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Red Internacional
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Apuntes sobre el conflicto universitario: una polémica con la izquierda

Estamos en un momento importante del conflicto universitario. Después de dos marchas multitudinarias, cientos de tomas y la emergencia del movimiento estudiantil en todo el país, los rectores y las burocracias sindicales y estudiantiles quieren negociar para bajarla lucha y apostar a la rosca entre cuatro paredes, a espaldas de cientos de miles que nos movilizamos. Un sector de la izquierda, se adapta a esta política. Necesitamos seguir la lucha desde abajo y confiando solo en nuestras fuerzas para derrotar todo el plan de Milei y conseguir presupuesto para las universidades. Vamos por partes.

Miércoles 6 de noviembre 18:44

Foto Enfoque Rojo

Foto Enfoque Rojo

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El Consejo Interuniversitario Nacional (que reúne a los rectores, en su mayoría radicales y peronistas), y el Frente Sindical de las Universidades (compuesto mayormente por sindicatos peronistas) ya apuntaron los cañones a la rosca del presupuesto 2025. Veamos lo que dicen: “Mientras tanto, creo que hay una enorme oportunidad en el presupuesto 2025 de llegar a un acuerdo y generar un triunfo colectivo del Gobierno, de los diputados, de los rectores y de los gremios” decía Moriñigo presidente del CIN, mientras a la par criticaba las acciones del movimiento estudiantil. Así lo expresó también Piera Fernandez, la presidenta de la FUA y militante de la Franja Morada: “Estamos intentando hoy sostener una estrategia que nos permita discutir el presupuesto 2025 y volvemos a poner el eje sobre el Congreso. Creemos que hoy es el único mecanismo”.

Estas declaraciones tienen dos grandes problemas. El primero es que otra vez pretenden que los que estamos movilizados hace meses volvamos a confiar en los que nos cagaron (a nosotros, a los jubilados y a todo el pueblo trabajador) una y otra vez: los diputados y senadores del radicalismo, el peronismo y la oposición alcahueta. Por otro lado, la rosca del presupuesto de 2025 implica pelear por quienes van a ser los más perjudicados por el ajuste de Caputo y el FMI. Es decir, significar predisponerse a regatear un poco más de presupuesto para las universidades a costa de les jubilades, la salud, la educación fundamental, la asistencia social etc. Quieren repetir lo que ya hicieron en el primer semestre, cuando cambiaron presupuesto para el funcionamiento en cambio de ayudar el gobierno en la Ley Bases, las reformas jubilatoria y laboral. .

Mientras los radicales se aprestan para negociar, el peronismo/kirchnerismo no se queda atrás, no solo forman parte del CIN a través de los rectores de su espacio político sino que también poseen representación gremial en el frente sindical. Hacen seguidismo de aquella política. En las Universidades, dividen tareas: donde el peronismo se ve presionado por la existencia de un activismo y de una izquierda que quiere pelearla, oscila entre tener una pata en las asambleas y otra en las directivas que mandan las autoridades y siguen los rectores. Sin embargo, fueron los grandes ausentes en la asamblea interfacultades realizada en Plaza de Mayo que permitía empezar a coordinar desde abajo medidas que no estuvieran digitadas por el CIN y las conducciones burocráticas del conflicto, desconociendo lo votado en los propios centros que dirigen. En Facultades como Psicología, y Filosofía y Letras, han llegado a votar en contra de acciones que busquen coordinar y mostrar masividad y fuerza por fuera de las autoridades. La foto de esta semana es una bandera de arrastre compartida entre las agrupaciones kirchneristas y los radicales en Capital Humano.

Desde la Juventud del PTS creemos que la única forma de superar la orientación y dirección que las autoridades, las conducciones burocráticas y los partidos tradicionales le quieren dar a la lucha universitaria es apostar a la organización desde abajo buscando la coordinación para masificar al máximo el movimiento uniendo al activismo con el resto de lxs estudiantes y las luchas de trabajadores y jubilades. Por eso nos parece importante explicar la maniobra de las autoridades, desenmascarar el rol de los centros de estudiantes conducidos por el peronismo y radicalismo y defender los espacios democráticos de deliberación y decisión, tales como las asambleas y las comisiones de base.

Con la izquierda dimos peleas en común contra estas políticas en algunas facultades, en las tomas y las asambleas, construyendo la interestudiantil, a pesar del boicot activo del peronismo y votando medidas de lucha comunes como la exigencia a una nueva marcha educativa y la convocatoria del Obelisco a Plaza de Mayo el viernes pasado. Ahora bien, eso no es sin debates ¿Cuáles son y qué implicancias tienen para los objetivos en el movimiento estudiantil?

