En videos propalados por el policía Santiago Paco, este explica las circunstancias y motivos de los crímenes cometidos contra Judith Machaca y Noemí. Aquí se menciona la existencia de una red de trata de personas con fines de explotación sexual. Urge una investigación independiente para conocer la verdad de estos hechos y luchar por la desarticulación de las redes de trata.
Miércoles 17 de febrero de 2021
Fotos: Pan y Rosas Perú
En horas de la madrugada del martes 16 de febrero, el policía Santiago Paco Mamani difundió desde su cuenta de Facebook una serie de videos donde explica detalles del asesinato de Judith Machaca y de la adolescente Noemí. En estos videos, que tuvieron mucho rebote en diversos medios de comunicación a nivel local y nacional, el policía Santiago Paco señala también que estos lamentables hechos tendrían que ver con la existencia de una red de trata de personas con fines de explotación sexual en la que no solo estaría involucrado él, sino también otros efectivos policiales, además de jueces y fiscales.
Santiago Paco Mamami desde la clandestinidad confiesa los crímenes y señala a otros agentes como conocedores de estas prácticas, reconoce que él ayudó a ocultar los cuerpos y cometió otros actos delictivos. Así mismo, responsabiliza de ambos crímenes al efectivo policial Jhon Choque Valdez quien, a decir de Paco, sería un personaje “muy inteligente” y también el responsable de captar a las jovencitas para la red de trata.
Santiago Paco Mamani, dijo además que recibió de manos del policía Jhon Choque Valdez la suma de 70 mil soles para que se dé a la fuga cuando ya era inminente el hallazgo de los cadáveres en el pozo de 80 metros ubicado en la Yarada. Así mismo, mencionó que Choque Valdez lo tenía amenazado.
Más allá de que las declaraciones de Santiago Paco hagan parte de su estrategia de defensa, es urgente e indispensable que se realice una investigación profunda de todos los casos de mujeres desaparecidas en la ciudad de Tacna que, como indican diversos reportes, se han incrementado significativamente en el periodo de la pandemia.
Sin embargo, por el involucramiento de efectivos policiales en estas desapariciones, como bien lo demuestran los casos de Judith Machaca y de Noemí, el hecho que esta institución sea la encargada de llevar adelante esta investigación, le resta credibilidad y objetividad a la misma. Además de ello, recordemos que muchos de los familiares de las mujeres desaparecidas han dicho que cuando van a la institución policial a denunciar las desapariciones, los efectivos policiales - en la mayoría de los casos - se niegan a buscar a las mujeres reportadas como desaparecidas aduciendo que “ya volverán” o que “se fueron con sus enamorados”.
Por otro lado, la posibilidad que exista una red de trata de mujeres en la ciudad de Tacna, no es una idea descabellada, ya que, por su ubicación geográfica como región fronteriza con Chile y Bolivia, Tacna se convierte en una zona favorable para este tipo de negocio ilícito, el cual, junto al contrabando y el narcotráfico mueven mucho dinero y son una fuente de capitalización para un sector importante del denominado “empresariado emergente”.
Sobre la trata de personas, debemos tener en cuenta que este ilegal negocio conlleva todo un proceso que implica el ofrecimiento, la captación, el traslado, la recepción y la acogida de personas con fines de explotación, ya sea dentro del territorio nacional o hacia otros países.
Un Informe Global sobre Trata de Personas de la ONU (realizado en 2018 y publicado en enero de 2019), nos menciona que, sobre un total de 24 000 casos documentados en 142 países, la explotación sexual es el delito más común dentro de la “trata de personas” y representa el 59%, después se encuentra el trabajo forzado que representa el 34% de los casos. Según este informe, más del 70% de las víctimas son mujeres (el 49% son adultas y el 23% son niñas). Cabe mencionar que estas cifras se limitan a las víctimas detectadas, por tanto, las cifras reales serían de lejos superiores.
Y si las redes de trata actúan con tanta impunidad, es por sus vínculos con el poder político, judicial y policial. Por ello, exigimos una profunda investigación de los casos de niñas y jóvenes reportadas como desaparecidas en Tacna, la cual deberá ser llevada adelante por los colegios profesionales, las organizaciones gremiales, las universidades, las organizaciones de mujeres, entre otros sectores de la sociedad. Mientras tanto, las mujeres, junto al pueblo debemos seguir organizándonos y movilizándonos de manera independiente del estado y sus representantes, los cuales - como vemos - terminan siendo cómplices de la violencia machista. Solo de esa manera podremos alcanzar justicia para Judith, para Noemí y para todas.