Esta semana hubo dos acciones por el rechazo a las Becas Progresar y por conectividad en CABA y en La Plata, y el 13 de mayo hubo una importante movilización por la absolución de lxs estudiantes procesadxs en Córdoba. Comienzan a desarrollarse comisiones, asambleas y comités de apoyo solidarios a luchas de trabajadores. ¿Qué significan y qué potencialidad tienen?
Sábado 22 de mayo de 2021 17:00
En las universidades y terciarixs, la virtualidad lleva más de un año. Con la pandemia la nueva modalidad de cursado metió a todo el mundo en sus casas. La pobreza, la precarización, el desempleo y la deserción han sido la regla en la juventud. La virtualidad desgranó la vida universitaria y estudiantil; “individualizó” y confinó a todxs a tratar de seguir un ritmo desde la computadora, si es que tenés computadora. Ya no hay vida social en los parques de las ciudades universitarias, grupos de estudios en las cercanías de las facultades. La vida estudiantil cambió completamente y lo que es más grave, diluyó la organización. Quienes “conducen” las facultades y centros de estudiantes manejan los accesos a los canales de comunicación, que son cada vez más “unilaterales” y de “gestión”. La política universitaria se ha degradado como nunca.
Una reciente nota de La Nación, dice que lxs estudiantes están resignadxs del futuro del país y amenazan con una especie de “fuga de cerebros” al exterior. Frente al escándalo por el rechazo de las Becas Progresar, un meme mostraba a Ricardo Fort a punto de subirse a un avión y denunciaba “así ve a lxs estudiantes el gobierno”. Tanto peronistas como radicales vienen controlando hace años la Universidad. Saben manejarse en la tranquilidad de los despachos y en repartos de cargos, pero bien lejos están de lxs miles que no encuentran lugar en la universidad virtual, que cursan con un celular y piden datos, que precisan becas o buscan trabajo.
La situación del país no ha hecho más que empeorar. La crisis sanitaria, económica y social es muy grave y las nuevas generaciones lo sabemos, pero además lo sufrimos. Si la pobreza escala al 45 % en nuestro país, en la juventud es de más del 55%. Lo mismo ocurre con el desempleo, donde lxs jóvenes superamos el 25 %. ¿Cuántxs volvimos a las casas de nuestros padres porque no pudimos pagar el alquiler? ¿A cuántxs nos despidieron y tuvimos que buscar otro más precarizado que no nos permite estudiar?Incluso ¿A cuántxs nos pasó que despidieron a nuestros padres y tuvimos que garantizar el pan en la mesa?
Pocas universidades dieron datos claros sobre esta situación, la deserción que había aumentado durante el año pasado a más de 40 % en grandes universidades como UNR y UNLP, se sigue profundizando. En el Conurbano bonaerense la deserción en el primer año alcanza el 70%. Las tasas de problemas de conectividad y filtros de ingreso se hicieron más agudos este año. No hubo medidas de emergencia para enfrentar esta situación, se sacó el IFE y entre lxs estudiantes la bronca por el cupo en las Becas Progresar se hace sentir en las calles y en las redes.
Más de 1.100 estudiantes se contactaron con La Izquierda Diario para denunciar su situación.
En el plano más estricto de la política, esta situación tiene consecuencias. El gobierno de Alberto Fernandez, que fue elegido por el voto de muchxs jóvenes, había generado expectativa de recuperar lo perdido con Macri, pero eso no estaría sucediendo. El discurso de que la pandemia vino a “estropear sus planes” está perdiendo efecto y en muchas encuestas se ve que la juventud es la más desilusionada con el gobierno de FDT. ¿Eso tiene eco en el movimiento estudiantil? Es difícil saber la dimensión precisa. Estamos segurxs que si aún no ha pasado mucho es por la responsabilidad de quienes conducen nuestras Federaciones y centros.
