Los guardianes del intendente Jorge Macri cargaron contra pibes que antes de entrar a su turno laboral se juntaban a tomar una cerveza. La violencia se extendió poco después a los vecinos que defendieron a los jóvenes.
Jueves 12 de abril de 2018
Imagen de archivo
En las tranquilas calles de Munro, cuando ya cierran los últimos comercios, las puertas de algunos talleres gráficos, madereros y metalúrgicos empiezan a recibir a los jóvenes trabajadores del turno noche.
Es ya parte del argo barrial que los chicos tomen en la vereda su última cerveza antes de entrar al extenuante turno noche que implica tener los horarios cambiados y que les sea imposible organizar sus horarios para terminar el secundario, salir con sus amigos o estar con su familia.
Pero eEn las tranquilas calles de Munro, cuando ya cierran los últimos comercios, las puertas de algunos talleres gráficos, madereros y metalúrgicos empiezan a recibir a los jóvenes que del turno noche.
Es ya parte del argo barrial que los chicos tomen en la vereda su última cerveza antes de entrar al terrible turno noche que implica tener los horarios cambiados y les sea imposible organizar sus horarios para terminar el secundario, salir con sus amigos o estar con su familia.
Pero el martes a la noche la tranquila rutina se vio violentamente interrumpida cuando a dos jóvenes trabajadores precarizados de una empresa de Munro, mientras tomaban una cerveza a contrarreloj antes de entrar al laburo, dos policías comenzaron a hostigarlos sin razón. Momentos después se aprestaban a arrestarlos, sin causa probable, testigos ni ningún derecho elemental respetado.
El corresponsal de La Izquierda Diario, que además ejerce la docencia en el precario barrio de Las Flores cerca del lugar, intercedió junto al padre de uno de los chicos detenidos para evitar su arresto y pedir justificaciones a los uniformados. Pasó menos de un minuto cuando los dos policías se transformaron en treinta, pertrechados con armas de grueso calibre y sus armas reglamentarias apuntándoles a todos los que defendían a los chicos apresados sin razón (para este momento ya eran bastantes los vecinos del barrio apoyando a los pibes).
Cuando la Policía se vio enfrentada por la gente del barrio y su impunidad sin límites (por la banca oficial del intendente de Vicente López Jorge Macri) fue desafiada, los uniformados optaron por pedir más refuerzos y empezar a reprimir a todos los presentes pegándoles a los presentes, incluido el corresponsal de este diario (en la región lumbar para no dejar marcas) y amenazando con llevarlos detenidos.
Se trata de la misma institución policial que ayer por la mañana reprimió y se llevó detenido a un trabajador minero de Río Turbio que viajó 2.700 kilómetros para llevar su reclamó al centro político del país.
A la vista de todos queda en evidencia que la campaña oficial (apoyada por las grandes empresas periodísticas) sobre la "inseguridad" es llevada adelante con minuciosa precisión para justificar más plata para las fuerzas de seguridad y para justificar el accionar policial que tiene vía libre para llevarse detenidos a dos laburantes por el simple hecho de tomarse una cerveza antes de entrar a trabajar.
El martes a la noche la tranquila rutina se vio violentamente interrumpida cuando a dos jóvenes trabajadores precarizados de una empresa de Munro, mientras tomaban una cerveza a contrarreloj antes de entrar al laburo, dos policías comenzaron a hostigarlos sin razón. Momentos después se aprestaban a arrestarlos, sin causa probable, testigos ni ningún derecho elemental respetado.
El corresponsal de La Izquierda Diario, que además ejerce la docencia en el precario barrio de Las Flores cerca del lugar, intercedió junto al padre de uno de los chicos detenidos para evitar su arresto y pedir justificaciones a los uniformados. Pasó menos de un minuto cuando los dos policías se transformaron en treinta, pertrechados con armas de grueso calibre y sus armas reglamentarias apuntándoles a todos los que defendían a los chicos apresados sin razón (para este momento ya eran bastantes los vecinos del barrio apoyando a los pibes).
Cuando la Policía se vio enfrentada por la gente del barrio y su impunidad sin límites (por la banca oficial del intendente de Vicente López Jorge Macri) fue desafiada, los uniformados optaron por pedir más refuerzos y empezar a reprimir a todos los presentes pegándoles a los presentes, incluido el corresponsal de este diario (en la región lumbar para no dejar marcas) y amenazando con llevarlos detenidos.
Se trata de la misma institución policial que ayer por la mañana reprimió y se llevó detenido a un trabajador minero de Río Turbio que viajó 2.700 kilómetros para llevar su reclamó al centro político del país.
A la vista de todos queda en evidencia que la campaña oficial (apoyada por las grandes empresas periodísticas) sobre la "inseguridad", con su nada novedosa Doctrina Chocobar, es llevada adelante con minuciosa precisión para justificar más plata para las fuerzas de seguridad y para justificar el accionar policial que tiene vía libre para llevarse detenidos a dos laburantes por el simple hecho de tomarse una cerveza antes de entrar a trabajar.