Unidad Ciudadana denuncia irregularidades sobre el funcionamiento de la Boleta Única Electrónica en las elecciones del domingo, lo que se contradice con los votos dados por sus diputados en la Legislatura porteña.
Martes 12 de marzo de 2019 14:07
La apoderada de la Alianza Unidad Ciudadana Frente Neuquino denunció ante el Poder Judicial que en varias mesas de votación del último domingo en Neuquén hubo máquinas a las que se les requería la boleta de UC pero en pantalla se mostraban otras opciones para emitir el voto y debieron ser sacadas de circulación.
Efectivamente, como señala Mario Wainfeld en Página|12, estamos ante “un mecanismo capcioso, que pone en riesgo la transparencia del comicio (un valor sustancial) a cambio de un escrutinio más rápido (una virtud de mucho menos peso)” y que el “macrismo ensalza el “voto electrónico” cuyo descrédito cunde en casi todo el mundo”.
Así es. Efectivamente, el voto electrónico fue prohibido en Alemania en 2009. En Estados Unidos, en las elecciones que ganó Donald Trump en 2016, se denunciaron múltiples irregularidades, incluyendo el fantasma de ataques informáticos por parte de Rusia que se debate aún hoy.
De allí que también Holanda -que ya había descartado el voto electrónico en 2006- en 2017 directamente dejó de usar computadoras incluso para el conteo de votos, como resguardo ante interferencias extranjeras. Lo mismo ocurrió en Italia el año pasado. Es decir, no hay tal modernización “primermundista” en esta cuestión.
A los meses de asumir la presidencia, Mauricio Macri intentó que el proyecto de voto electrónico prosperara en el Congreso Nacional. Por entonces, el Conicet emitió un informe solicitado por el propio Ministerio del Interior que recomendaba no implementar el sistema; y pasaron por los debates en el Congreso decenas de expertos en la materia desaconsejándolo y pronunciándose por la utilización de la boleta única de papel.
Las mismas organizaciones y referentes que por entonces elevaron una carta al Presidente para que desistiera de la idea, también estuvieron presentes en los debates en comisiones en la Legislatura porteña durante el 2018. Pero no alcanzó.
Acuerdo electrónico en la Ciudad
El voto electrónico, incluido dentro del nuevo Código Electoral de la Ciudad de Buenos Aires propiciado por Horacio Rodríguez Larreta, fue aprobado en la sesión del 25 de octubre de 2018 en la Legislatura.
Contó con 49 votos a favor gracias al apoyo de los diputados de Unidad Ciudadana y del Bloque Peronista, junto a los “socialistas” de Roy Cortina y otros menores, que sumaron sus votos al oficialismo. Sin ello no hubiera sido posible aprobarlo, ya que se necesitaban dos tercios del total de legisladores con voto afirmativo.
La primera en manifestar su acuerdo (como consta en actas de la sesión) fue la diputada del Bloque Peronista María Rosa Muiños, quien dijo que “una exigencia constante” de su bloque “fue que la única posibilidad que contemple este código como alternativa en materia de tecnologías electrónicas (...) sea un sistema que obligue a la impresión del voto en soporte papel, que sea introducido en la urna y que asegure el conteo manual en ambas instancias del escrutinio y en las auditorías”.
Es decir, lo mismo que el sistema que rige en Neuquén y que acaba de ser motivo de denuncias en esas elecciones provinciales.
En igual sentido, el entonces presidente de bloque de Unidad Ciudadana, el diputado Carlos Tomada, sostuvo en el recinto que, respecto al voto electrónico, “en la versión original se quería imponer el voto electrónico como instrumento único de emisión. Ello para nosotros no era votable y, finalmente, luego de todos estos meses de discusión se estableció que se deja la boleta única en papel como el instrumento de emisión del sufragio”.
El exministro de Trabajo de los gobiernos kirchneristas celebró en ese entonces que “taxativamente se deje en claro que siempre va a tener que existir un soporte en papel. Eso también fue producto de un intercambio”.
De la misma manera, el diputado Mariano Recalde sostuvo en los medios que el apoyo de su bloque (UC) al voto electrónico se debía a que “garantiza que haya un soporte papel del voto y se deposite en una urna” (Perfil, 25/10/18). Es decir, lo mismo que el sistema de Boleta Única Electrónica neuquino que emite la boleta en papel para depositar en la urna. Solo que el problema es, como se ha denunciado en Neuquén, las opciones de impresión que da la máquina al votante.
En fin, como afirmó el diputado del PRO José Luis Acevedo en aquella sesión, “quizá muchos piensen que hoy estamos tratando un proyecto de ley que el Ejecutivo hizo de un día para otro, pero la verdad es que no es así. Este es un proyecto de ley que nace consensuado”.
La oposición al Código Electoral que habilita el sistema de voto electrónico quedó en manos de la izquierda, tanto de los diputados del Frente de Izquierda como los de Autodeterminación y Libertad.
Como dijo en su intervención Patricio Del Corro del PTS-FIT, “como reflexión general, quiero marcar que es un proyecto que define una estructura electoral, como ya se dijo más acorde con las necesidades del Ejecutivo. (…) Esto ya se dijo muy bien: si a Larreta y a Macri les conviene, las elecciones van a ir juntas; si a Larreta y a Macri no les conviene, van a ir separadas. ¿Quiénes deciden? Larreta y Macri. Esto es algo así como inclinar la cancha”.
Aquella fue una sesión, en alguna medida, histórica. Unidad Ciudadana y el peronismo hicieron posible que el PRO imponga las reglas del juego electoral en la Ciudad de Buenos Aires y le dieron la postedad a Larreta de unificar o separar las elecciones de la Ciudad de las nacionales a su conveniencia, nada menos.