Es el segundo río más largo de Sudamérica, y sus imágenes recorren el mundo producto del daño causado por la actividad contaminante. Esta tragedia visible, es consecuencia de las políticas extractivistas y del cambio climático.
Lunes 6 de septiembre de 2021 21:31
La desaparición de las aguas del río Paraná muestra un desolador paisaje de tierra polvorienta, salpicado de pequeñas lagunas y nuevas islas; son consecuencia de las políticas extractivistas y del cambio climático. De esta manera se ven hoy grandes sectores del río Paraná, que está en su nivel más bajo desde 1944.
El río de 4.880 km nace en el sureste de Brasil, atraviesa Paraguay y desemboca en el Río de la Plata en Argentina, es el segundo más largo de Sudamérica luego del Amazonas. Juega un rol clave para la industria comercial y la pesca, pero principalmente es fuente de agua dulce para 40 millones de personas.
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La conocida Hidrovía del Paraná, es una de las rutas fluviales más importantes para el transporte de granos, y su situación está obligando a muchos exportadores a considerar el uso de rutas terrestres. Sin embargo, son estas prácticas las que han aumentado el daño ambiental observado. Detrás están los intereses de las grandes exportadoras de granos, y los negociados de los gobiernos de turno que mantienen un funcionamiento que atenta contra la flora y fauna del lugar.
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En una entrevista para el programa Alerta Spoiler de este diario, el abogado ambientalista Rafael Colombo señalaba que "Lo que está ocurriendo en el Río Paraná es un auténtico holocausto ambiental y es el resultado directo de una serie compleja de intervenciones antrópicas asociadas a la expansión del extractivismo agroindustrial, ganadero, forestal, fluvial y minero".
La bajante histórica del Río Paraná sigue generando una fuerte preocupación. Se trata de un desastre ambiental producto de las políticas y los negocios del modelo agroindustrial, sumado a los efectos del cambio climático a nivel planetario.
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