¿Qué pasó en la interestudiantil de Plaza de Mayo?

En esta nota, ya expresamos algunas de las discusiones principales que llevamos a esta instancia desde la Juventud del PTS y nuestras agrupaciones, así como algunos aspectos que hacen al balance político de esta jornada y los desafíos próximos del movimiento estudiantil.

El Partido Obrero nos acusa en su nota sobre la interfacultades de boicotear la instancia: “El PTS Intentó oponer el rol de los centros de izquierda a las asambleas y espacios autoconvocados. Con argumentos basistas e incluso adaptados a planteos mediáticos contra la izquierda, intentaron reducir la participación de los centros independientes a su mínima expresión”.

Por su parte, veamos lo dicho por el Ya Basta Nuevo MAS: “(...) queremos denunciar las maniobras de aparato que el PTS (...), llevó adelante contra la interfacultades rompiendo el consenso al cual habíamos llegado para la moderación de la asamblea: que moderen los centros de estudiantes, las organizaciones y los independientes, moción que se votó al principio de la asamblea. A la hora de votar las mociones, habiendo llegado a un pliego de medidas y consignas comunes, maniobraron de espaldas a la moderación contra los centros de estudiantes y las organizaciones para querer imponer medidas que no habían sido discutidas con el conjunto de les estudiantes, centros y organizaciones presentes, sobre la base de un criterio demagógico de devaluar el peso real de los sindicatos estudiantiles y de las organizaciones que le ponemos el cuerpo en la lucha.”

Con sus matices, la crítica se hace desde el mismo lugar. El PTS quiso “sacarle lugar” a las conducciones de los centros de estudiantes en favor de la participación de los estudiantes independientes. Si, es exactamente lo que propusimos. Lo defendimos en las asambleas de Psico, Filo, Medicina. En todas ellas el Partido Obrero, MST, Nuevo MAS e Izquierda Socialista no tuvieron ningún problema en votar en contra, junto a las agrupaciones peronistas (las mismas que pegaron el faltazo). También dimos esta discusión en la reunión de preparación llevada adelante en AGD donde participaron estudiantes no agrupados, a los cuales se dedicaron a ningunear.

Nuestro planteo fue claro: que hable una sola vez cada agrupación, para evitar que los agrupados monopolicemos el uso de la palabra. No queríamos que fuera un acto de las corrientes de izquierda donde cada uno haga alarde durante horas de los centros que conducen. Eso espanta a los estudiantes no organizados y no refleja la pelea que se viene dando en las bases de las facultades con esos sectores. Por eso también dimos una pelea para establecer una modalidad de moderación en la que tengan peso los estudiantes no agrupados. PO y NMAS se opusieron a nuestra propuesta paritaria para que modere un agrupadx y un independiente, proponiendo un esquema de 2 agrupadxs (uno en “representación” de su centro) y 1 independiente, buscando imponer con sus cargos la moderación de hecho en la asamblea.

El resultado de la interfacultades lo conocemos. El Nuevo Mas y el PO conformaron un bloque para intentar controlar la instancia, hablaron en representación de sus agrupaciones pero también varias veces más en función de los centros que conducen. Tuvimos 1 hora y media de discursos de militantes en calidad de “representantes” de dichos centros (mención aparte: desde nuestro punto de vista los centros no son de los militantes de las agrupaciones que lo conducen sino herramientas de lucha del conjunto del movimiento estudiantil), con la notoria diferencia del CeCyT (donde hablo nuestro compañero Martin, presidente del centro)que simplemente habló compartiendo el mandato de base de la asamblea. El CEAA del Ya Basta, o Evet de PO por ejemplo, no leyeron ningún mandato de su asamblea de base, sino que habló de las propuestas del Ya Basta y PO, equiparando a las conducciones políticas con el conjunto de los estudiantes representados en sus centros de estudiantes. No les preocupa “devaluar” el peso de los centros de estudiantes de izquierda, sino no poder hablar 30 minutos, repitiendo las mismas intervenciones una y otra vez.

