En el encuentro empresario el tema de la reducción de la jornada laboral ganó más espacio que otros años. El “debate” fue entre quienes la rechazan, quienes proponen "que se trabaje más” y quienes aceptan discutirla pero “por convenio” y a cambio de flexibilización. Nunca menos...
Viernes 6 de octubre de 2023 11:00
Como todos los años, se está realizando el Coloquio de IDEA en Mar del Plata. Para hacerse los populares, esta vez le pusieron de lema: "Argentinos: volvámonos a ilusionar", tratando de colgarse de la mística de la Scaloneta.
Pero más allá del marketing, se trata de un desfile de los CEO’s de las grandes empresas, algunos políticos y sindicalistas, donde debaten sobre “oportunidades de negocios”. Pero sobre todo es una tribuna patronal para difundir sus propuestas ante la situación económica y política.
Por eso este año, en medio de la elección presidencial, aprovecharon para enviar mensajes sobre algunos temas que se colaron en la agenda. Por ejemplo la reducción de la jornada laboral. Como venimos analizando, luego de rechazar su discusión durante años, el Gobierno la metió en la agenda parlamentaria. Al menos para hacer un poco de campaña.
¿Qué dijeron los voceros empresarios?
Cristiano Rattazzi, el hombre de la Fiat en Argentina, dijo que “si hay algo que la Argentina necesita es trabajar más; es surrealista en este contexto estar discutiendo la reducción de la jornada laboral". No se refería a trabajar más él, que se la pasa en Punta del Este, sino quienes considera sus esclavos.
Daniel Funes de Rioja, representante de las grandes alimenticias y la propia Unión Industrial tiró que “si te dicen que a partir de ahora la jornada laboral es de 36 horas (semanales) pero que por ley tenés que pagar un salario de 48 horas, las empresas se van a ir a Brasil”. En todo caso son los empresarios los que te hacen producir por 48 horas y te pagan 36. Y además de decir “no es el momento” (no importa cuando leas esto) propuso que “el mejor camino es el de los convenios”. O sea que la jornada se discuta por gremio. ¿A cambio de qué?
Dante Sica, ex ministro de Macri que hoy trabaja con Bullrich, dijo que “lo que se tiene que discutir es una reforma laboral modernizada". Tranca.
El que “sorprendió” fue el dirigente de la UOCRA Gerardo Martínez, habitué de los coloquios. “En este momento electoral es una torpeza hablar de este tema. Hay que apostar a las relaciones bilaterales entre la oferta y la demanda”. ¿Oferta y demanda? Parece que está cursando Administración de Empresas en la UADE, Gerardo. Pero además contradijo a sus propios colegas de la CGT, que están en modo campaña y coquetean con la reducción de la jornada, aunque no piensan mover un pelo por conquistarla.
Mensajes y mentiras
El mensaje de los CEO’s se podría resumir en 3 ideas.
El peronismo ya captó esos mensajes. Por eso cuando justifica los proyectos el Gobierno insiste en que “podría mejorar la productividad”. Por eso los dirigentes de la CGT se muestran dispuestos a discutirlo por sectores. De hecho ya lo hacen. La mayoría de los convenios firmados en estos años han incluido cláusulas de organización de la jornada laboral. Siempre en contra de los trabajadores, sobre todo de los “nuevos” o los contratados. UOCRA tiene un convenio de 9 horas diarias, Toyota logró su “reforma laboral” para que se trabaje todos los días. En la alimentación, a pesar del llanto de Funes de Rioja, se trabaja 48 horas. En Mondelez algunos turnos pisan la fábrica todos los días. Y ahora les atacan los tiempos de descanso.
Es que la disputa por la jornada laboral es una “guerra civil permanente” (lo dijo Marx hace 160 años). No solo en debates de coloquio o parlamentarios, sino en los lugares de trabajo, como vemos en Mondelez o el Subte, donde exigen dos francos semanales. O en EEUU, donde hay huelgas históricas en las automotrices y hotelería que exigen reducir la jornada (además de salarios).
El Frente de Izquierda también plantea la reducción de la jornada. Pero no para negociar ninguna contraprestación como quieren las patronales. Ni para “mejorar la productividad” como ofrecen la CGT y el Gobierno. Proponen jornadas de 6 horas, 5 días a la semana, para repartir las horas, trabajar todos y trabajar menos. Sin ningún tipo de flexibilización a cambio. Y sin rebajar el salario, sino lo contrario: que cubra la canasta familiar.
O sea: vivir mejor.
Myriam Bregman y Nicolás del Caño están dando ese debate en el Congreso. Pero también difundiéndolo en la campaña electoral, ante los ojos de millones que se dividen entre jornadas agotadoras y changas para llegar a fin de mes. En su proyecto plantean algo más: comisiones obreras en cada lugar de trabajo para que se respete la reducción de la jornada, el reparto de horas y no haya precarización.
Por eso la propuesta está íntimamente ligada a la movilización de los trabajadores y trabajadoras, ocupados, desocupados e informales. Aunque a la UIA y Martínez no les guste, es el momento de levantar esa bandera.