Este jueves, en la sede del Medef, sigla del principal gremio patronal de Francia, los principales partidos que concurren a las elecciones legislativas presentaron sus programas económicos ante el grupo de empresarios. Fue la ocasión para el Nuevo Frente Popular de defender sus medidas... pero sobre todo de tranquilizar a los empresarios.
Viernes 21 de junio
En el marco de la campaña para las elecciones legislativas, los representantes de los principales partidos institucionales en competencia audicionaron uno tras otro a la sede del Medef - Mouvement des entreprises de France, el principal gremio empresarial francés, para presentar sus programas económicos.
El Nuevo Frente Popular, donde estan Los Ecologistas, La France Insoumise, el Partido Comunista Francés y el Partido Socialista, participaron en esta audición, representado por el diputado saliente Boris Vallaud (PS- Partido Socialista) y Eric Coquerel (LFI - La France insoumise), solo unos días después de una crítica brutal del Medef que los comparó con la extrema derecha del partido Agrupación Nacional - Rassemblement national (RN), criticando medidas "peligrosas" para la economía y denunciando el "fascismo de extrema izquierda al igual que el de extrema derecha". Fue un ataque contra la izquierda en un momento en que algunos sectores de la patronal, aunque aún son escépticos sobre el programa de RN, comienzan a inclinarse hacia la extrema derecha.
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La audición de ayer fue una oportunidad para la nueva y amplia coalición de partidos de la izquierda institucional para intentar tranquilizar a los grandes empresarios, con un programa aún más moderado que el de la colación NUPES en 2022. Boris Vallaud (PS) instó a los "multimillonarios" a hacer un "esfuerzo de solidaridad y patriotismo económico". Y respaldó su declaración continuando: "Ustedes se han beneficiado de nuestras escuelas, (...) de nuestros servicios públicos, (...) de nuestras subvenciones públicas".
En cuanto al fondo, el enfoque principal fue suavizar su discurso frente a los representantes de la patronal: se dejaron de lado las promesas de aumento del salario mínimo o de indexación de los salarios según la inflación, en favor de argumentos dirigidos a defender un presupuesto "detallado", "coherente" y tranquilizar a los empresarios sobre Europa. "No, no queremos salir de la zona euro", declaró Eric Coquerel (LFI), haciendo eco al comunicado del Medef que criticaba los programas de RN y de la izquierda por atacar "la libertad de circulación, la movilización de capitales europeos y el principio mismo de comercio libre con nuestros socios comerciales".
El llamamiento al "patriotismo económico" en forma de alegato en favor de la unidad nacional alcanzó entonces su punto culminante en boca del diputado socialista: "Salgamos del pobre dilema de "¿Debemos amar u odiar a las empresas?" y fundemos juntos un nuevo pacto productivo, que una a trabajadores, capitanes de la industria y consumidores".
Un discurso que, por un lado, evita señalar la responsabilidad de la patronal al centrarse en los más ricos para pedirles un esfuerzo bastante modesto, y que, por otro lado, coloca tanto a los trabajadores como a los "capitanes de industria" en el mismo bando, insinuando que ambos tienen intereses comunes en la producción. Esta propuesta compartida desde La France Insoumise hasta el Partido Socialista busca inculcar la necesidad de formar un frente de conciliación de clases con la patronal frente a la crisis. Esta conciliación con el MEDEF revela las concesiones y compromisos que el Nuevo Frente Popular, detrás de las esperanzas que genera, podría asumir una vez en el poder.
Asimismo, las exhortaciones al "rearme nacional" con tintes soberanistas siempre terminarán sirviendo en última instancia a los intereses de los grandes empresarios, como se vio durante la pandemia con los miles de millones que el gobierno francés destinó a las grandes empresas supuestamente en beneficio del interés común. El famoso "rearme productivo" también evoca el nombre del Ministerio de "reconversión productiva" de Arnaud Montebourg (PS) durante el mandato de Hollande, y su historial de cierres de fábricas o el gran fracaso de los decenas de miles de millones del CICE, un crédito fiscal que se dio a las empresas francesas, y que se utilizaron para dar un cheque en blanco a las grandes empresas a cambio de la promesa, no cumplida, de crear empleos.
Detrás del llamado al "esfuerzo de solidaridad" patriótico por parte de las patronales, los representantes del Nuevo Frente Popular intentan sugerir que se trata de conciliar con los ultra ricos y la gran patronal, especialmente cuando son franceses. Sin embargo, no solo el camino electoral es un callejón sin salida, sino que no se puede combatir a la extrema derecha forjando una forma de "unidad nacional" con el MEDEF, quienes nos explotan y oprimen.