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Red Internacional
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RETORNO SEGURO A CLASES. Protocolo: en los terciarios de CABA, que no decidan por nosotros

El debate por el retorno a la presencialidad en las escuelas marcó la agenda de las últimas semanas. Según el esquema propuesto por Larreta y Acuña, avalado por el ministro Trotta, en los profesorados el inicio sería el 22 de marzo. ¿Están dadas las condiciones para la presencialidad en los terciarios de la ciudad?¿Quién decide cómo y cuándo volver?

Miércoles 17 de febrero de 2021 11:46

Según el cronograma difundido por el Gobierno de la Ciudad, las clases en los terciarios iniciarían el 22 de marzo. Aún no hay información precisa de cómo sería este retorno, qué protocolos y medidas específicas se tomarán, mientras tanto en los profesorados se están realizando mesas de exámenes aun de manera virtual salvo en el Joaquin V. Gonzalez donde se había planteado la posibilidad de mesas presenciales, cuestión que tuvo que reevaluarse porque no hay protocolos claros y porque no se podían garantizar las medidas mínimas de seguridad, cuando muchos docentes y estudiantes son personas de riesgo.

La realidad de los terciarios no es muy distinta a la del resto de los niveles educativos. Es más, muchos de nuestros institutos como las Escuelas Normales Superiores funcionan en los mismos establecimientos que el resto de los niveles, usando las mismas aulas, baños e instalaciones, donde como los docentes denuncian no están dadas las condiciones. En otros profesorados, como en el Joaquín V. González, ya mucho antes de la pandemia en reiteradas ocasiones se suspendieron las clases por falta de recursos elementales como agua y luz. En otros casos, como es el del ESEA N°2 “Jorge Donn”, tienen paralizada la construcción de un edificio propio, compartiendo al día de hoy sus instalaciones con otro instituto.

Todo el 2020 afrontamos la virtualidad de las cursadas sin recursos, el gobierno no garantizó ni la conectividad gratuita, ni dispositivos. Tuvimos compañeras y compañeros que cursaron todo el año desde el celular y muchos otros que abandonaron. Para muchos también la pandemia significó una traba enorme para poder recibirse porque durante todo el 2020 no se hicieron las prácticas y residencias. Esto tiene consecuencias para muchos estudiantes que esperaban poder avanzar en sus carreras para poder acceder a algún tipo de trabajo. Todas y todos estos estudiantes deberían ingresar al sistema educativo público con plenos derechos como docentes o parejas pedagógicas, para trabajar y a su vez terminar sus carreras. Es impensable un retorno seguro de los niveles educativos de inicial, primaria, segundaria y superior sin mayor personal educativo.

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Muchos de los y las estudiantes terciarios tenemos trabajos precarios, ¡incluso dentro mismo de la educación pública, en programas como “Escuela Abierta” que no brindan siquiera cobertura médica o ART! Con la pandemia nos quedamos sin laburo o nos redujeron el salario, las becas estudiantiles como el Progresar nos dejan afuera por sus restricciones o son insuficientes y el IFE que otorgó el Gobierno Nacional fue solo por unos meses y lo quitó, mientras se sigue perjudicando a los salarios y aumenta la inflación. Necesitamos becas estudiantiles de $30.000 para quien lo necesite y un salario mínimo de $50.000, como propuso Nicolás Del Caño. Para los grandes dueños de las tierras, los empresarios del campo y los banqueros nunca dejó de haber plata, ¿y para les estudiantes, laburantes y sectores populares?

¿Qué pasa con la vuelta a clases?

En los últimos días los distintos gobiernos avanzan en el retorno a la presencialidad en los colegios. Esto (que fue producto de un acuerdo en el Consejo Federal de Educación dirigido por Nicolás Trotta) habilita a cada distrito a determinar el “cómo y el cuándo” del inicio de clases donde docentes y estudiantes deben regresar a escuelas que no fueron acondicionadas, sin ventilación, con servicios elementales que no funcionan como el agua, sin recursos ni elementos de higiene suficientes, sin la contratación de nuevo personal docente, etc. Mientras Trotta quiere mostrar normalidad y habla de una “presencialidad cuidada” esta no es la realidad de las escuelas. En Chubut los docentes se movilizan por el pago de salarios adeudados, en Mendoza el SUTE organizó una caravana educativa por una vuelta segura a clases y en Jujuy los trabajadores de la educación se movilizan por la derogación del decreto 1807 y las negociaciones paritarias.

