La literatura, pensada entonces desde su materia prima, el signo ligústico –“que llega a ser arena de la lucha de clases”– ha sido también arena para la lucha de las mujeres en la conquista por sus propios derechos. En ese particular teatro se va a disputar el sentido de las representaciones sociales de las mujeres, modelos y estereotipos de los que la literatura se hace eco en algunos casos para imponerlos, mientras en otros permite cuestionarlos.
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