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Red Internacional
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Análisis. ¿Por qué quedó detenido César Milani?

Para exdetenidos desaparecidos y familiares, las pruebas eran suficientes. Pese al “aguante” del kirchnerismo y a un Poder Judicial siempre cómplice, finalmente el militar quedó tras las rejas.

Daniel Satur

Daniel Satur @saturnetroc

Viernes 17 de febrero de 2017 15:27

Tal vez por cierto aire progenocida que se respira en algunas instituciones desde que asumió Mauricio Macri, César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani guardaba cierta confianza en que nunca iba a estar tras las rejas, pese a que las causas judiciales en las que está imputado no son pocas ni leves.

Quizás ese exceso de tranquilidad lo llevó a cambiar de estrategia en los últimos tiempos y decidió dejar de mandar escritos a los juzgados y empezar a presentarse a declarar cuando fuera llamado.

Es así que en octubre fue a Comodoro Py, citado por presunto enriquecimiento ilícito. Y es así también que esta semana estuvo en Tucumán (el martes) y en La Rioja (el viernes) prestando sendas declaraciones indagatorias sobre casos de secuestros, torturas y desapariciones forzadas de personas ocurridas durante la dictadura cívico-militar de la que fue parte.

Si bien las imputaciones por enriquecimiento ilícito y por la desaparición del conscripto Alberto Ledo de un cuartel de Tucumán en 1976 son las dos causas más conocidas, finalmente a Milani se le dictó la prisión preventiva por otras causas, en las que se investiga su participación en secuestros, torturas y detenciones ilegales.

En La Rioja se tramita una causa donde hay un importante grupo de querellantes. Uno de los casos es el de Pedro Olivera, de su hijo Alfredo Olivera y de Verónica Matta, por cuyos secuestros fue citado a declarar Milani en esta oportunidad. Y también Milani fue imputado por la querella de Oscar Schaller, secuestrado en 1976 por una banda de militares entre los que se encontraba el exjefe del Ejército.

En el caso de Schaller la querella acusa a Milani del secuestro de Plutarco Schaller (padre de Oscar) y de los padecimientos de toda su familia alrededor de este hecho, incluyendo su propio secuestro y torturas, y la detención de su madre. Esta querella es patrocinada por los abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH) Myriam Bregman y Matías Aufieri.

(Tardía) prisión preventiva

El juez Daniel Herrera Piedrabuena de La Rioja había citado al general a declaración indagatoria para este viernes, luego de que el militar hiciera lo propio el martes en los Tribunales de Tucumán por la causa del soldado Ledo.

Tanto la familia de Ledo como los organismos de derechos humanos tucumanos tenían la expectativa de que Milani quedara detenido el mismo martes, ya que en la causa hay pruebas importantes que demuestran su participación en la desaparición del conscripto, siendo quien fraguó un certificado de deserción del soldado al servicio militar obligatorio poco después de la desaparición del joven.

Sin embargo el juez de la causa, Fernando Poviña, decidió que Milani continúe en libertad tras su presentación, donde se negó a declarar.

Pero esta mañana, en medio de una coyuntura nacional en la que el gobierno de Mauricio Macri está en el centro de la escena por sus medidas antipopulares y sus traspiés políticos, se dio lo que muchas personas daban como poco probable: César Milani quedó detenido con prisión preventiva en La Rioja, acusado de delitos de lesa humanidad.

El mismo Alfredo Olivera, uno de los querellantes contra Milani, había manifestado a este diario sus dudas de que esa posibilidad se concretara. “Los cargos que pesan sobre él son la detención ilegal y torturas a mi padre y a mí”, recordaba Olivera y agregaba que “además está la causa de Verónica Matta”. “Yo espero que lo dejen detenido, pero no me quiero entusiasmar con esta idea, porque en Tucumán había muchas expectativas que Milani quedará detenido y sin embargo no fue así”, anticipaba.

Olivera fue uno de los primeros en denunciar a Milani. La primera vez fue en 1979, ante la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la segunda en 1984, registrada en el Nunca Más riojano.

Finalmente el juez Herrera Piedrabuena, luego de escuchar al militar decir (como en Tucumán) que se negaba a declarar, ordenó su detención inmediata y traslado a una sede del Servicio Penitenciario provincial donde aguardará la continuidad del proceso.

Años de “aguante” al genocida

La detención de Milani ocurre muchos años después de haber sido acusado de torturas y secuestros por parte de sobrevivientes del genocidio. En algunos casos, como el de Alfredo Olivera, hace más de 30 años que el apellido del general estaba indicado como responsable.

Durante todos esos años, incluso, Milani no vio la necesidad de refugiarse o esconderse para evitar ser apresado. Por el contrario, gozó de muchos favores y privilegios. Durante los años 90 y principios de los 2000 estuvo en Neuquén haciendo contrainteligencia al servicio de los gobernantes de turno.

Y años después sería uno de los militares “mimados” por el kirchnerismo, al punto de que Cristina Fernández de Kirchner lo promovió como jefe del Ejército y le entregó presupuestos multimillonarios para desarrollar una especie de SIDE paralela, con control directo de la Casa Rosada, mucho más que el ejercido sobre el organismo de inteligencia “oficial” gobernado por Jaime Stiuso.

Tanto fue el “aguante” kirchnerista a Milani que el Gobierno de CFK soportó duros cuestionamientos de parte de su misma coalición, incluyendo organismos de derechos humanos prestigiosos como el CELS. Ni siquiera se lo destituyó cuando las víctimas del general levantaron su voz e hicieron mucho más públicas sus denuncias.

Con el kirchnerismo fuera del poder central del Estado la lucha por Verdad y Justicia de sobrevivientes, familiares y organismos de derechos humanos independientes continuó. E incluso se redobló frente a los intentos del macrismo de reforzar la impunidad para los genocidas.

Un primer paso

Finalmente el militar que, siendo subteniente, participó de secuestros, torturas y falsificación de documentos para consumar el genocidio, cuatro décadas después de los hechos queda por primera vez tras las rejas. Sin dudas un hecho que quedará en la historia como una conquista de la lucha obrera y popular.

Eso sí, esta detención de Milani no puede ser otra cosa que el primer paso de un proceso que debería concluir en una dura condena y en la cárcel común y efectiva, sin privilegios de ningún tipo. Algo que requerirá, justamente, que nadie baje los brazos y se siga paso a paso cada medida judicial, denunciando aquellas maniobras de jueces y fiscales que busquen ayudar (como lo hicieron con tantos) al genocida.

Como planteó Myriam Bregman, apenas enterada de la prisión preventiva de Milani, “lo dijimos bajo el kirchnerismo pero eligieron protegerlo: Milani es un genocida. Debe ser juzgado por todos los casos”.

Por lo pronto, Milani está detenido y desde hoy ve un poco más complicado su futuro. Habrá que ver si Guillermo Moreno piensa mantener su alianza con el genocida de cara a las elecciones de este año, donde el exsecretario de Comercio pretendía alistar al exjefe del Ejército como candidato a diputado por la Provincia de Buenos Aires. Pero eso, ante la noticia de esta mañana, al menos para quienes luchan en serio por Memoria, Verdad y Justicia, es un hecho de último orden.


Daniel Satur

Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS).

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