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Red Internacional
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10A JORNADA DE LUCHA EN BRASIL. Reforma laboral del PT: guiño a los empresarios, traición a los trabajadores

Jueves 2 de agosto de 2018

Siete centrales sindicales brasileñas sacaron un documento en el que defienden parte de la reforma laboral de Temer. Mientras, el programa electoral del PT, que está siendo preparado por el alcalde de San Pablo y posible “Plan B” del PT, Fernando Haddad, hace un guiño a los empresarios al hablar de “modernizar las relaciones de trabajo”. El 10 de agosto habrá una movilización, en la que quieren presentar esta pauta como si fuese “agenda prioritaria de la clase trabajadora”.

Así se llama el documento presentado por siete centrales sindicales, entre ellas la CUT (orientada por el PT), la CTB (orientada por el PCdoB), la oficialista Força Sindical, Intersindical (orientada por el PSOL), además de UGT, CSB y NCST, que al mismo tiempo convocan a una “jornada nacional de luchas” para el 10 de agosto. El documento contiene 22 propuestas que según la CUT van en el sentido de “promover el desarrollo de Brasil a partir de la generación de empleo y renta (...)”, son las principales consignas del “Día del Basta”, una verdadera burla a los trabajadores que están sufriendo las consecuencias de la reforma laboral.

Los 22 puntos no incluyen casi ninguna reivindicación precisa en defensa de los intereses de los trabajadores, salvo para hacer demagogia. Al contrario, tiene puntos bien precisos en los que se ubica al lado de la patronal en contra de los trabajadores.

Es una enorme traición que la CUT y la CTB echen mano de la lucha para tirar abajo la reforma laboral y contra la tercerización, no solo en la práctica como ya venían haciendo, pero ahora abiertamente. En el sexto punto se puede leer “Revocar todos los aspectos negativos señalados por los trabajadores de la Ley 13.467 (reforma laboral) y de la Ley 13.429 (tercerización) que precarizan los contratos y condiciones de trabajo, en la perspectiva de la construcción de un nuevo estatuto, con valorización del trabajo”. Es de extremo cinismo presentar la reforma laboral y la ley de tercerización como teniendo puntos negativos –y por consiguiente otros positivos- para los trabajadores. En la agenda de los trabajadores, nada menos que la revocación de la reforma laboral y el fin de la tercerización con efectivización de todos los tercerizados y tercerizadas.

Cuando las centrales sindicales abandonan esa lucha para remendar la reforma laboral y la ley de tercerización con un “nuevo estatuto” muestran la disposición a darle tregua a los empresarios a cambio de la vida de los trabajadores, que se volvió un infierno con la reforma de Temer, principalente la de las mujeres trabajadoras y negras.

Es prioritario para los trabajadores, además de revocar esas leyes, el reparto de las horas de trabajadores entre empleados y desempleados, reduciendo la jornada de trabajo a 6 horas, 5 días a la semana, sin reducción salarial, para combatir el desempleo.

El término “nuevo estatuto” no está puesto por casualidad en la agenda de las centrales sindicales, que intenta presentar como de toda la clase trabajadora. Está tomado en el programa de gobierno del PT que está siendo elaborado por Fernando Haddad, el petista con más fichas para sustituir a Lula. Haddad le dió acceso al diario Folha de S.Paulo al documento que va a ser la base del programa del PT, y el diario cumple el rol de divulgar los puntos que sirven para tranquilizar a los empresarios. Entre ellos la defensa de la “modernización de las relaciones laborales” y de protección jurídica para un “mundo de trabajo dinámico”, términos y directrices tan usados por los empresarios entusiastas de la reforma laboral de Temer.

En la misma Folha de S.Paulo, el presidente del PT, Rui Falcão, insiste en calmar a los empresarios. Al ser consultado por si el programa del PT tendría demandas dirigidas a los empresarios, Rui Falcão contesta: “Hay, lo dije acá: la estabilidad del cambio, de la inflación, la reducción de los intereses, apertura de los mercados”. El camino con en que la cúpula del PT está comprimetida no es el del combate al golpe, sino la vuelta al poder, adoptando parte del programa del golpe para mostrar que el PT hará todo lo que sea necesario para no desagradar al mercado.

