El gobernador de la Provincia de Buenos Aires anunció cambios en su gabinete, entre los cuales estuvo la designación del intendente de Lomas de Zamora al frente del equipo de ministros. Qué pueden esperar los bonaerenses.
Verónica Zaldívar @verodivar
Domingo 19 de septiembre de 2021 21:00
Imagen: Mar Ned - Enfoque Rojo
*Nota publicada en julio de 2021.
Con más de una década al frente de uno de los distritos más importantes de la Tercera Sección, el intendente de Lomas de Zamora vuelve a jugar como alfil del gobierno en un territorio clave para el peronismo, sobre todo tratándose de un año electoral. Luego de un prolongado acercamiento de su hijo Máximo al lomense, hace dos semanas la vicepresidenta Cristina Fernández reapareció por primera vez en años en un acto convocado por Insaurralde. La visita del presidente Alberto Fernández días después parece confirmar los rumores que ya venían ubicando a Insaurralde como candidato, algo deseable para quien no puede renovar su cargo actual en 2023.
Junto a @CFKArgentina y @Kicillofok entregamos 10.000 tablets del Programa Conectar Igualdad Lomas.
Nos acompañaron @magariovero, Agustina Vila, @wadodecorrido, intendentes e intendentas, funcionarios y funcionarias, docentes y estudiantes.@alferdez #ConectarIgualdadLomas pic.twitter.com/kYgkQOoYO7
— Martín Insaurralde (@minsaurralde) July 1, 2021
Lejos quedaron los días en que verlo en los pisos de los canales de televisión era cosa habitual: asiduo visitante del programa de Marcelo Tinelli -donde concursaba su esposa Jesica Cirio-, se lo podía ver también charlando en el living de Susana Giménez y en la mesa de Mirtha Legrand. Corrido de las primeras planas, Martín Insaurralde cultiva hoy con un perfil más bajo desde su patria chica de Lomas de Zamora, aunque con una proyección provincial que fue construyendo a razón de tejer y destejer alianzas durante estos años. Su forma de relacionarse con el actual gobierno y con el que lo precedió, logrando sacar siempre alguna ventaja, parece ser fuente de resquemores entre los demás intendentes.
Hoy la mesaza de Mirtha la cambió por la “mesa de los lunes”, donde es uno de los dos únicos intendentes que se reúne habitualmente con el gobernador Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Sergio Massa y tres integrantes del gabinete nacional: el camporista Wado de Pedro, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi, estos dos últimos llegados a su actual función luego de cosechar poder territorial como intendentes de San Martín y Avellaneda, respectivamente. El otro alcalde invitado es Fernando Espinoza, mandamás de La Matanza.
Pérdidas y ganancias
Su acercamiento con el gobierno nacional y el kirchnerismo en particular no sorprende si se ve su trayectoria: pragmático, también durante el gobierno anterior ofició como articulador entre los intendentes del PJ bonaerense y la exgobernadora María Eugenia Vidal, un rol en el que gusta mostrarse y que rindió sus frutos, pero también dejó heridos en el camino. Entre lo ganado se encuentra haber sumado nombres de su confianza en cargos relevantes a nivel provincial, como Juan Pablo Peredo en el Tribunal de Cuentas en 2018 y Omar Galdurralde, a cargo del Instituto Provincial de Lotería y Casinos desde hace poco más de un año. También podemos agregar a este listado al rector de la Universidad de Lomas Diego Molea, quien este año fue designado para presidir el Consejo de la Magistratura.
Federico Otermín preside la Cámara de Diputados bonaerense; fue nombrado a instancias del intendente de Lomas, como concesión cuando se decidió que el candidato a gobernador en 2019 fuera Axel Kicillof, y los nombres de Insaurralde y Verónica Magario eran las otras opciones en juego. Con Otermín en Diputados y Magario a la cabeza del Senado, los intendentes se garantizaron el control sobre ambas cámaras de la Legislatura provincial; este año tienen el desafío de revertir la ecuación en Senadores, donde Juntos por el Cambio supera en número al peronismo.
La que quizás sea la pérdida más grande que experimentó Insaurralde en el terreno político recientemente es la de su secretario de Gobierno durante años, Guillermo Viñuales, quien luego de un escandaloso alejamiento jugó a la transversalidad en el espacio Hacemos que impulsa un sector del PRO con peronistas alejados del kirchnerismo (con Diego Kravetz a la cabeza, que responde a Rodríguez Larreta) y finalmente se presentará en estas elecciones como candidato en un partido vecinal llamado Unidos por Lomas.
El fortalecimiento de la relación de Insaurralde con Máximo Kirchner fue notorio durante el último período, siendo uno de los primeros en apoyar públicamente al diputado nacional en su pretensión de conducir el PJ bonaerense. La incursión en el territorio provincial de La Cámpora viene siendo resistida por muchos caciques, y ese apoyo vehemente de Insaurralde le significó un alejamiento de algunos de quienes conformaron junto a él el Grupo Esmeralda durante el gobierno de María Eugenia Vidal, en especial del intendente de Esteban Echeverría Fernando Gray, quien viene turnándose en la titularidad del peronismo provincial con el merlense Gustavo Menéndez. Máximo finalmente asumiría la presidencia del PJ local en diciembre de este año.
