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Red Internacional
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Mundo Obrero. ¿Por qué no te están contando las luchas de esta semana en Euskalherria?

Residencias, educación, sanidad, aeronáutica… un calendario de conflictos ha jalonado la última semana en Euskalherria, un año después de la huelga general del 30E. En ambas fechas el silencio mediático, político y sindical en el resto del estado ha sido ensordecedor ante ejemplos de coordinación y lucha que deberían extenderse.

Lunes 1ro de febrero de 2021

“Desde el Comité de Empresa de Aernnova, hasta las y los pensionistas. Desde las y los riders de Glovo hasta la Asociación Martxoak 3.” Así contaba el medio gasteiztarra Halabedi la manifestación unitaria que recorrería la capital alavesa el 30 de enero reuniendo a más de 50 colectivos y comités de empresa en lucha, con la presencia de los sindicatos LSB-USO, ESK, CGT, CNT, LAB y STEE-EILAS.

Un año antes miles de personas salían a la calle en la huelga general en Euskal Herria convocada por sindicatos, colectivos de pensionistas y demás organizaciones sociales y políticas bajo el lema de "pensiones, salarios y vida digna". En el aniversario de esa fecha un ejemplo de coordinación de sectores en lucha aparece en medio de la desmovilización en pandemia.

Tal y como explicaba la mesa convocatoria de la movilización, "no estamos ante una manifestación para una plantilla, para un sector o para un colectivo en particular. Se trata de un problema transversal que sufrimos todos y todas". Sin embargo, esta noticia no abre telediarios ni se difunde como lección de unidad en el resto del Estado. Pero no es la única.

La manifestación sería propuesta en el encierro del comité de empresa de Aernnova en Berantevilla (Araba), en lucha contra el ERE que implicaría 55 despidos. No es la lucha en desarrollo en el sector aeronáutico. En las plantas de Sestao y Barakaldo (Bizkaia) la plantilla de ITP Aero está en huelga contra un ERE de 83 despidos en una plantilla que supera el medio millar, especialmente en las categorías con más antigüedad y mayores sueldos. Tal y como explica un trabajador de la empresa, “en tiempos de covid es más fácil deshacerse de la gente. No es el trabajo ni la carga de trabajo, el covid es una excusa para gastarse menos dinero”.

La represión de la Ertzaina es una pieza clave para intentar quebrar la huelga indefinida en marcha desde el 7 de enero, haciendo que entren los esquiroles -en su mayoría de cargos medios y altos-, tal y como se ha visto en las cargas de este lunes frente a la planta de Barakaldo. Tras golpear a la plantilla y romperle la nariz al secretario general de CCOO Euskadi Industria Javier Gómez, “la violencia” ha sido el argumento del Gobierno Vasco para cancelar a última hora la reunión que había pedido el comité de empresa, a pesar de haber sido ejercida por la policía.

No son las únicas movilizaciones y conflictos de la semana.
Jornada de huelga de residencias y cuidados el martes, de transporte y comedores escolares el miércoles, de la sanidad pública de Osakidetza el jueves… no sólo se trata de luchas contra los despidos que se están multiplicando en todo el estado, sino también para pelear por defender y mejorar varios convenios.

En el caso de las residencias, la plantilla se movilizó por un convenio “encaminado hacia un modelo de cuidados profesional, público, digno, universal y gratuito" frente al que denuncian como un modelo de cuidados que "antepone el beneficio económico al cuidado de las personas y las condiciones laborales"

También, el pasado 22 de enero el personal de limpieza de edificios y locales de Gipuzkoa salió a luchar por un convenio colectivo para 5.000 trabajadoras, ya que sufren una diferencia salarial del 28% con la limpieza de calles, un sector masculinizado donde los contratos parciales son el 20% frente al 80% en la limpieza de edificios y locales.

El pasado miércoles el personal de transporte y comedores de los centros educativos en Euskadi denunciaba en huelga las condiciones de inseguridad que sufren durante la pandemia, pidiendo que se establezcan y revisen ratios, grupos permanentes y garantizar que no empeoren las condiciones laborales.

Asimismo, el jueves 28 se organizaron paros en Osakidetza (la sanidad pública vasca) adheridos por CCOO, UGT, ELA, LAB, ESK y SATSE exigiendo la reversión de los recortes y las privatizaciones, con un aumento del presupuesto y un nuevo Acuerdo Regulador de Condiciones de Trabajo, vencido desde hace 11 años.

Denunciaban que “en una administración con más de 15.000 temporales y en la que la temporalidad alcanza el 40%, la propuesto de una OPE de 3.500 plazas realizada por Osakidetza, es absolutamente insuficiente.”

Mientras ejemplos como los que hemos visto se encuentran con la barrera del aislamiento y la desinformación, en el resto del Estado la burocracia sindical llama a movilizaciones simbólicas para el mes de febrero, un gesto totalmente impotente.

Es urgente denunciar esta política cómplice y exigir a las direcciones de los grandes sindicatos que convoquen verdaderas jornadas de lucha por un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, que preparen el terreno para una huelga general por la derogación de las reformas laborales y de pensiones.

A su vez la izquierda sindical, con los sectores críticos dentro de CCOO y UGT, los movimientos sociales por la vivienda, contra los cortes de luz o en defensa de los servicios públicos, y junto a la izquierda anticapitalista, tenemos por delante la responsabilidad de avanzar en organizar la solidaridad con las luchas en curso, la coordinación y apoyar la organización de los sectores precarios que salen a luchar.

Sólo así podremos imponerle desde abajo a las burocracias sindicales salir a luchar por un programa de salida a esta crisis en favor de la clase trabajadora. Porque en esta crisis o se salvan ellos, como en la anterior, o nos salvamos nosotros y nosotras.