Reflexiones de una piba repartidora, que mientras pedalea las calles se organiza junto a su hermanos de clase: aquellos que el Estado dejó sin vivienda como en Guernica.
Jueves 19 de noviembre de 2020 21:55
Con los pies en los pedales, pero la cabeza en la lucha
El sol pica una banda, sí, después de temporales que volaron techos de chapa e inundaron precarios ranchos. Yo no tengo más opción que pedalear quién sabe cuántos kilómetros por 40 pesos el pedido. Tengo ojos en todos lados, en el tachero o en el que me tira el bondi encima, en la aplicación que me apura para que llegue más rápido, en el cobani que otra vez está gediendo a los vendedores ambulantes y no los dejan laburar tranquilos, en los nenes que juegan en un colchón viajero y construyen casas con cartón y ramitas. Los nenes construyen casas, el Estado las niega. ¿Eso es natural?
En la toma de Catán se escuchan tiros a la madrugada, en Castillo los nenes lloran diciendo "me quemaron mi casita". La Matanza Avanza en patrulleros a punta de pistola destruyendo hogares y sueños.
En la zona sur, de donde yo vengo, montaron un operativo zarpado para desalojar familias en Guernica. Las topadoras ahora se convirtieron en la pesadilla de miles. Yo solo sé que toda topadora es política y que de reprimir familias sin techo no se vuelve. El gobierno ya dejó claro de qué lado de la mecha está y nos declaró la guerra a los pobres.
Hace tiempo la mano viene jodida. Laburos perdidos, precios cada vez más altos, el salario es el mínimo. ¿Reclamos? Prohibidos. Mientras tanto el país se hunde en la pobreza y la desocupación y claramente para este gobierno la prioridad no son los trabajadores y los pobres. La manipulación mediática y la puja por la opinión pública se hace de la manera más descarada, tildando de "violentos" y responsabilizando a quienes ponemos más que el cuerpo para defender a los que nada tienen para perder, cuánta hipocresía. Gente que se llena la boca diciendo que "pisan" los barrios solo hacen que las familias transen con esas falsas promesas que ofrece el gobierno, pero a la hora enfrentarse a los mulos de Berni y Kiccilof esconden la cabeza, todos chantas.
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Salgo todos los días a sobrevivir, la calle es una locura, la yuta no da paz, el gobierno no tira una ayuda a los pobres, les tira gases.
La precarización me sacó los derechos y el Estado a las familias de Guernica les sacó el techo. Entonces, cómo no los voy a defender?
Esta crisis en la que nos metieron los de arriba lejos está de terminar. La defensa de la propiedad privada se hace a costas de negarle el derecho a la vivienda a miles de personas que hoy son los más reventados por este sistema de miseria y hambre, donde hay gente sin casas y casas sin gente y es más importante hacer un country para gente que está forrada en guita que darle vivienda digna a los hijos de los trabajadores.
Las tomas de tierras ya están preparando la resistencia, y los precarizadxs, los informales, los que nos rebuscamos día a día para ganar el mango no vamos a dejar de luchar junto con ellos, hasta arrebatarle de las manos al gobierno todo lo que nos corresponde. La lucha continúa, nos querían invisibles pero acá estamos de pie.
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Por eso nos organizamos y peleamos por lo que creemos que es justo. La lucha por tierra para vivir es la misma lucha que la de los que pelean por trabajos con derechos para todos y todas, no nos resignamos a perder nuestro futuro, no vamos a dejar que nos pisen los de arriba. Este sábado 21 nos juntamos en Asamblea en Guernica, para pelear junto a las familias y a los pibes que también les quieren sacar sus derechos. Sumate, porque si tocan a uno tocan a todos!