Israel bautizará con el nombre "Donald Trump" a la estación de tren del Muro de los Lamentos. Una manera rápida, y bizarra, de devolverle a Trump el favor por haber reconocido a Jerusalén como su capital.
Miércoles 27 de diciembre de 2017 11:13
"Próxima estación: Donald Trump". Eso es lo que escucharán los usuarios del tren de alta velocidad que está construyendo Israel cuando se acerquen a las inmediaciones del Muro de los Lamentos.
A menos de un mes del reconocimiento que hizo el presidente de Estados Unidos de Jerusalén como capital de Israel, el gobierno israelí anunció que planea bautizar con el nombre de Donald Trump a la estación de tren que construirá cerca del Muro de los Lamentos. La noticia fue difundida este miércoles por el ministro de Transportes, Yisrael Katz, según el diario israelí Yedioth Ahronot.
"El Muro de los Lamentos es el lugar más sagrado para el pueblo judío y he decidido llamar a la estación que conduce a este lugar con el nombre del presidente de EE.UU", señaló Katz a Yedioth Ahronot.
La futura estación ferroviaria, que las autoridades israelíes construirán en el barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén, llevará el nombre de "Donald John Trump" como agradecimiento por "su valiente e histórica decisión de reconocer a Jerusalén como la capital del Estado de Israel", en palabras del ministro.
"La estación Donald Trump" será una de las dos instalaciones ferroviarias que el Gobierno israelí planea construir como extensión de una nueva línea de alta velocidad que conectará Tel Aviv con Jerusalén, pasando por el aeropuerto Ben Gurión y la ciudad de Modiín.
El guiño de Israel a Donald Trump llega a menos de un mes de la decisión del presidente de Estados Unidos de reconocer Jerusalén como capital de Israel. Un reconocimiento que no solo va en contra de la propia decisión de la ONU, sino que es una provocación lisa y llana a las aspiraciones del pueblo palestino que ve en Jerusalén Este la capital de un futuro Estado propio.
El anuncio de Trump generó una ola de rechazo entre los palestinos que ya llevan cuatro semanas de protestas, brutalmente reprimidas por el Ejército israelí que asesinó a una decena de manifestantes e hirió a más de 3.000.
La represión del Estado de Israel sobre el territorio ocupado de Cisjorcdania, en el que mantiene una política abiertamente colonialista, se complementa con el encarcelamiento masivo de manifestantes, entre los que se encuentra un gran número de jóvenes.
Según un reciente informe el 95% de los detenidos en las protestas por Jerusalén son jóvenes, y entre ellos el caso más emblemático es el de Ahed Tamimi, la joven activista palestina de 16 años que fue encarcelada en medio de la noche junto a su madre y una prima. Ahed fue detenida luego de hacerse viral un video en el que abofeteaba a un soldado israelí, armado hasta los dientes, para que salga del jardín de su casa. El Ejército de Israel monta permanentemente provocaciones de este tipo al ingresar a viviendas de palestinos con la excusa de buscar a manifestantes que les habrían arrojado piedras.
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El caso de Ahed Tamimi se volvió emblemático de los cientos de niños y jóvenes que se encuentran en las cárceles israelíes y son victimas de torturas y todo tipo de atropellos. El llamado internacional por su liberación no hizo más que multiplicarse en los últimos días, y ha visibilizado este flagelo al que los jóvenes palestinos están sometidos a diarios en los territorios ocupados por Israel.