Opinion. Río Negro: futuro de ajuste y saqueo en pleno cálculo electoral

Las tendencias económicas de la provincia de mediano plazo son contradictorias. Recapitulemos: la apuesta de atraer el gran capital de Fortescue retrocedió, algo que quedó más claro con el proyecto de ley de hidrógeno de Massa y Rossi. Existió un factor objetivo: entraron a la competencia para la producción de hidrógeno contra el pulpo australiano los gigantes que mueven el shale gas de Vaca Muerta. Ellos le pusieron cierto freno al descarado robo de tierras de la Meseta Somuncura aprobado escandalosamente en la legislatura provincial por peronistas, macristas y el oficialista Juntos Somos Río Negro. La ecuación sería “o saqueamos todos o no saquea nadie”.

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Pero también el parate del mega proyecto Fortescue se explica por un elemento subjetivo: la resistencia de las comunidades originarias, sectores ambientalistas y la izquierda. Claramente, este no fue el factor preponderante pero la brutal concesión de esa Área Natural Protegida, en medio de la actual crisis de representación de todos estos partidos, fue demasiada exposición de toda la casta política que gobierna para los capitalistas.

Lo que se enfrió del proyecto fue la manera cordillerana que tiene el capital de fraguar documentos de propiedad privada sobre tierras fiscales, que siempre se acompañan con la estigmatización y represión de las comunidades. No era algo muy alentador para este gran capital británico-australiano que ya tiene en su país antecendentes contra una tribu ancestral. Hoy por hoy Fortescué se trasladó a la compra de tierras privadas sobre la provincia de Chubut, sin visos de avanzar en el supuesto proyecto con el cual Arabela Carreras gobernó durante gran parte de su mandato provincial.

Weretilneck corre por derecha a Milei

La apuesta a futuro es la planificación y puesta en marcha de la construcción del oleoducto desde Vaca Muerta hasta el corazón del Golfo San Matías, en el puerto de Punta Colorada. La visita de Weretilneck a la Expo “Oil and Gas” organizada por los pulpos petroleros que saquean Vaca Muerta; y su anterior visita a la Cámara de Comercio norteamericana solo fueron para afirmarse como uno de sus fieles representantes para asegurar ese negocio. En una entrevista radial de esta semana el futuro gobernador apuró por derecha a Milei diciendo “no tiene el apoyo de las corporaciones”, en referencia no solo a estos grupos capitalistas sino también a las burocracias sindicales con las cuales el libertario no tendría los nexos profundos que él sí pareciera tener y reivindicar. Dice algo cierto: sin las patotas de la UOCRA y el servil apoyo del peronismo en la legislatura, la modificación de la 3308 no se hubiese dado, o se habría aprobado con un costo político mayor.

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Esta semana veremos un nuevo capítulo en donde los grandes candidatos patronales acuerdan en un todo con el imperialismo saqueador. Será en el acto del cual participará Weretilneck junto con Figueroa en Neuquén a inicios de esta semana. Una cita de honor con Sergio Massa en territorio de YPF S.A. (“la Chevrón” para decirlo sin eufemismos) para inaugurar nuevos oleoductos.

En esa proyección de mediano plazo también se inscribe el intento de utilización de las aguas del río Negro para la refrigeración de los crackers petroquímicos en el puerto de Ingeniero White, en Bahía Blanca. Es que Vaca Muerta no solo es petróleo, más bien es fundamentalmente shale gas. Y la proyección de inversiones en el principal polo de producción petroquímica de sudamérica implicarían un enorme aumento de la producción de plásticos, para lo que sería necesario mayores masas de agua para la refrigeración del sistema industrial productivo. Río Negro es una enorme “joya de la abuela” a la venta.

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No todo lo que reluce son negocios

Esas inversiones hidrocarburíferas implicarían un manejo de divisas equivalente a la mitad del complejo sojero nacional. Pero por ahora quieren “desensillar hasta que aclare” el panorama electoral, teñido por el ajuste del FMI. Y ahí vamos nuevamente a la primera definición: las tendencias económicas en la provincia son contradictorias.

