×
×
Red Internacional
lid bot

Cine popular. “Pibes de Barrio” un homenaje al fútbol del 5 de Mayo

A sala repleta, el viernes 10 de mayo se estrenó el documental “Pibes de Barrio” en el Cine Teatro Municipal de Ensenada. Escrito, dirigido y filmado con su celular por Jonatan Ruaimi, artista plástico, trabajador del Astillero Río Santiago y activista para contar la vida del Club de fútbol de su barrio.

Santiago Montag

Santiago Montag @salvadorsoler10

Domingo 19 de mayo 16:58

Escuchá esta nota

La película documental narra de la esencia del Club de fútbol barrial ensenadense 5 de Mayo. Nos relata de forma poética cómo se convirtió de potrero a estadio, encarnado por el esfuerzo de los vecinos que dieron vida a un proyecto que no deja de crecer. El barrio pudo verse a si mismo en la pantalla grande para contemplar el tamaño de su conquista colectiva. El público apenas pudo contener las lágrimas de emoción mientras cantaban el tema de La Chimi “Ser semilla, ser bandera”, una banda local del Astillero. Una vez secos los ojos, volvían a inundarse. Porque pocas veces el cine pone el ojo en las satisfacciones o las sutilezas de la dura vida cotidiana de los barrios como el 5 de Mayo.

Jonatan Ruaimi es el artista de esta obra. Sus horas libres afuera del Astillero Río Santiago fueron destinadas a componer esta película. Trabajó durante 8 meses con su celular para recolectar las imágenes del lugar donde él mismo se crió, registrando la esencia de sus más humanas alegrías. Logró con pocos recursos un film documental que rescata una porción de historia de un barrio que supo construir una identidad propia.

La composición articula entrevistas, filmaciones de los partidos y fotos antiguas. A través de esos relatos expone de forma implícita el contexto social en el que se inscribe esta biografía comunitaria. Los abrazos de gol, las gambetas y los rostros de felicidad son los protagonistas de los 60 minutos que dura el film. Los personajes llevan puestas ropas de trabajo de las fábricas de la zona, como YPF o el Astillero, dejando impresa la huella de solidaridad popular. Como actores omnipresentes están los edificios del barrio, espectadores de cada partido tras las tribunas bautizadas con el nombres del primer hincha que ya dejó este mundo. De allí vienen los colores de la camiseta, cuentan, del gris de las paredes y el rojo de los tejados.

Durante el documental dan su testimonio más profundo muchas de las figuras que hacen posible la existencia del club. Entre ellos están Martín Abelando, Ricardo Gonzalez, el “Pollito” Díaz, y Guillermo Lemos, uno de los fundadores en el año 1985. Son todos trabajadores de la zona que dedican su tiempo libre para cumplir los sueños de los chicos y chicas. Ellos cuentan que el Club es mucho más que una institución, es una hogar que abre las puertas para que todos se puedan desarrollar en su vida como buenas personas. Los entrenadores se involucran fuertemente en la vida de sus jugadores, que cargan con duras historias personales y familiares para sacarlos adelante en la escuela o sus problemas domésticos.

Ellos van contando cómo fueron superando obstáculos para lograr la estructura actual, desde reclamar al municipio de Ensenada ayuda material como aportes de los obreros del sindicato UOCRA. Hoy tienen más de 600 jugadores, sus equipos van desde infantiles hasta primera división y senior, tanto varones como mujeres. Además con la ayuda de los vecinos y vecinas fueron construyendo los vestuarios, las tribunas y el quincho.

Un capítulo especial lo tiene Ramón “el viejo” Pérez, uno de los fundadores del equipo de juveniles. El “viejo”, además de pelear por una estructura, dejó la marca del cambio social a través del deporte. Fue uno de los que luchó por la construcción de la cancha grande que les permite entrar en las normativas para participar de la Liga Amateur Platense. Pero la cancha trasciende el hecho de la participación. Para los vecinos y vecinas se trató de la materialización de un sueño que parecía imposible. De todos aquellos que celebraban el ritual deportivo todos los fines de semana alrededor del potrero que resistió décadas en el corazón de los edificios, porque el fútbol concentra la magia y las pasiones de todo barrio. Hoy “el viejo” quedó inmortalizado en el nombre del Estadio.

El barrio 5 de Mayo sufrió duros golpes durante la década de los ‘90. El desempleo proliferó al ritmo de las privatizaciones en Astillero Río Santiago, YPF sumado al cierre de fábricas más pequeñas. La vida se volvió durísima y la juventud perdía el horizonte. El barrio fue condenado a la marginalidad por los gobiernos, estigmatizado por la prensa, y reprimido por la policía en esos años. “Caminar fuera de él para cualquier vecino era un boleto para caer preso”, cuenta Marcelo vecino de allí. Por eso la existencia del Club encierra una historia de lucha colectiva y de construcción de una identidad solidaria. Una prueba terrenal de que otro destino es posible. Para Pablo “el Chiqui” Contana, presidente del Club, “todos y todas hacemos que el club crezca día a día sin pausa porque cuando uno no late, late el compañero que esta a nuestro lado, el 5 empezó a crecer muchísimo mas de lo que cada uno creemos y este documental seguramente ya empezó a ser nuestro emblema para la sociedad”.

En definitiva, aunque la película tenga nombre y apellido, cuenta una historia común a muchos de los barrios que viven en la carne las mismas tragedias y alegrías. Reflexiona Jonatan sobre su obra, “tal vez no salieron campeones, pero no importa, hoy solo importa su felicidad y la forma más digna de haber llegado, que es divirtiéndose”. Ese es el verdadero gol.


Santiago Montag

Escribe en la sección Internacional de La Izquierda Diario.

X