Días atrás había prometido que ganarían "más plata que nunca". En el cierre de campaña puso como ejemplo la administración de El Mangrullo, el yacimiento que explota Pampa Energía S.A.
Sábado 9 de marzo de 2019 12:49
"Somos la garantía de seguridad jurídica para las petroleras". Es la frase que repitió en los últimos días el candidato a gobernador de Neuquén por Unidad Ciudadana – Frente Neuquino, pero bien podría haber salido del candidato de Cambiemos Pechi Quiroga, o de cualquiera que intente ganarse la confianza del “mercado”. De hecho, era un latiguillo común de Macri en 2015, contra CFK.
En el último tramo de su campaña, Rioseco pasó de hacer eje en promesas de "redistribución" (aunque sin explicar nunca de dónde saldrían los recursos a redistribuir), a un discurso abiertamente pro-empresa. En una entrevista en Ambito.com, sostuvo sin tapujos: “las petroleras con nosotros van a ganar más plata que nunca. Macri y Gutiérrez no les dan garantías”. Las declaraciones “corriendo por derecha” a los gobiernos nacional y provincial, intentan llevar “tranquilidad” a los “inversores” frente a la posibilidad de un triunfo de Unidad Ciudadana – Frente Neuquino.
No es la primera vez en esta breve pero intensa contienda electoral, que el candidato se ubica como defensor de las ganancias de las empresas hidrocarburíferas. Ya se había sumado al coro encabezado por Paolo Rocca, del grupo transnacional Techint, cuando éste pataleó para que se mantenga el exorbitante volumen de subsidios al gas que paga el pueblo trabajador, llevando el millón de BTU a USD 7,5 en 2018. En ese momento, Rioseco sostuvo que su objetivo era “garantizar previsibilidad, todos los convenios que se han firmado de exploración y desarrollo de Vaca Muerta se van a garantizar".
Las declaraciones del ex – intendente de Cutral Co, están en sintonía con las del diputado Axel Kiciloff, quien luego de recibir al FMI y garantizar que en un futuro gobierno cumpliría con los pagos de la deuda, sostuvo que al organismo “le preocupa el crecimiento y la inclusión social”.
El programa de Rioseco: que se la lleven en pala
A decir verdad, “los mercados” no tendrían de qué preocuparse. Antes de que el macrismo aumentara la rentabilidad de las petroleras con tarifazos, flexibilización laboral y subsidios, fue el kirchnerismo el que inauguró el saqueo de Vaca Muerta.
El acuerdo secreto entre YPF S.A. y Chevron, que requirió la aprobación de la legislatura neuquina en medio de una represión que duró horas, fue el primer capítulo de una saga de entrega a las multinacionales de los recursos no – convencionales. Esta entrega se generalizó por medio de la ley de Hidrocarburos 27.007, manteniendo las regalías en un 12% (y permitiendo que sean reducidas hasta un 5%), garantizando exenciones impositivas y facilidades para importar y exportar, y estableciendo las concesiones no convencionales en 35 años (extensibles a 45).
Sin ir más lejos, durante los 3 últimos años de gobierno kirchnerista, las transferencias al sector hidrocarburífero por medio de subsidios fueron de U$D 9.330, superando el presupuesto del Ministerio de Salud para el mismo período (1).
El propio Rioseco muestra con orgullo el desarrollo del yacimiento “El Mangrullo”, que tiene la particularidad de ser el único a nivel nacional administrado por un Ente Intermunicipal (ENIM) de Cutral Co y Plaza Huincul. Ese yacimiento, con una superficie de 145 km2, es operado en un 100% por Pampa Energía S.A. Esta empresa, propiedad del “zar de la energía” y actual amigo de Macri, Marcelo Mindlin, renovó su concesión el año pasado para explotar el gas no – convencional por los próximos 35 años. Es decir, hasta 2053.
A esta altura, está más que claro que, pese a sus matices, Gutiérrez, Quiroga y Rioseco defienden los intereses de las petroleras. El Frente de Izquierda, encabezado por Raúl Godoy, es el único que no tiene compromisos con ninguna empresa, y propone estatizar bajo control de trabajadores y trabajadoras, profesionales y comunidades, el 100% de la industria hidrocarburífera. De esa forma se podría destinar los recursos a un gran plan de obras públicas que construya las 70.000 viviendas que hacen falta, a la salud pública, al trabajo genuino. Se podrían otorgar becas integrales de estudio para que todos puedan estudiar y nadie abandone. Y al mismo tiempo, iniciar una transición hacia energías limpias y renovables.