La crisis hídrica que vive Uruguay es también consecuencia del modelo extractivista y de los agronegocios que se han impuesto en el país en estas últimas décadas. Cuál es la política que ha venido levantando el principal sindicato, PIT-CNT, y cuales son sus posiciones históricas sobre los bienes comúnes naturales.
Lunes 19 de junio de 2023 10:49
Cuando ya había pasado más de un mes desde que Obras Sanitarias del Estado (OSE) definiera el aumento de sal y cloruros en el agua potable que suministra en el área metropolitana del país, el Plenario Intersindical de Trabajadores - Convención Nacional de Trabajadores (PIT-CNT), la central sindical única, finalmente convocó a una marcha “en defensa del agua” que tuvo lugar el 31 de mayo.
La profundidad del déficit hídrico ha puesto en riesgo la salud de distintos sectores (en especial de los más vulnerables) y está haciendo que el acceso al agua potable de calidad se transforme en un bien al que no toda la población puede acceder.
Ante tal panorama es evidente que se hace necesario una amplia movilización por el derecho al acceso al agua, y eso se ha expresado en el movimiento de auto convocados que hace semanas viene reclamando soluciones de fondo y denunciando el modelo forestal extractivista y de los agro negocios que están causando grandes problemas al medio ambiente, además de impactar directamente en el actual déficit hídrico.
En el caso del PIT-CNT cabe preguntarse que tan coherente ha sido su posición y como han sido sus posturas sobre temas ambientales y de los bienes comunes naturales en los últimos años.
El PIT-CNT ante las inversiones contaminantes
Cuando el problema del agua potable ya golpea de frente, el PIT-CNT parece haber tomando algunas acciones concretas como la del pasado 31 de mayo.
Sin embargo es importante hacer un poco de historia y ver cuál ha sido en los hechos la posición del PIT-CNT en momentos claves, cuando distintos gobiernos definían inversiones contaminantes y de impacto negativo directo sobre el ambiente.
Un ejemplo reciente es lo que hizo la central obrera frente al proyecto de instalación de una segunda planta de celulosa por UPM en 2017 y 2018.
Son innegables los inmensos perjuicios que genera este emprendimiento de la multinacional finlandesa; que, además de contar todo tipo de privilegios logrados en negociaciones secretas y a espaldas de la población, tiene un inmenso impacto en el ambiente.
La recopilación de textos y artículos “La entrega; el proyecto Uruguay-UPM” [1] realizada por Bachetta, Melazzi y Yohai publicado por Movimiento por un Uruguay Sustentable (MOVUS) en 2019 da cuenta de manera contundente de lo negativo que es para el país y detalla el impacto ecológico, ambiental y en la calidad del agua que tendría este proyecto. Al igual que otros estudios y publicaciones que aportan información en el mismo sentido, son investigaciones de amplia difusión, y por supuesto de conocimiento de los dirigentes de la central.
En ese contexto vale la pena recordar la reacción del entonces presidente del PIT-CNT Fernando Pereira quien a manera de balance sobre los anuncios del gobierno de que se habían llegado a acuerdos con la multinacional UPM destacaba que “es una noticia muy importante en términos de generación de empleo para los próximos años” . La frase sintetiza la postura que la dirigencia de la central obrera viene teniendo frente a las inversiones extranjeras con nefasto impacto ambiental:
Estos dirigentes plantean una falsa dicotomía entre generación de empleos y cuidado del medio ambiente y argumentan priorizar las fuentes de trabajo y tomar como un mal menor el deterioro ambiental.
Además que los puestos de trabajo que supuestamente se crean son más una propaganda de los empresarios y gobiernos de turno que un dato de la realidad, no puede separarse el reclamo por trabajo de la lucha por condiciones de vida dignas y sin contaminación. Hoy, con la falta de agua potable, estamos viendo las consecuencias de esa política que por unas migajas deja pasar todo tipo de inversión y emprendimiento empresarial. Lo que terminan promoviendo en los hechos es que multinacionales y grandes empresarios se enriquezcan a costa de los trabajadores afectando los derechos y las condiciones de vida de toda la población.
Por supuesto en el medio del apoyo explicito (que se refrendaba también en acuerdos laborales con empresarios de manera de garantizar la “paz social” para la construcción de la obra) hubo alguna mención al pasar sobre valorar el impacto ambiental de este tipo de emprendimientos que se transformaban en palabras vacías y sin ninguna consecuencia concreta.
En notas anteriores, como acá y acá, hemos profundizado en el tema de las causas profundas y estructurales del actual déficit hídrico.
