Con un gol en offside de Gastón Díaz y dos golazos de Diego Milito, el héroe del torneo, Racing goleó a Central y se prepara para dar la vuelta.
Lunes 1ro de diciembre de 2014 02:00
Foto: Télam
Este partido era la segunda final para Racing. Un paso más que dar para conseguir este impensado (para propios y ajenos) objetivo, que no es ni más ni menos dejar al club en lo más alto.
En lo más alto después de 13 años, llenos de sensaciones encontradas para los hinchas de la Academia. Trece años que, aunque comienzan con el Racing campeón de Mostaza Merlo, luego estuvieron llenos de desencanto y situaciones de mucha bronca y sufrimiento. El club en ese momento era gerenciado -y a la vez vaciado- por una empresa privada que sólo pensaba en su propio lucro, y a su vez, estaba dirigida por buitres de rapiña, cuyo único fin era pensar en como llevarse la mejor tajada de uno de los clubes más grandes y populares del país. Producto de este saqueo, Racing estuvo a punto de irse al descenso. Gracias a la nefasta intervención de “Blanquiceleste”, la Academia tuvo que jugar la promoción en 2006 con Belgrano de Córdoba. Luego, Racing volvió a manos de sus socios, y pudo empezar a revertir este oscuro tramo en la historia del club.
Ahora en este 2014 -luego de la gran alegría de bajar al puntero River-, "la Acadé" debía confirmar todo el esfuerzo hecho hasta el momento en el torneo frente a Central, en el Gigante de Arroyito de Rosario.
El equipo Canalla, salío a la cancha con nuevo DT (Hugo Galloni) y un equipo conformado por varios juveniles. Racing, por su parte, jugó con casi todos los titulares, excepto Germán Voboril, que entró en reemplazo de Leandro Grimi.
El inicio del partido fue todo de Central. Con el empuje de sus juveniles, el local arrinconó a Racing. Pero el Chino Saja tuvo una intervención clave: en una de varias que tuvo el piberío del Canalla, a los 16’, el arquero académico le sacó al pibe Cervi (uno de los mejores del local en la cancha) un violento remate que se metía en el ángulo del arco que da al río Paraná.
Racing la pasaba mal. Jugaba parado muy atrás, y no lograba salir con claridad por la férrea presión del equipo Canalla.
Llegando al final de la primera parte, la Academia de Cocca comenzó a revertir esta situación. Empezó a manejar la pelota, a imponer sus tiempos y a arrimarse con peligro al arco de Caranta. A los 24’ fue la primera llegada clara de los de Avellaneda: un remate de Bou, que se fue rozando el palo.
Hacia el final del primer tiempo Central había perdido lentamente la claridad del principio. No pudo marcarle al Chino Saja, y acabó pagándolo muy caro. Dejó crecer a un Racing que al final del primer tiempo, en la segunda llegada hasta el final, se puso en ventaja. Luego de una jugada que inició Diego Milito (párrafo aparte para el 22 de la Acadé) Videla remató al arco, la pelota pegó en el palo rebotando hacia el medio, donde la encontró Gastón Díaz, que definió con el arco vacío poniendo el 1 - 0. Aquí la polémica del partido, porque el lateral académico estaba en claro offside.
A pesar del offside y la polémica, nada ni nadie le quitaba la alegría a los hinchas de Racing, que en un partido complicado se iban al descanso con una ventaja que los hacía acariciar el cielo con las manos.
Central intentó salir a jugar la segunda mitad tratando de igualar el nivel mostrado en el inicio del partido. Pero solo quedó en insinuaciones… A los 13’ el colombiano Gómez Andrade, desperdició la chance de empatar con un potente cabezazo que se fue apenas arriba del travesaño. El pueblo académico volvió a respirar luego de esa jugada.
Fue lo último que mostró la Academia rosarina. Con el correr del tiempo Racing se agigantó. Le tiró al local todo su hambre de gloria y su chapa de campeón, mezclado con momentos de buen fútbol.
Todo Racing pasaba por los pies de Diego Milito. El 22, dirigía a Racing no solo
futbolísticamente, sino también moralmente; contagiando al resto su serenidad - producto de la experiencia otorgada por los años vividos en el Calcio italiano- y al mismo tiempo sus ganas de llevar a todo este Racing a lo más alto.
Gustavo Bou -luego de disputar una pelota con un defensor de Central- logró habilitar a la gran figura de este Racing, que con un sutil amague dejó en el piso al arquero Caranta… y definió como si estuviera jugando en el patio de su casa. A los 20’ del complemento, el Príncipe empezaba a liquidar el encuentro y llenaba de alegría -mezcla emoción y lágrimas- los miles de corazones académicos que estaban pegados al televisor.
Con el segundo gol, el Racing de Cocca se afirmó en el partido y pudo jugar con más tranquilidad ante un Central que acabo por desbandarse, a pesar de haber llenado de delanteros el área del Chino Saja.
Pero aún iba a haber más del gran Milito. A los 34’ en una jugada prácticamente similar a la del segundo gol, esta vez el recién ingresado Gabriel Hauche habilitó al Príncipe, que otra vez definió con una gran simpleza (pero a la vez con una complejidad magistral) frente al arquero Caranta.
La alegría y la ilusión, ya no caben en los cuerpos de los hinchas de Racing. Con la ya consumada victoria de River, deberán conformarse con esperar para dar la tan ansiada vuelta en el mítico Cilindro, que estará colmado y vestido de fiesta, esperando, el próximo domingo (aún no se sabe si se juega el domingo 14) frente a Godoy Cruz…