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En la Ciudad de Buenos Aires, hubo señales de alarma antes del planteo de la vuelta a clases.Las denuncias de les docentes auxiliares de la “Escuela de Verano” mostraron como los casos de COVID-19 se multiplicaron, los cuales fueron ocultados por el gobierno de la Ciudad y la ministra Acuña. Nos mandan a trabajar o a llevar a nuestros hijos a la escuela en bicicleta o a pie ante un sistema de transporte saturado, y Acuña llegó a decir que “Si en hospitales de niños donde hay contacto directo los médicos no se han contagiado, ¿Por qué los docentes se contagiarían?”, una mentira burda que los trabajadores de la salud ya refutaron. Solo en la primera semana de la vuelta de los docentes y directivos a las escuela ya hubo casos positivos y tuvieron que aislar instituciones enteras

A pesar de todo esto Trotta le dio el visto bueno a la ministra Acuña. Tras una reunión en la que también participó Horacio Rodríguez Larreta, dieron una conferencia de prensa en común donde no se habló de ningún plan de infraestructura, ni plan de vacunación, transporte ni medidas de fondo, solo insistió en los protocolos como la única vía para garantizar la "presencialidad cuidada".

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¿Quién decide cómo y cuándo volvemos a la presencialidad?

Aún no hay pronunciamiento de las autoridades de los profesorados, ni comenzaron las sesiones de los Consejos Directivos, tampoco los centros de estudiantes llamaron a asambleas para discutir entre todos los estudiantes, docentes y técnicos-administrativos cómo organizarnos para un retorno seguro. En los últimos días UTE-CTERA, que es el gremio mayoritario de la docencia en CABA, realizó una serie de reuniones por área donde resolvieron para este 17 una “jornada de organización, lucha y difusión”. Por su parte Ademys hizo una asamblea abierta con más de 500 docentes donde votaron un paro de 72hs y una caravana para este jueves 18 a las 18hs y discutieron un llamado abierto a UTE para dar una pelea unitaria. Lo que está en discusión no es nada más ni nada menos que nuestras propias vidas, la de nuestros pibes, la de nuestras familias. Las calles tienen que ser de las comunidades educativas, a la altura de dar respuesta a la irresponsabilidad de los Gobiernos.

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La CET (Coordinadora de Estudiantes Terciarios, que nuclea a todos los centros de estudiantes de los institutos de CABA) participó el jueves 04/02 en una conferencia de prensa con otras organizaciones y colectivos con algunas denuncias generales y sin plantear ninguna medida concreta para coordinar con el resto de la comunidad educativa e imponer las medidas necesarias para un retorno en condiciones a la presencialidad. Adhieren a las medidas tomadas por UTE-CTERA, sin hacer mención del llamado unitario de Ademys para movilizar este jueves 18. Los centros de estudiantes no impulsaron ninguna instancia en los profesorados donde los estudiantes podamos debatir y decidir qué medidas tomar. Esto no puede ser así: las para que las y los estudiantes terciarios estemos coordinados necesitamos que las decisiones sean de abajo hacia arriba, sin que se nos imponga nada.

La CET y los centros de estudiantes tampoco hacen ninguna denuncia contra Trotta como parte de los funcionarios nacionales que alentaron abiertamente el retorno a la presencialidad y en localidades como CABA abiertamente le dió el visto bueno al plan decadente de Larreta y Acuña. Las conducciones de estos centros y coordinadora están en su mayoría alineados, o son parte, del Gobierno Nacional al igual que la conducción Celeste del gremio docente mayoritario UTE-CTERA. Por eso se niegan a denunciar abiertamente a los funcionarios del Gobierno y ponerse al frente de la pelea por todos los reclamos de la comunidad educativa. Estos espacios nuclean a miles de trabajadores y estudiantes, y son las vías por las cuales desde el movimiento estudiantil podemos intervenir de forma organizada por nuestros propios intereses.

No podemos dar esta pelea en soledad y de manera aislada, la línea aperturista de los Gobiernos y la extorsión sistemática que llevan adelante sobre los trabajadores ya tiene sus consecuencias también en otros lugares. En el Subte obligaron a los mayores de 60 años a asistir a sus puestos de trabajo. En el Anfiteatro del Parque Centenario volvieron las funciones y ya hay casos positivos de Covid entre los trabajadores. En los hospitales se vienen organizando y luchando por mejores condiciones e insumos. Es nuestra salud la que está en juego. Somos nosotros los que tenemos que decidir. ¿No podríamos pararle la mano al macrismo si impulsamos una pelea coordinada entre estos distintos sectores?

¿Qué podríamos lograr si unimos la fuerza de los miles de docentes que hay en CABA junto a los estudiantes terciarios y familias? Muchos de los y las estudiantes terciarios son padres y madres y ya están enfrentándose a esta realidad, como las familias agrupadas en distintos colectivos o en las cooperadoras de las escuelas, que vienen dando la pelea junto con les docentes ¿los centros de estudiantes no piensan hacer nada para organizar esta bronca? ¿No podríamos realmente imponer un retorno seguro? ¿Por qué no impulsar asambleas en común en los Normales donde confluimos en los mismos edificios junto a los docentes y familias de los distintos niveles? Se hace urgente la convocatoria a asambleas por centro de estudiantes y jornadas inter-claustros donde, podamos debatir estudiantes, técnicos-administrativos y docentes cómo enfrentar esta situación, y poder coordinar con el resto de la comunidad educativa en todos los niveles y las familias de las escuelas medidas de lucha y un plan de acción. ¡Que no decidan por nosotros!