Ethan estudiaba en CCH Sur hasta que fue expulsado (junto con otros tres compañeros) por la dirección del plantel como parte de las expulsiones políticas a un sector que se organiza y que ha puesto el cuerpo frente a ataques porriles como el del 3 de septiembre el año pasado.
Jueves 29 de agosto de 2019
El jueves pasado, Ethan fue detenido afuera de las instalaciones del CCH Sur; Policía de Investigación lo retuvo con la excusa de una revisión “de rutina” —como las tantas que hacen en zonas periféricas y precarizadas de la CDMX que dan continuidad a la criminalización que vivimos los jóvenes—intentaron subirlo a una camioneta tipo jeep color café. Nunca le informaron hacia dónde lo llevaron, pero durante el trayecto lo golpearon y lo ahorcaron.
“Temía ser uno más en las cifras de desapariciones”
En el Ministerio Público le informaron que existe una carpeta de investigación abierta por la dirección de CCH Sur contra él y los demás compañeros expulsados. Sabían ya el nombre de nuestro compañero; que había tenido “problemas” con los directivos; le enseñaron fotos de él junto a otros menores de edad en el cubículo estudiantil donde se organizan con la intención de obligarlo a declarar que ahí se venden drogas y que él es narcomenudista. Al no declarar esto le intentaron imputar el cargo de delito contra la salud, lo mantuvieron hora y media más incomunicado.
Ethan denunció en un video que esta detención fue ordenada por Luis Aguilar, director del plantel.
Esto ocurre en medio de una ofensiva represiva del conjunto de las direcciones de CCH y de la misma Rectoría, metiendo a la elementos de cuerpos armados al interior de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, o poniendo a la policía de Sheinbaum a patrullar los bachilleratos de la UNAM, arremetiendo contra los cubículos estudiantiles en CCH Azcapotzalco y Naucalpan, intimidando a los vendedores en la Facultad de Filosofía y Letras y en CCH Sur.
Pareciera que la intención de las autoridades es acabar con el derecho a la autoorganización independiente en la Universidad y es muy alarmante que para ello, el director de CCH esté coordinando con la misma policía de la CDMX que tiene al menos once denuncias por violación como en las colonias Azcapotzalco y Tabacalera o en el Museo de la Fotografía -por solo mencionar algunos casos-; la misma que desapareció y torturó a Marco Antonio, estudiante de la Escuela Nacional Preparatoria 8, hace año y medio.
Quienes nos organizamos en la Agrupación Juvenil Anticapitalista nos oponemos a que estos métodos sigan siendo utilizados, nos oponemos a la criminalización que vivimos como jóvenes y como estudiantes organizados, tanto a fuera de las instalaciones como al interior por parte de los miembros de Jurídico de nuestras escuelas que operan como policía de las autoridades. Somos conscientes de que esta universidad invierte millones de pesos en sistemas de espionaje para hostigar y reprimir a la disidencia política.
Nos negamos a que la UNAM siga siendo parte de las medidas represivas que impone cada gobierno en turno, incluso el actual con la Guardia Nacional. Queremos una universidad al servicio del pueblo pobre y trabajador y de las grandes mayorías.
¡Alto a la criminalización de la juventud! ¡Basta de persecución política!