Una verdadera jornada de lucha sería más que necesaria para derrotar las medidas de Temer y luchar por el derecho del pueblo a votar a quien quiera, pero el camino elegido por el PT para gobernar no fue el de enfrentarse con las élites sino pactar con ellas.

Desde el año pasado la CUT y las centrales sindicales están en una verdadera tregua con el gobiero de Temer. En el momento más álgido de la crisis en 2017 no dieron continuidad a las medidas de lucha y salvaron al gobierno golpista. Esta burocracia sindical está dispuesta a vender todos los derechos laborales principales a los agentes del golpe, en función de sus privilegios.

En manos de estas centrales sindicales burocráticas, el “día del basta” no será un día de medidas de movilización, sino de propaganda electoral para el PT y para su socios de Força Sindical en este documento programático, que también convocan al 10 de agosto, pero declararon su apoyo al tucano Geraldo Alckmin (PSDB, gobernador de San Pablo), que es parte del gobierno de Temer. Al final, ante la crisis capitalista, lo que el PT de Lula y el PSDB de Alckmin tienen a ofrecer son dos formas distintas de garantizar la ganancia patronal y que los trabajadores paguen la cuenta. Los sindicatos tienen que ser arrancados de las manos de esas burocracias para que se vuelvan verdaderas herramientas de lucha en función de los intereses de los trabajadores.

Desde Brasil venimos acompañando la heroica lucha de las mujeres de Argentina por la legalización del aborto, un enorme ejemplo de cuáles deben ser los métodos para arrancar derechos y frenar los ataques. No se puede depositar ninguna confianza en los gobiernos, la justicia o el parlamento. La única fuerza capaz de lograr conquistar para los trabajadores es su propia fuerza independiente. La enorme fuerza que mueve a las mujeres en Argentina y en otros países del mundo y que lentamente comienza a invadir Brasil tiene que movilizar también a las mujeres a ser vanguardia de la lucha por la revocación de la reforma laboral –que en muchos de sus aspectos ataca a las mujeres, que incluso a partir de su aprobación serán obligadas a trabajar bajo condiciones insalubres incluso estando embarazadas. De esta manera también puede venir el catalizador para que preparemos una enorme resistencia contra la reforma previsional, suprando a la burocracia de las centrales sindicales y su tregua con los gobiernos y haciendo que los capitalistas –y no las mujeres, los negros y los trabajadores- paguen por la crisis.

La Central Sindical y Popular (CSP-Conlutas, orientada por el PSTU) no firma la carta de las centrales pero convoca acríticamente a la jornada del 10 de agosto, sin ninguna batalla para desenmascarar la política del PT y de las centrales sindicales, ni siquiera una declaración crítica, sobre ese día que está construyeno más como tribuna electoral que como jornada efectiva de movilización. El PSOL firma el manifiesto programático común con el PT y el PCdoB, pero no usan sus mandatos parlamentarios para convocar a medidas efectivas de movilización y exigir medidas de lucha ni siquiera por el programa que firman en común.

Gane quien gane las elecciones, las medidas de ajuste y de ataque a los derechos laborales y sociales van a continuar. Solo retomando el camino de la movilización y de la huelga general, uniendo a los trabajadores alrededor de un pliego propio, votado en asambleas de base, es posible lograr que la crisis sea pagada por los capitalistas. Contra el pliego presentado por las centrales sindicales para el 10 de agosto, defendemos la revocación de toda la legislación golpista, la reforma laboral, la ley de tercerización, la enmienda constitucional que pone techo al presupuesto para gastos sociales, y toda la legislación de los gobiernos anteriores contrarias a los intereses de los trabajadores como las reformas previsionales de Fernando Henrique y Lula, la ley de responsabilidad fiscal y la reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salario para terminar con la desocupación.