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Red Internacional
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Cuba. Qué expresan las manifestaciones contra el gobierno cubano y su respuesta represiva

Qué reclamaban los manifestantes. Una crisis económica y social agravada por la pandemia, el bloqueo estadounidense y el ajuste del gobierno que respondió las marchas con represión.

Lunes 12 de julio de 2021 14:11

Corridas frente al Capitolio de La Habana entre manifestantes opositores y partidarios del gobierno de Miguel Díaz-Canel.

Corridas frente al Capitolio de La Habana entre manifestantes opositores y partidarios del gobierno de Miguel Díaz-Canel.

Este domingo manifestaciones en distintos puntos de Cuba cobraron una amplia repercusión internacional. Las demandas centrales de las protestas en La Habana y otros puntos de la isla fueron por el desabastecimiento, los precios elevados de los alimentos y los cortes de luz en medio de la crisis sanitaria causada por el coronavirus.

Sectores de la población salieron a las calles con estos legítimos reclamos, cuando el país atraviesa el peor momento de la pandemia, con denuncias de centros de salud colapsados, como sucedió en otros países, y la falta de medicamentos y otros productos de primera necesidad.

En este marco, también se expresaron consignas como “Patria y Vida” o “Libertad” impulsadas por sectores de derecha que son funcionales a una política de mayor apertura económica y reformas pro mercado. En las movilizaciones también se expresa una base social que se fue desarrollando de la mano de las reformas que impulsó Raúl Castro desde 2010. Reformas que permitieron que sectores con acceso al dólar pudieran hacer negocios y explotar mano de obra aunque de forma controlada y limitada por el Estado.

Hay que recordar que el pasado 10 de diciembre el presidente Miguel Díaz-Canel, acompañado por Raúl Castro, anunció la salida de circulación del Peso Convertible Cubano (CUC) a partir del 1ro de enero y la implementación de una única tasa de cambio de 24 pesos (CUP) = 1 dólar lo que significa una enorme devaluación de la moneda nacional del 2400%.

A esa devaluación la acompañó una serie de reformas, entre ellas una reducción general de subsidios, con un achique, y en muchos casos eliminación directa, de subsidios “innecesarios” y gratuidades “indebidas” según describió el gobierno. El gobierno de Díaz-Canel viene aplicando un severo ajuste económico que afecta directamente a la clase trabajadora. El agravamiento de los efectos de la pandemia, junto al hartazgo que despierta en amplios sectores el creciente autoritarismo y el régimen de partido único, detonaron la situación dando lugar a las protestas de este domingo.

En esta situación, los grupos derechistas que dentro y fuera de la isla han batallado durante décadas por el restablecimiento pleno del capitalismo, buscan utilizar las protestas y sacar provecho del descontento para fortalecer una salida que ataque lo que queda de las conquistas sociales.

Estos sectores que buscan transformarse en la voz de las protestas en la isla, actúan como agentes directos de los intereses imperialistas y del bloqueo contra la isla que Estados Unidos mantiene hace décadas. Su objetivo es la caída del gobierno para barrer con las conquistas que quedan de la revolución. Los medios internacionales reprodujeron videos e imágenes que llegaron desde la isla, la mayoría buscando amplificar lo sucedido con un marcado relato "contra el socialismo”.

Por su parte, el gobierno cubano utilizó esta instrumentalización política que hace la derecha para justificar la represión y un discurso que criminaliza la protestas mientras no da respuesta a las demandas acuciantes de millones de cubanos.

El presidente Díaz-Canel denunció la participación de Estados Unidos en "acciones de desestabilización política históricas que tienen lugar contra Cuba y que se han intensificado particularmente durante la pandemia", igualando las demandas legítimas con la repudiable política de Estados Unidos y sus aliados. La respuesta fue detenciones y represión a quienes se manifestaron, más allá de sus consignas, buscando acallar el descontento.

Una muestra de esto es la detención de Frank García Hernandez, un marxista cubano, sociólogo e historiador, e integrante del colectivo Comunistas Blog. Fue detenido junto a Leonardo Romero Negrín (estudiante de preuniversitario, quien había sido detenido el 30 de abril por portar un cartel “Socialismo si, represión no”), Maikel Gonzalez Vivero (director de la revista de la comunidad LGTBQ Tremenda nota) y otras personas, todos se reivindican socialistas.