Hacia el final, los estudiantes independientes presentes impusieron un mínimo de democracia, leyendo también los mandatos de las asambleas de base de las cuales son protagonistas activos de su construcción. A esa altura todas las corrientes de izquierda, a excepción del Nuevo MAS, apoyamos que moderen solamente lxs independientes, peleando contra el predominio de las agrupaciones como propusimos desde el comienzo. Hasta el PO tuvo que retroceder de su acuerdo con el YaBasta- Nuevo MAS por el nivel de las patoteadas a lxs independientes. Cuando lxs independientes presentaron sus propias mociones, el Ya Basta rompió la asamblea porque, como dice su nota, “no habían sido acordadas con las organizaciones presentes”. Una muestra más de que en lugar de una asamblea querían un acto para relucir sus figuras. Una estrategia mezquina que coloca a las conducciones políticas de los centros por encima de sus instancias democráticas, asamblearias y construidas desde abajo, con representación de compañeros y compañeras no organizados. Un método que no tiene nada que envidiarle a la Franja Morada, que con el argumento de que “las elecciones son más importantes que las asambleas” desconocen todas las instancias de base, las boicotean e impiden su desarrollo.

¿Un caso aislado?

El debate sobre el rol que deberían jugar los centros de estudiantes y la relación con lxs compañerxs independientes y autoconvocadxs que se acercan a la vida política estudiantil, no es para nada nuevo. La mayoría de las agrupaciones de izquierda tienen una concepción que no compartimos: que teniendo conducciones de centro de estudiantes de izquierda alcanza para organizar al movimiento estudiantil que necesitamos.

Hubo otras expresiones de éstas diferencias durante las asambleas: en Filo y Psico de la UBA propusimos crear comisiones de base para organizar al activismo, llevar adelante las resoluciones de las asambleas y, sobre todo, crear un vínculo entre la asamblea y las cursadas, buscando construir una participación que involucren los debates en el aula. En contra de esa propuesta de En Clave Roja se unieron Patria Grande, La Cámpora, Evita, Partido Obrero, MST y Nuevo MAS. Luego, no pudieron evitar que surgieran las comisiones de base: se sumaron a regañadientes y se transformaron, cómo por arte de magia, sin ningún balance ni autocrítica, en defensores de las mismas, al menos de palabra.

En Sociales en la última asamblea interclaustro existieron muchas limitaciones para la participación independiente, fomentada por un pre-acuerdo de la modalidad y la mociones entre los distintos gremios (incluido los que conduce PO) y la conducción de CECSo. Hacia el final, cuando la conducción de FEDUBA y el CECSo quiso levantar la asamblea para no votar mociones que no estén acordadas, las conducciones de PO (Comisión Interna no-docente y AGD) convalidaron la maniobra respetando acuerdos de mesa chica, yéndose para que no se vote

Mención aparte merece el Nuevo MAS. En Audiovisuales de la UNA donde conduce el YaBasta-Arte Insurrección, no dejaban que se voten comisiones de base, reproduciendo así los métodos que vimos que tuvo el peronismo en Sociales-UBA. Al mismo tiempo insisten con la idea de un “estudiantazo” donde nos tiene que ordenar un “factor de clase: la inmensa mayoría de los trabajadores en la universidad somos los estudiantes. No aceptamos ir atrás de los docentes”. Por un lado, niegan que el estudiantado sea policlasista, en una clara deriva ideológica y politica. Por otro lado, igualan las burocracias sindicales con lxs docentes, muchos de ellos precarizados o trabajando gratis, llegando al punto de oponerse a la construcción de asambleas interclaustros en cada facultad.

Por su parte el MST oscila en su posición y son oportunistas. Cuando les conviene posan como “críticos” a la preponderancia de las conducciones de los Centros de Estudiantes sobre el activismo independiente, pero allí donde son Conducción como en el Centro de Estudiantes de la Grierson no convocan a instancias democráticas para discutir y si lo hacen es solamente para debatir problemas que hacen a la cursada. Mientras que en algunas facultades apoyan los pliegos de reclamos que incluye la denuncia a las maniobras del CIN, cuando son la conducción solo piden “aumento del presupuesto educativo 2025”, denuncian a Jorge Macri (lo cual es bastante sencillo) pero del rol de la oposición peronista en la Ciudad de Buenos Aires no dicen nada.

Defendemos obviamente los centros de estudiantes conducidos por la izquierda frente al peronismo y radicalismo, pero no alcanza con ser conducción si no son un ejemplo de organización desde abajo. Los centros de estudiantes tal como los conciben las corrientes patronales que intervienen en la facultad, son cáscaras vacías de contenido, que buscan contener y evitar el desarrollo de un verdadero movimiento estudiantil, como el de las mejores tradiciones en la historia argentina. Por eso la discusión no es sólo quien gana las elecciones de un centro de estudiantes, sino qué hacemos con los centros que conducimos: si los aprovechamos para figurar más como corriente, para ser “el ala izquierda” de los centros al estilo FUBA morada, o peleamos por una alternativa a la forma de organización verticalista que imponen el peronismo y la franja morada, donde desde la izquierda demos una pelea sin cuartel para que los estudiantes sepan quienes son sus aliados en sus reclamos, y quiénes sus enemigos. Para que los centros sean herramientas de lucha independientes de los recortes, de los gobiernos, vinculadas al conjunto de las peleas de la clase trabajadora y auto organizados desde abajo.