Ya con distintas iniciativas en muchas Universidades y terciarios, empezamos a notar bronca por la situación. Las propuestas de organización en Comisiones y Secretarías, que de manera autoorganizada unen preocupaciones que van desde demandas educativas a la lucha de lxs precarizadxs, muestran potencial para unir lo que los gobiernos quieren separado. Las comisiones de género, que nos preparamos para intervenir el próximo 3J, también dicen presente en las luchas. Jóvenes preocupadxs por el problema del cambio climático nos reunimos con trabajadores del Subte para discutir la problemática del asbesto. Estudiantes que queremos becas compartimos las calles con docentes sin trabajo. Esa unidad concreta, organizada democráticamente donde todxs tienen la palabra, que busca esa unidad y coordinación, y con amplias campañas de exigencia a las conducciones estudiantiles, es la que estamos impulsando desde la Juventud del PTS y llamamos a la izquierda a profundizar. Hay estudiantes dispuestxs a avanzar en ese camino, si ponemos nuestras fuerzas ahí podremos sacar del inmovilismo a Federaciones y Centros.
Semanas de estudiantes en la calle
La Plata
“Los funcionarios nos dicen que nos entienden, que esperemos, que hacen lo que pueden. Nosotrxs les decimos que hacemos lo que podemos... con lo que no tenemos, y no vamos a parar hasta que nos den respuestas” le dice Sofía del Comité Psicología de la UNLP a los medios que se acercan a la concentración de estudiantes universitarixs, terciarixs, secundarixs, por jóvenes desocupadxs, docentes precarizadxs. Para muchxs, es la primera vez que se encuentran en la calle juntos después de asambleas virtuales y reuniones de comité, que cambiaron el aire de las facultades, los institutos y los lugares de laburo. Los días previos fueron de intensa militancia en las cursadas y grupos de las materias para convencer de por qué estar ahí y visibilizar la situación en la que estamos, que lejos de la que agita La Nación, “los privilegiados de la educación” muestran otro rostro… el rostro de lxs que se quedan afuera y que cansadxs de masticar bronca expresan la fuerza de cómo se organizan para que no les arrebaten ni un derecho más.
Al día siguiente, los grupos de Whatsapp de los comité se llenaban de mensajes de apoyo a lxs estudiantes de Capital que estaban cortando desde temprano, con orgullo y siguiendo el minuto a minuto sintiéndose parte de una misma pelea que comienza a despertar a muchxs jóvenes en el país. La conclusión: la coordinación sirve y hay que ampliarla y desarrollarla.
Capital
“Resultado de la beca: tu solicitud no pudo ser aprobada ya que…”, decía una de las cartulinas que levantaba Valentina, egresada del colegio Normal 10 de la Ciudad de Buenos Aires, en la movilización en el Obelisco el jueves 20 de mayo. Ella junto a cientxs de jóvenes de universidades, terciarios, colegios, precarizadxs y desocupadxs estaban reclamando por el acceso a la beca Progresar frente al bochazo que vienen recibiendo miles de pibes y pibas en todo el país que tuvo amplia repercusión en los medios nacionales. También estuvieron los pibes y pibas de La Red, y dijeron presente una delegación de trabajadores de Latam, que vienen peleando por sus puestos de trabajo hace un año contra el gigante pinochetista de la industria aerocomercial. "Venimos haciendo muchas acciones nosotrxs donde lxs estudiantes vienen acompañando, apoyándonos, entonces nos parece muy importante en este reclamo tan justo como la incrementación de las becas, estar con ellxs, lxs vamos a seguir acompañando en este proceso" decía Alejandro de Latam. Él es parte junto a otrxs trabajadores en lucha como del Puerto de Buenos Aires y tercerizados del ferrocarril, del comité de luchas donde se organizan también estudiantes de la FADU y Derecho.
En Capital, lxs jóvenes también están poniendo en pie comisiones como la de Ambiente en Filosofía y Letras, asambleas autoconvocadas como en Sociales y la UNA. Allí, por reclamos que empiezan por el acceso a la educación y atraviesan la pelea contra la precarización laboral y el apoyo a la docencia que viene reclamando por aumento salarial. “De verdad da gusto ver que podemos unirnos con otrxs que tienen una lucha similar”, le decía Alejandra a Santiago, ambos del terciario Alicia M. de Justo. Para profundizar ese camino, estos pibes y pibas se proponen volver a esas comisiones y asambleas para llenarlas de más participación, con nuevxs compañerxs.