Con ese discurso llamó a “a todos los revolucionarios a salir a las calles” invocando la defensa de la revolución, cuando en realidad busca proteger al régimen y el gobierno que en los últimos años ha impuesto una serie de reformas que empeoraron las condiciones de vida de millones, mientras la burocracia del PC y sectores del Ejército buscan beneficiarse como socios de la restauración capitalista.

Sobre la base del hartazgo con el régimen de partido único y el aumento de la represión, el propio presidente estadounidense Joe Biden ya está tratando de aprovechar la situación diciendo que las protestas del domingo son "un llamado a la libertad".

Una vieja apelación demagógica y falsa a la "libertad" y la "democracia" que oculta su verdadero objetivo de utilizar las demandas democráticas para el objetivo reaccionario de restaurar el capitalismo en la isla y volver a dominarla como en la época anterior a la revolución.

Bloqueo imperial y pandemia, las condiciones que agudizan la crisis en la isla

Una de las causas de la situación que atraviesan millones en Cuba es el criminal bloqueo que mantiene Estados Unidos. En plena pandemia la administración de Joe Biden, no ha cambiado hasta ahora ninguna de las medidas aplicadas por Trump, en un intento de ahogar la economía cubana, que empeoraron las medidas para dificultar las transacciones económicas y la llegada de turistas estadounidenses y, además, incluyó a la isla en la lista de patrocinadores del terrorismo.

Estados Unidos mantiene un bloqueo impuesto desde la década de 1960, desconociendo hasta las resoluciones de la ONU, lo que implica la escasez de productos básicos, el acceso a recursos fundamentales y, en plena pandemia, la imposibilidad de adquirir insumos medicinales básicos. Estas medidas unilaterales impuestas por Estados Unidos, hacen casi imposible la adquisición de tecnologías, materias primas, reactivos, medios diagnósticos, medicamentos, dispositivos, equipos y piezas de repuesto básicos para enfrentar la pandemia.

La derecha dentro y fuera de la isla niega la responsabilidad estadounidense, mientras actúa como agente directo de los intereses imperiales.

No obstante, como señala una nota de los blogs Comunistas, Tremenda Nota y La Joven Cuba, el gobierno cubano en el contexto del ajuste que viene implementando, también es responsable de la falta de medicamentos. Allí señalan que otra causa además del bloqueo “fue la disminución de la inversión en ciencia e innovación tecnológica, la cual durante el pasado año fue setenta y dos veces menor que la ejecutada, también en plena pandemia, en las áreas de ‘servicios empresariales, actividad inmobiliaria y de alquiler’, que incluye la inversión turística”

En los últimos años el gobierno cubano se había apoyado en dos pilares fundamentales para gestionar la crisis económica. Por un lado en la actividad turística que ahora cayó estrepitosamente producto de la pandemia. Por el otro, en el gobierno venezolano para generar un alianza que le permitió acceso a recursos estratégicos, al comercio internacional y romper relativamente el aislamiento. Pero la crisis que en los últimos años vive Venezuela impidió que la alianza se mantenga.

Las medidas del imperialismo, sumadas a la gestión del gobierno ante la crisis sanitaria producida por la pandemia, han generado una situación similar a lo que en la década de 1990 se conoció como el “periodo especial” cuando con la caída de las burocracias que dirigían los países del llamado bloque soviético el gobierno cubano quedó sin su principal fuente de recursos y comercio internacional.

Pero si en esos años la población de la isla resistió heroicamente las condiciones de escasez con la moral de defender las conquistas de la revolución, la actualidad es diferente. Especialmente por las políticas aplicadas por la casta burocrática del Partido Comunista y el Ejército que dirigen el país.

La derecha busca utilizar el hartazgo con la situación económica y las medidas autoritarias

Como vimos, el gobierno cubano viene aplicando un duro ajuste económico contra el pueblo trabajador. Junto con esto, tomó una serie de medidas para facilitar la inversión extranjera con una ambiciosa “cartera de oportunidades” con más de 500 proyectos principalmente en turismo y petróleo por 12.000 millones de dólares. Pero lo más importante, fue el anuncio del fin de la obligación de participación estatal cubana mayoritaria en las inversiones en turismo, biotecnología y comercio mayorista.

Estas medidas han degradado aún más las conquistas sociales para beneficiar a sectores de la burocracia gobernante y del Ejército, y beneficiando a pequeños sectores medios que tienen negocios relacionados con el dólar.

Junto a esto, se sostiene el régimen de partido único, el ataque a las libertades democráticas elementales y la ilegalidad para cualquier organización política o sindical que no esté bajo el control de la burocracia del Partido Comunista y el gobierno.