La pelea de la izquierda tiene que ser frontal contra el rectorado nucleado en el CIN que quiere volver a tomar protagonismo luego de las masivas asambleas y tomas que le disputaron la capacidad de conducir el conflicto. Contra su estrategia de cerrar todo por arriba tenemos que mostrar algo radicalmente desde abajo, desde los centros y los sindicatos. Lamentablemente no vemos que por ejemplo los compañeros del PO den esta disputa de forma abierta por ejemplo en AGD, donde son la conducción, pensando que el gremio podría cumplir un rol decisivo en desenmascarar la subordinación del Frente Sindical a la política del CIN y ser un portavoz enorme en pelea por un movimiento independiente de las autoridades universitarias y sus partidos políticos. Por el contrario, en varias ocasiones han quedado pegados a las intenciones y los métodos de las burocracias sindicales. Como vimos en la asamblea Interclaustro de Sociales, donde a espaldas de la asamblea habían consensuado “no discutir las consignas por las que luchamos” y cuando se propuso hacerlo acompañaron la decisión de FEDUBA de levantar la asamblea y de la conducción kirchnerista del centro.

Un ejemplo de ésto: La FUBA 2001-2019

Este debate que estamos planteando con los compañeros no es nuevo. Y vale la pena remontarnos al pasado reciente por una cuestión: la misma estrategia que defienden los compañeros del PO y el NMAS de poner “las conducciones por delante de todo” fue un gran error que los compañeros del PO sostuvieron durante todos los años que condujeron la FUBA (casi 20 años!!) ¿Y cómo terminó esa experiencia? Después de 20 años de conducción volvió la Franja Morada a la federación y hoy no hay ni un solo atisbo del paso de la izquierda por allí. Es decir, en las dos décadas de conducción de un partido que se define trotskista, no han habido cambios sustanciales en la federación más importante de Latinoamérica. Los viejos estatutos de la franja morada así como su modelo de organización que centran su actividad en la gestión de servicios y fotocopias salieron ilesos. Y no es porque hayan faltado procesos de lucha para poder hacerlo. Como hemos dicho en varias notas, como esta, la idea de “frentes políticos anti franja” que incluyeron al peronismo que bancó a Scioli, mostraron su enorme fracaso estratégico.

Y claro, no podría ser de otro modo. Los últimos años de la federación se caracterizaron por la conducción conjunta con La Mella sin llamar a un sólo congreso para organizar la lucha de forma independiente. El argumento era priorizar que la conducción quede en manos de los “opositores a la Franja” de PO y Mella (que llamaba a votar a Scioli), sin importar lo que eso implicaba: en primer lugar un acuerdo oportunista con un sector que iba en camino a integrarse abiertamente al peronismo, y en segundo lugar y como subproducto de esto, una cáscara vacía sin iniciativa política para incentivar la participación en las 13 facultades del país y así derrotar los intentos de fraude de la Franja Morada y la UES, que terminaron por recuperar la federación en un santiamén, además de la mayoría de los centros de estudiantes de la UBA.

La Interfacultades de 2018 fue la coronación de este método: en un momento definitorio del conflicto universitario de aquel año, donde las conducciones docentes del PJ y Kirchneristas se proponían cerrar una paritaria a la baja y desmovilizar a los estudiantes, el Partido Obrero-UJS, confluyó con Nuevo Encuentro y La Mella en función de sostener sus acuerdos en la FUBA.

Traemos ésta experiencia porque creemos que es importante no pisar otra vez sobre la misma piedra, y sacar conclusiones para avanzar en esta lucha. La acumulación de cargos y sellos desde donde hablar no necesariamente implica que esos lugares conquistados sean la punta de lanza para desarrollar la autoorganización. Incluso, muchas veces estos “cargos” se han antepuesto al desarrollo del movimiento estudiantil real, ya que ubicaban la experiencia de estudiantes en asambleas masivas como algo accesorio a la conquista de espacios de participación, y no al revés.

Llamamos a les compañeres de las demás corrientes de izquierda a rever su política y sumar fuerzas en la pelea por desenmascarar la política de las autoridades, peronistas y radicales, y desarrollar organismos de autoorganización y coordinación que den lugar al surgimiento de una dirección alternativa construida desde abajo.