Lejos parecen quedar los días de la elección de 2013, donde era la apuesta del kirchnerismo, que invirtió una cifra multimillonaria en su campaña antes de ser derrotado por Sergio Massa en la interna peronista; y ya pasaron varios años también desde que diera un portazo, abandonado su banca en el Congreso para mostrarse aún más cerca del tigrense cuando este estaba en la vereda opuesta al kirchnerismo. Más cerca en el tiempo, tuvo un rol destacado para garantizar que se votaran las leyes que necesitaba María Eugenia Vidal mientras gobernó, en un juego similar al que hacen desde hace años Cambiemos y el peronismo en la Legislatura porteña. Las lecciones de la derrota de 2015, sumada al descontento que puede percibirse en los barrios y lugares de trabajo con el ajuste y la crisis que la pandemia profundizó, tuvieron suficiente peso para que hoy pueda volver a ser otra vez “Martín” un posible favorito para la contienda electoral.
La otra cara de la moneda
¿Pero qué se esconde detrás de todas estas intrigas palaciegas, donde estos personajes de la política se disputan no solo la frutilla, sino una mayor porción de la torta en cada campaña electoral? Como siempre, del otro lado están los que pagan los platos rotos: los vecinos y vecinas de la provincia.
Insaurralde, como gran parte de los mandatarios bonaerenses, vive en condiciones que están completamente alejadas de quienes habitan el distrito que gobierna. Cuando se contagió de covid meses atrás salieron a la luz imágenes del lujoso barrio cerrado en el que vive, las Fincas de San Vicente. Según describe la página web del emprendimiento, “sus chacras, de un promedio de 3.500 m2 y 50 metros de frente, ofrecen una amplia distancia entre vecinos”. El año pasado nuestro diario dio cuenta del desarrollo de un amplio corredor de countries y barrios cerrados en el llamado “corredor verde” que va de Canning hasta San Vicente, pasando por Presidente Perón, donde miles de familias fueron desalojadas mientras recuperaban tierras abandonadas en Guernica. Una zona de contrastes brutales, donde el negocio inmobiliario florece desde hace algunos años sin freno.
El propio casamiento del intendente en 2014 había sido un derroche de lujo con invitados famosos, un evento que contrastaba con alevosía con la situación de miles de familias bonaerenses que en ese mismo momento sufrían las consecuencias de una devastadora inundación, fruto de la falta de obras públicas. Mientras cientos se quedaban sin techo o lo perdían todo, el intendente hacía su gran fiesta y el entonces gobernador Daniel Scioli se paseaba por Italia junto a Karina Rabolini.
Estos contrastes cruzan toda la provincia, y en especial el conurbano bonaerense. Y Lomas de Zamora no es la excepción. Hace pocos días las topadoras de la Gendarmería Nacional arrasaron casas y pertenencias de las familias del barrio La Ribera Sur, donde habían construido sus hogares ladrillo sobre ladrillo con mucho esfuerzo, tras una compra de terrenos que resultó ser un fraude. Luego se sumó la Policía Local, y entre ambas fuerzas mantienen hoy sitiados a los vecinos, que se están organizando y ya protagonizaron varias movilizaciones por su derecho a la vivienda. En junio fueron los vecinos del Barrio Santa Catalina quienes sufrieron la represión por motivos similares.
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Las condiciones de precariedad no se ven solamente en la vivienda: bien lo saben los trabajadores municipales de Lomas, que bajo la extensa gestión de Insaurralde han visto deteriorarse sus condiciones de vida cada vez más. Testimonio de esto son las trabajadoras del Hospital Alende, que años atrás decidieron luchar por mejores condiciones de trabajo y para esto se organizaron de forma independiente del sindicato de Municipales -completamente funcional al gobierno-, decidieron afiliarse a ATE y elegir una nueva Junta Interna. Recientemente trabajadores de vacunatorios salieron a denunciar también la precariedad de sus trabajos y los despidos arbitrarios en el distrito. Lo mismo hicieron quienes viven de lo que venden en el Feria del Olimpo, que fueron reprimidos cuando intentaban trabajar.
Desde que comenzó a perfilarse la campaña electoral, tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio intentan mostrarse como las únicas opciones frente a una población que viene sufriendo los duros embates de la pandemia y la cada vez más deteriorada situación económica, con las cifras de desempleo y pobreza creciendo sostenidamente. La publicitada interna de la coalición derechista entre "halcones" y "palomas" puede leerse en ese contexto, donde hay mucho de apariencia y lo discursivo tapa problemas estructurales que continúan en el tiempo y ningún gobierno se propuso resolver más que con parches, mientras el pago de la deuda con los acreedores externos se mantiene firme.
En este marco, la pelea del Frente de Izquierda Unidad por consolidarse como una tercera fuerza política suma cada vez más adhesiones entre quienes ven la falsedad de este dualismo entre Guatemala y Guatepeor. Está al alcance de la mano construir una gran fuerza de los trabajadores y las trabajadoras, las mujeres y la juventud, que se plante frente al gobierno y los opositores de derecha y que levante un programa de independencia de clase.
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