Jueves 4 de diciembre de 2014
Este 30 de diciembre se cumplen 10 años del golpe más fuerte que sufrió la juventud por la negligencia del estado y la desidia de los empresarios de la noche. En el boliche República de Cromañon fallecieron 194 pibes y pibas a causa de un incendio provocado por pirotecnia durante un recital de Callejeros en 2004. El boliche estaba ubicado en la calle Bartolomé Mitre, a metros de la estación Once del ferrocarril Sarmiento. Esa cuadra de Mitre entre Ecuador y Jean Jaures se mantuvo bloqueada hasta el año 2012, y es justamente allí donde finalizaban las primeras marchas en las que se pedía justicia, donde se montó un santuario en el cual los padres de las víctimas dejaron flores, fotos y objetos personales de las víctimas. Un espacio desde el cual también se exigió cárcel a los responsables.
En el año 2012, a causa de la Masacre de Once que dejó un saldo de 51 muertos el 22 de febrero, la cuadra en la que se encuentra Cromañon fue rehabilitada al tránsito, debido a que las ambulancias que debían socorrer a las víctimas no podían acceder fácilmente a la puerta de la estación de ferrocarriles.
Hoy, a casi 10 años de la tragedia de Cromañon, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires confirmó que hace dos semanas comenzó el plan de obras para hacer peatonal ese tramo de la calle Mitre, la construcción de un cantero verde y una fuente, mejoras en el alumbrado, paneles con fotos y nombres de las víctimas. La intención del gobierno es finalizar las obras antes del 30 de diciembre, en honor al aniversario de aquella noche.
Pero la justicia por los pibes de Cromañón sigue esperando. El gobierno de la Ciudad, que muy lejos está de esa justicia, decide conmemorar a las víctimas con un “paseo peatonal”, sin siquiera acercarse a muchos de los sobrevivientes de aquella noche para escuchar su opinión sobre un tema muy sentido y mediatizado en un aniversario tan importante. Siguen esquivando que el principal responsable de todo fue el gobierno, que cuando cambió de nombre expulsó a la juventud de todos los espacios culturales y verdes.
Decoraciones pintorescas, probablemente con alguna constructora amiga del macrismo, mientras Ibarra quiere volver a la jefatura de gobierno porteño amparado por el kirchnerismo, y sale a decir que “hubo una reacción judicial desmedida en las condenas”. El macrismo calla sobre la impunidad que sigue reinando sobre la masacre de Cromañon. Para estos políticos, valen más sus negocios que la vida de la juventud.
¿De qué memoria hablan ellos? Los familiares y sobrevivientes siguen reclamando justicia.