Córdoba
“Creo que lo mejor de toda esta organización y lucha por la absolución es que pone de nuevo en pie al movimiento estudiantil, no solo por esta causa, si no, como actor social y ¡y con todo lo que está pasando en el país!” le dice una estudiante comunicación a otra en la movilización de más de 3000 personas el 13 de mayo en Córdoba. Tres semanas antes, estallaban los grupos de Whatsapp cuando se conoció que se elevaría a juicio oral a los 27 estudiantes de la UNC. “Tenemos que actuar ya!” sonaba una y otra vez, mientras circulaban los petitorios de firmas que pedían asambleas a los centros de estudiantes en Filo y Artes que habíamos impulsado. En las radios y los medios se empezó a instalar el tema, las y los docentes se solidarizaban ampliamente con la causa, hacían circular un petitorio de más de 600 firmas de repudio y se comenzaban a pronunciar los Consejos Directivos.
“¿Porque no han hecho nada aun? Interpelaba una estudiante ¿Porque nuestro centro no está convocando a la movilización? Decía otra. La campaña que impulsamos junto a decenas de estudiantes obligó a las conducciones de los centros de Artes, Filosofía y Sociales a llamar a asambleas. Otras facultades con menor tradición de organización impulsaron el Encuentro Por la Absolución. La organización estudiantil buscó y logró que sus centros convoquen a la movilización. 43 organizaciones estudiantiles, de Derechos Humanos, sindicatos, centros culturales y medios independientes adherían a la movilización por la Absolución de los 27. Ahora sigue fortalecer las asambleas, el encuentro, las comisiones y desarrollar una amplia campaña nacional. La lucha por la absolución no solo es una importante pelea contra la justicia que criminaliza a la protesta, es también una pelea por construir una alianza social con la juventud de los barrios populares, trabajadores precarizadxs y desocupadxs para enfrentar esta crisis juntos.
En la UNR y otros puntos del país, también se dan procesos de organización. En Rosario más de 100 estudiantes de medicina comenzaron a plantarse por conectividad y cargos docentes, obligando al centro de estudiantes a convocar medidas de fuerza, otro ejemplo más de lo que venimos señalando.
Estudiantes organizados en apoyo a luchas obreras
Empezando por la enorme lucha de los elefantes de la salud de Neuquén, pasando por los trabajadores de las viñas en Mendoza y Salta, los limoneros en Tucuman, los trabajadores terciarizados de EMA y el ferrocarril en el conurbano bonaerense, algo se mueve en la clase trabajadora que ya no acepta las condiciones de miseria y de salarios que pierden por goleada a la inflación. En cada proceso, estamos poniendo en pie comités, comisiones, espacios solidarios de la juventud con las luchas, que de desarrollarse la situación, puedan inclinar la balanza de fuerza en cada conflicto.
Neuquén
"Yo hace 20 años que soy parte del sistema de salud. Con esta lucha tuve que superar muchos límites. Pero especialmente los propios. Ver a esta juventud que hoy nos apoya, nos dice que estamos marcando el camino contra la resignación, para mí es todo". Esas fueron las palabras de un trabajador de la salud que el 9 de abril protagonizaba aquel piquete en la localidad de Añelo, de la provincia de Neuquén. Por esos días, una "manada" de enfermeras, camilleros, mucamas, profesionales y laburantes de la salud, ponían en jaque ni más ni menos que Vaca Muerta.Y "esa juventud" era un grupo de decenas de jóvenes del Comité de Estudiantes y Jóvenes en Apoyo a Salud. El Comité cuenta con 80 jóvenes de distintos lugares y se puso en pie para organizar el apoyo a la lucha de la salud que sacudió Neuquén. El objetivo fue coordinar la participación en cada jornada de lucha.
La Federación Universitaria del Comahue, así como la mayoría de los centros de estudiantes, estuvieron ausentes a lo largo de los dos meses que duró la lucha de los y las trabajadoras de la salud. Fue el Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades el que estuvo a la cabeza de la convocatoria para conformar dicho comité, y demostró que era posible impulsar una organización que superarse aquella pasividad y se propusiera, a partir de la acción común, organizar fuerzas para bancar una lucha que fue histórica. Hoy la intervención del comité continúa con una tarea central: sumar apoyos en todo el país contra los sumarios y causas abiertas, contra todo intento de criminalización de su pelea y juntando fondo de lucha para reponer los descuentos que el gobierno provincial les hizo.
