, acompañado de la adopción de prácticas de agronegocio y de la sustitución del ecosistema mediterráneo.

Fue así que los árboles nativos, como robles, algarrobos y espinos y cultivos agrícolas de olivos, higos y almendros, fueron arrancados de raíz y reemplazados por pinos europeos, mismos que, al ser una especie extranjera del ecosistema, tanto por los recursos que se necesitaban para su mantenimiento, como por la depredación de la vegetación y fauna local, ocasionaron la reducción de la biodiversidad, pues estos arrojan hojas que son ácidas e impiden el crecimiento de plantas del sotobosque.

Según el portal del movimiento ambientalista Extinction Rebellion, las organizaciones sionistas que se proclaman como expertas en ecología, usaron esta limpieza de terrenos originarios para que fueran más "familiares" para los colonizadores judíos europeos y dificultar la vuelta de refugiados palestinos.

Estos árboles también son muy susceptibles al fuego a causa de sus resinas, de hecho, los incendios son ahora algo común en las zonas en las que fueron plantados. De hecho, Tan solo en este año, ha sido uno de los países más afectados por las olas de calor del Mediterráneo, registrando hasta 220 incendios forestales y hasta 43°C en algunas ciudades y que, según el Ministerio de Protección Medioambiental Israelí, entre 2012 y 2020 el aumento de las temperaturas ha provocado la muerte de 363 israelíes por choques de calor.

Según la web,"Visualising Palestine", tanto el gobierno Israelí, como organizaciones de colonos sionistas, desde los años 60, han eliminado al menos 800 mil olivos nativos de la Cisjordania ocupada, algunos hasta con un siglo de antiguedad, a su vez, desde el 2000, se han destruido hasta 3 millones de arboles frutales pertenecientes a agricultores palestinos, mismos que no solo representan un simbolo de identidad para el pueblo palestino, y una vital fuente de ingresos.

Pese a esto, tanto colonos, como el propio Ejército continúan permitiendo la quema y bombardeos ilegales de las tierras palestinas, siendo que es una recomendación general tanto del Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático, como de la misma Organización de las Naciones Unidas, conservar ecosistemas nativos como una de las armas más potentes para mitigar los efectos de la crisis climática. A su vez, con la instalación de los múltiples, el “Muros del Apartheid” en Cisjordania y Gaza obstruyen el movimiento de animales, provocando una pérdida de biodiversidad.

Por si fuera poco, Israel también ha dañado la tierra y la agricultura en Gaza, según datos de la Red Palestina de ONG Ambientalistas y de Amigos de la Tierra Palestina en 2019, el ejército israelí impide a la población palestina utilizar el 20 % de la tierra cultivable situada cerca del muro militarizado y ataca a las tierras agrícolas de la Franja con peligrosos pesticidas, tan solo en 2014, durante la cual Israel arrojó 21 mil toneladas de explosivos sobre la Franja, mismos que han provocado importantes daños al suelo que han reducido la productividad de la agricultura.

Estas formas de apropiación de la tierra y los ecosistemas nativos, forman parte de las estrategias del Estado sionista para la limpieza étnica, además del etnocidio y genocidio del pueblo palestino, donde también se utiliza el greenwashingde conservación de la naturaleza, sin mencionar que
las mismas autoridades israelíes han reclamado ciertas extensiones de tierra como “áreas verdes” y luego las convirtieron en asentamientos judíos dos o tres años después.

Un apartheid climático

Israel se ha comprometido a reducir el 25% de sus emisiones de gases de efecto invernadero de 2005 a 2030, mediante un ambicioso plan "verde", tanto en las zonas de los Altos del Golán ocupados y en el desierto del Naqab, entre otras áreas, sin embargo estos proyectos vienen con el sello de la expulsión y el apropiamiento ilegal de tierras de los agricultores originarios, tanto palestinos, como sirios Jawlani, quienes enfrentan el despojo de sus terrenos para dar paso a megaproyectos de aplanar dunas y sembrar árboles no nativos.

A su vez, en la Cisjordania ocupada Israel robó sistemáticamente la tierra y el agua palestinas, que ahora controla más del 60% del territorio, donde ha permitido el asentamiento ilegal de más de 650 mil colonos, quienes acaparan todos los recursos de la zona, como la tierra y el agua, de hecho estos, consumen seis veces más aguaque los 2.9 millones de residentes palestinos de Cisjordania,

Mientras tanto, en el valle del Jordán, tanto agricultores, como habitantes, luchan para adaptarse a la escasez de agua, al tiempo que las ciudades de los colonos gozan de hasta tres veces más en cantidad, tanto para consumo diario, como para piscinas, riegos de césped, etc.

A causa de décadas de bloqueo en la franja de Gaza y los bombardeos constantes en plantas eléctricas, solo un 3% del agua es potable, cosa que conlleva una crisis sanitaria inimaginable para el pueblo palestino, que ha sido aún más crítica con los recientes bombardeos en Gaza, donde el Ejército israelí ha cortado todo el acceso al recurso, por lo que ahora los millones de habitantes y desplazados sobreviven con la ayuda humanitaria y lo que han podido recolectar de las lluvias.

A esta grave discriminación y despojo se ha denominado en otros países como "apartheid climático", sobre todo desde la irrupción masiva del movimiento juvenil de huelgas por el clima, que justamente ha denunciado tanto la doble cara de los gobiernos capitalistas que buscan continuar con el extractivismo y el uso de los combustibles fósiles, pero al mismo tiempo que se beneficia de la colonización de tierras indígenas como ha pasado durante 75 años en Palestina.

Palestina es una cuestión de justicia climática

"No existe justicia climática en tierras ocupadas", esta ha sido la respuesta de Greta Thunberg y miles de activistas medioambientales ante la presión de los gobiernos por callar la solidaridad con el pueblo palestino y la exigencia del fin de la colonización de las tierras indígenas y es una realidad que la lucha contra la crisis climática también abraza la liberación de Palestina.

No sólo por que empresas de origen israelí, como Mekorot, que no solo es de las responsables del acaparamiento del agua en Gaza y Cisjordania, pero que también comienza a querer intervenir en países como Argentina, para apropiar y despojar provincias como Mendoza y Chubut, que vienen desracando la lucha por la defensa de este recurso desde hace años.

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Sino también por que el reclamo de "justicia climática", también incluye el fin del colonialismo y el imperialismo que buscan apropiarse de recursos naturales mediante el despojo y el extractivismo, que agravan la crisis climática.

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