La represión a artistas y organizaciones e individuos que cuestionan justamente la política oficial, fueron aumentando a medida que creció el descontento y el hartazgo con un régimen policial impuesto desde el Estado.

La derecha dentro y fuera de la isla hipócritamente utiliza el discurso de la “libertad”. Rápidamente figuras como Luis Almagro, secretario de la OEA, o el senador republicano Marcos Rubio se expresaron en ese sentido. Los mismos que defendieron a represores como el presidente colombiano Iván Duque o que apoyaron el golpe de Estado en Bolivia, ahora buscan hablar en nombre de la “libertad”.

Contra esta demagogia de la derecha, lo primero que se debe reclamar, junto con el fin del bloqueo y todas las sanciones, es el derecho a manifestar de la población por sus demandas legítimas, que se detenga la represión y la libertad de detenidos.

Junto a eso, es fundamental otras medidas democráticas básicas como la legalidad para todos los partidos que defiendan las conquistas que aún quedan de la revolución, el derecho de expresión, de prensa y la posibilidad de organización sindical libre, algo fundamental para que los trabajadores recuperen sus fuerzas y puedan plantear una salida progresiva ante la gravedad de la situación.

Qué puede pasar

Las manifestaciones, con su masividad inicial y la expresión de demandas justas, pueden ser la punta de un iceberg creado por el brutal bloqueo imperial y el ajuste del gobierno. Pero tienen fuertes contradicciones como señalamos al principio que podrían hacerlas funcionales a una salida pro capitalista. Las medidas tomadas por el gobierno cubano lejos de defender la revolución fueron generando las condiciones, producto de la desmoralización que han causado en amplios sectores que ven una burocracia privilegiada y enriquecida que solo sabe pedir más sacrificios, para que un sector de la población no vea que los avances promercado solo pueden agravar sus problemas.

Sin embargo la situación no es de fácil resolución para los planes de la derecha. Un intento de avance inmediato de Estados Unidos cuenta con la dificultad de no tener aliados “confiables” en la región, especialmente Centroamérica y el Caribe, que le permitan al imperialismo no tener que involucrarse directamente en un proceso destituyente.

La actual crisis busca ser aprovechada por Estados Unidos y sus aliados para dar una salida que permita restaurar el capitalismo atacando las conquistas que aún se mantienen.

La respuesta del gobierno, con represión y criminalización, mientras se sostiene su plan de reformas no harán más que beneficiar los intentos reaccionarios.

Mientras la derecha, ligada a Estados Unidos, dentro y fuera de la isla proclama que la solución a la crisis actual es una vuelta plena al capitalismo, la realidad es que esa salida no tiene nada que ofrecer más que profundizar la desigualdad y la pobreza.

A la vez que luchamos contra los planes imperialistas, los trotskistas nos opusimos al socialismo en un solo país por utópico, llevado al extremo por la demagogia burocrática del socialismo en una pequeña isla. Ha sido la burocracia del Partido Comunista y el Ejército, con su política contra la igualdad social, de extender la revolución y atacando las conquistas de la misma, responsable central de esta crisis.

Una salida de fondo solo es posible mediante una nueva intervención revolucionaria de las masas que frene el curso restauracionista, eche a la burocracia y acabe con su régimen de partido único que siguiendo el ejemplo de China, prohíbe cualquier organización por fuera del Partido Comunista. Sobre esa base hay que imponer un verdadero gobierno obrero y popular basado en la autoorganización de las masas y la democracia obrera, donde haya plena libertad de organización para todo aquél que defienda las conquistas de la revolución y enfrente al imperialismo.

Un gobierno obrero y popular que tome el control de las grandes empresas y revise todas las concesiones hechas al capital para reorientar la economía según los intereses de las grandes mayorías y no del puñado de burócratas asociados al capital extranjero que pretenden adueñarse del patrimonio nacional.

Esta salida en Cuba no puede quedar en los marcos de la isla, debe estar relacionada a extender una salida revolucionaria a nivel internacional, que pelee por dar una perspectiva socialista a los procesos de lucha de clases que comienzan a surgir en un mundo donde la pandemia profundizó la desigualdad y las crisis.


Diego Sacchi

Nacido en Buenos Aires en 1977, militante del Partido de Trabajadores Socialistas desde 1994. Periodista, editor en la sección Internacional de La Izquierda Diario y columnista de temas internacionales en el programa de radio El Círculo Rojo.

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