Tucumán
En la otra punta del país, vemos algo parecido. Roque, es estudiante de Historia en la UNT y trabajador, es de la zona de Villa Quinteros, allí fue uno de los tantos lugares que se vieron sacudidos por los piquetes de los y las cosecheras del limón, que salieron a reclamar por aumento de salario y contra las condiciones de precarización extrema en las que trabajan. Roque, como muchxs estudiantes, conoce del barrio a amigxs que laburan en la cosecha. Por eso fue parte junto con decenas de estudiantes del Comité Solidario de estudiantes con la lucha de los cosecheros. “Me conmovió ver a estudiantes, como yo, viendo como solidarizarse con la lucha del citrus. Como estudiantes tenemos que reconocernos más como sujetos sociales atravesados por una realidad que nos atraviesa a todxs”.
El Comité participó en cada jornada de lucha llevando la solidaridad y extendiéndose desde la UNT a estudiantes terciarios de otras localidades como Famaillá, y contó además de con compañerxs de la Juventud del PTS, con estudiantes del FOL. Organizó una colecta de alimentos para aportar en las ollas populares al costado de las rutas en las tres semanas que los piquetes cortaron la provincia. Esta acción, contrasta con la actitud ausente de todos los Centros de Estudiantes, especialmente aquellos conducidos por el MPE como Filosofía y Letras.
Multiplicar la iniciativa: autoorganización y coordinación
Estos procesos muestran, a distintos niveles, que es posible retomar el camino de la organización estudiantil. Pueden comenzar por demandas ligadas a la imposibilidad de seguir estudiando y para combatir la deserción, como lo muestra La Plata, la UBA y la UNR; por inéditos y reaccionarios ataques contra el derecho a la protesta como en Córdoba; o por importantes luchas de trabajadores.
Hay que profundizar estas experiencias mediante el impulso de comisiones, secretarías, comités, que sumen a cientxs de estudiantes en las distintas facultades, que cuestionan el rol de las conducciones estudiantiles y le exijan asambleas y reuniones abiertas, para que se pongan a la cabeza de pelear por estas demandas. Pero a su vez, que no se limiten a solo eso. ¿Por qué nuestros centros de estudiantes no pueden jugar un rol de coordinar y organizar a quienes hoy no pueden acceder a la educación pública? ¿Por qué no abren sus puertas a la juventud precarizada y desocupada?
Para esta tarea, llamamos a las organizaciones de la izquierda, con quienes venimos compartiendo espacios y luchas, a sumar todas nuestras fuerzas para ampliar lo más posible estos espacios de organización. Es una pelea que consideramos estratégica, de ruptura con el pacto que tiene el régimen, junto con las conducciones peronistas y radicales, para que la juventud estudiantil no intervenga como sujeto en esta crisis. Tenemos un debate abierto con algunas organizaciones, como con la UJS, que en su práctica expresan una permanente separación de las distintas luchas, entre trabajadores ocupadxs y desocupadxs, entre jóvenes desocupadxs, precarizadxs y estudiantes. Para nosotrxs la clave está en la unidad. Mientras proponemos desarrollar este debate fraternalmente, mantenemos el llamado a la coordinación y la unidad entre estudiantes, precarizadxs y desocupadxs.
Los últimos anuncios de Alberto Fernández de nuevas restricciones, en el marco de un aumento exponencial de contagios y muertes por el COVID-19, evidencia la improvisación ante una situación que se vuelve más terrible. El gobierno no solo se recortó recursos para la salud, la educación y el gasto “social” a comienzos de año con un presupuesto de ajuste votado en el Congreso, si no que se priorizó la ganancia de quienes más tienen, incluido los laboratorios privados que recibieron millones para la producción de vacunas y se las llevaron fuera del país. Las nuevas medidas son tomadas sin contención económica alguna para los millones de trabajadores informales. Sin IFE, ni prohibición efectiva de los despidos, seguirán pagando el costo de la crisis quienes menos tienen, entre ellxs la juventud precarizada y desocupada. Hay que redoblar la apuesta para que resurja el movimiento estudiantil, retomando las mejores tradiciones combativas y de unidad obrera-popular que han caracterizado a nuestro país en etapas anteriores.