Investigadores y científicos demuestran que no es un problema de “falta de lluvias” sino de un modelo extractivista y primarizador de la economía como las plantas de celulosa o el agronegocio (transgénicos, monocultivos etc.) que sostiene el conjunto del régimen político.
Desde ya que este modelo no lo inventó Lacalle Pou; viene de décadas y fue fuertemente sostenido por las 3 administraciones frenteamplistas (FA). No está de más recordar que en 2007 frente a la resistencia de la población entrerriana a la instalación de la primer planta de UPM (ex Botnia) Tabaré Vázquez declaró que pidió ayuda a George Bush para detener la protesta argentina.
En ese entonces también la posición del PIT-CNT terminó avalando la instalación de la planta. Dejando en el olvido resoluciones del 8vo Congreso terminó considerando a la instalación de la planta de celulosa como un hecho irreversible y condenando los cortes de ruta y los “métodos piqueteros” de quienes protestaban contra la instalación de la pastera. La central actuó una vez más como correa de trasmisión de la política del FA en el movimiento obrero, sin ningún tipo de independencia de clase.
Los ejemplos citados de la posición de la dirigencia del PIT-CNT en momentos claves del avance del modelo extractivista y contaminante revelan también lo oportunista del llamado a la marcha del 31 de mayo. Cuando el reclamo por el agua potable se hace masivo la central obrera convoca a una marcha, pero esto no debe generar ninguna expectativa en que sostendrán una lucha seria y profunda contra el modelo causante del daño ambiental y el déficit hídrico.
La posición del sindicato de trabajadores de obras sanitarias
En situaciones puntuales el sindicato de trabajares y trabajadoras de OSE (Ffose) ha tenido una posición distinta a la de la dirección del PIT-CNT.
Sus posiciones en defensa del agua, contra las privatizaciones y el proyecto Neptuno, y más en general en defensa del ambiente, no se han quedado en palabras vacías sino que se han plasmado en acciones concretas y con movilización en las calles u ocupaciones como sucedió en 2021 con la planta de Aguas Corrientes. Han fijado posición anteriormente sobre temas cruciales vinculados a lo ambiental, como por ejemplo la firma de la Declaración Internacional sobre UPM2 de 2019 [2] donde junto a un conjunto de diversas organizaciones se denuncia con contundencia las consecuencias que tienen proyectos de inversión como los de UPM. En este último periodo también han coordinado acciones con lxs autoconvodxs que se movilizan ante la crisis hídrica.
Sin necesariamente compartir todas las posiciones de Ffose, si se puede señalar que muchas de sus iniciativas muestran que es posible (y necesario) aunar la lucha por las fuentes de trabajo con la defensa del ambiente y que el camino no es la negociación y los acuerdos de cúpula sino los métodos tradicionales de la clase trabajadora (como las ocupaciones) y las acciones en las calles junto a otros sectores sociales que también tienen una posición de defensa del medio ambiente.
Lo sucedido con la ley de riego promulgada en 2017 durante el gobierno del Frente Amplio es un buen ejemplo para analizar. La propuesta del gobierno tuvo una oposición clara de Ffose. Se juntaron en ese momento más de 300mil firmas para llevar la ley a referéndum; y precisamente si esas firmas no se alcanzaron está relacionado con el vacío que le hizo el PIT-CNT a la iniciativa.
Si bien formalmente la acompañaron, en los hechos fue un apoyo sin contenido, mientras a su vez los dirigentes de la central hablaban de cambiar la ley en base a la negociación y el consenso. Vale recordar que en momentos en que se votaba el apoyo al referéndum, el presidente del PIT-CNT Fernando Pereira decía que la resolución “no excluye que se siga negociando con el gobierno y el Parlamento” [3] .
La clase obrera y las cuestiones ambientales
El capitalismo está llevando a la especie humana y a nuestro planeta a una catástrofe ambiental. La clase obrera, hoy más que nunca tiene que tomar en sus manos la resolución de esta grave problemática social. El ser humano es parte de la naturaleza, no se puede pensar como conceptos sin conexión; si bien transforma la naturaleza tiene que preservarla para su propia sobrevivencia como especie.
Es la clase obrera, luchando por terminar con el capitalismo y organizar la sociedad sobre bases socialistas la que puede lograr que el ser humano pueda llegar a una relación armónica con la naturaleza. Con ese horizonte hay que organizarse para frenar los emprendimientos e inversiones contaminantes y las industrias que afectan negativamente la naturaleza.