Las medidas de Massa respecto de la quita del IVA y del Impuesto a las Ganancias para sectores asalariados tiene como contrapartida una reducción en las cuotas de co-participación que reciben las provincias. Esto quiere decir que, además de ser una medida insuficiente para que la clase trabajadora efrente la devaluación de su salario; a su vez Massa está trasladando en parte el ajuste a las provincias. Específicamente la gobernadora Carreras reunió a todos los intendentes para dar cuenta del ajuste que habrá en la coparticipación, por ende, en el recorte de presupuestos a los municipios.

En este marco, el acuerdo salarial con las burocracias estatales en la provincia y el país, con foto incluída del nuevo Secretario General de CTA Rodolfo Aguiar con Sergio Massa, permiten “planchar” ganando tiempo y que se resuelva el ganador en la contienda electoral sin mayores luchas salariales. Las burocracias dejan en peores condiciones la capacidad de lucha contra el ajuste que se viene, por parte del FMI y por el plan de pago de las cuotas del Bono Castello, que ya para 2024 tendrá que pagar cuotas mucho más altas. Río Negro tiene que buscar dólares para pagar, en un país en el que escasea esa moneda y donde el FMI tiene la prioridad número uno.

Escenario político y lo que se viene

Es incierto qué puede deparar luego del resultado de octubre. El crecimiento de la derecha, con Milei y Bullrrich, más temprano que tarde tendrá su expresión en el régimen provincial. Si bien Weretilneck aún se posa sobre su alianza táctica con el kirchnerismo y massimo, lo que sí podemos definir es que Juntos Somos Río Negro es parte de esa crisis de representación, dada la baja de votos en las gubernamentales de abril, la muy mala performance de su boleta corta en las PASO y la derrota de la gobernadora en las recientes elecciones de Bariloche.

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Esto implica recalcular según quien gane las elecciones. Weretilneck se llevó bien con Macri y pactó luego con Cristina y Massa. Asique gane quien gane, su intención es reafirmar el compromiso de llevar a cabo los saqueos en curso “con el presidente que vos elijas” como decía en 2015. Por su parte, el peronismo provincial es parte del ajuste nacional. Y eso es un problema para el régimen provincial de conjunto: Weretilneck debe mantener una línea de acuerdos con el sorismo y sectores sindicales peronistas, quienes quedan ubicados como los únicos factores de contención real, los que le ponen el freno de mano a la clase trabajadora.

Es inobjetable que en 2024 habrá mayor ajuste nacional (FMI) y provincial (Castello). En este marco habrá que pensar qué perspectivas de lucha salarial se pueden abrir por ejemplo en docentes, con una conducción burocrática “débil” que no está garantizado que pueda seguir acordando salarios a la baja, adecuados al ajuste en curso.

Lo que sí es cierto es que la materialización de la construcción del oleoducto puede acelerar procesos de organización y lucha ambiental, en una provincia que si bien la lucha ambientalista no logró los niveles de Chubut o Mendoza sí desató la lucha contra la Planta Nuclear en el primer mandarto de Weretilneck. A su vez, la cita del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencia días antes de las elecciones en Bariloche también interpelan a la intervención en una región donde las comunidades son perseguidas hasta el hartazgo por un gobierno provincial que tiene un pacto moral y de control con las iglesias. La marcha de miles expondrá la denuncia al ajuste en curso en la ciudad turística.

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Desde esta perspectiva, las elecciones de octubre donde el Frente de Izquierda participará como la única alternativa de las y los trabajadores tanto a nivel nacional con Bregman- del Caño y provincialmente con la candidata también del PTS Alhue Gavuzzo, serán una oportunidad de propagandizar la idea vital de que hay que prepararse para lo que se viene. "Ni cómplices ni sometidos" apela a un voto contra los candidatos del saqueo y el ajuste, un voto en defensa propia para fortalecer las perspectivas de lucha más combativas y de coordinación futura entre todos los sectores.