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Red Internacional
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DESDE EL CILINDRO. Racing: modelo para (des)armar

El cambio de mánager implicó un cambio de proyecto para el club. ¿Cuál es el trasfondo institucional? ¿Cómo se expresa en el presente futbolístico de la Academia?

Lucía Ravecca @luciaravecca

Viernes 19 de marzo de 2021 20:30

Juan Antonio Pizzi, actual DT de la Academia, observado por la historia grande del club. Foto: sitio oficial de Racing Club.

Juan Antonio Pizzi, actual DT de la Academia, observado por la historia grande del club. Foto: sitio oficial de Racing Club.

El 14 de marzo de 1999, hace exactamente 22 años, una caravana de hinchas de la Academia acudía a Rosario para dar inicio al Torneo Clausura. Era el comienzo de un triunfo que llevaría varias batallas y varios años: primero para lograr que el club no desaparezca, luego para terminar con la corrupción y el vaciamiento institucional que llevó a cabo la empresa gerenciadora al mando de Fernando Marín y de Fernando De Tomasso.

Hoy la realidad es distinta en muchísimos aspectos, una impensada pandemia aleja a lxs hinchas de las canchas. Sin embargo, hace ya varios años el público visitante está vetado en el país, bajo la garantía de que solo de esta forma la violencia en las canchas se disiparía: poco se cumplió de esa promesa, pero el impedimento perdura.

En Racing quedaron como un recuerdo muy lejano esas épocas donde términos judiciales como quiebra, remate y órgano fiduciario eran moneda corriente. Hace más de 10 años la democracia de la institución goza de buena salud y una administración que aparenta estar saneada auspicia un presente de calma. Sin embargo, la Academia parece ser un club que no sabe vivir de otra forma que no sea signada por las tempestades; dicho de otra forma, no sabe despegarse de viejas políticas nocivas para sí mismo. En lo que refiere a la administración del fútbol, su actual dirigencia prefirió dirigentes parasitarios en lugar de un equipo de profesionales que con su trabajo demostraba que un proyecto a largo plazo, algo imprescindible para aggiornarse a las nuevas formas del fútbol, era imprescindible y sumamente posible.

Ya no alcanza con una administración que argumente “hacer lo que se puede”, tener unas inferiores bien nutridas y un grupo de scouting que se dedique exclusivamente a eso es indispensable para aspirar a competiciones nacionales e internacionales cada vez más exigentes y profesionalizadas. Este objetivo era el que anhelaba la secretaria técnica liderada por Diego Milito y el cual quedó truncado por diferencias de criterio con el actual presidente Víctor Blanco.

Hoy en día se elige un mánager que designa un técnico y frente a un comienzo con resultados adversos, a menos de dos meses de su llegada la dirigencia ya le ha quitado su respaldo. Eso da muestra de la falta de criterio y la inexistencia de un proyecto serio y a largo plazo. Comprar refuerzos para llenar la nomina solo porque son baratos y “en una de esas funcionan” es la premisa de quienes actualmente ocupan el cargo que hace tan solo unos meses atrás ocupaba un ex jugador de la jerarquía y seriedad de Milito.

La goleada sufrida ante River por 5 a 0 en la postergada final de la Super Copa Argentina 2019 dio inicio a una traumática temporada. Sin un rumbo futbolístico, ni una idea de juego el club transita erráticamente su paso por la Copa de la Liga Profesional de Fútbol, a pesar de ello los dos triunfos consecutivos que supo obtener en las dos últimas fechas y el agónico triunfo sobre el final frente a un rival claramente inferior por Copa Argentina el pasado miércoles 17 de marzo le dan el aire que necesitan tanto su Director Técnico Juan Antonio Pizzi como su Comisión Directiva para planificar el futuro futbolístico de la institución, que el 9 de abril asistirá al sorteo de grupos para disputar nada más y nada menos que la copa más preciada del continente, la Copa Libertadores de América.