El 30 de enero de 1972, cerca de 15 mil personas se convocaron en la ciudad de Derry en Irlanda del Norte, para repudiar una nueva ley británica que permitía encarcelar a toda persona sospechada de pertenecer a la organización política armada Ejército Republicano Irlandés (IRA). Pero el gobierno prohibió las protestas y desplegó tropas en las calles, reprimiendo brutalmente a los manifestantes.
Lunes 30 de enero de 2023 09:45
Michael Kelly yace muerto en la barricada de escombros. A la izquierda, Michael McDaid, segundos antes de ser asesinado.
En agosto de 1971, se promulgó una nueva ley que permitía a las autoridades encarcelar a las personas sospechadas de pertenecer al IRA, una organización armada que abogaba por la unidad y la independencia de Irlanda respecto del imperio británico.
El 30 de enero de 1972, entonces, cerca de 15 mil personas se convocaron en la ciudad de Derry para denunciar este atropello a las libertades democráticas. Pero el gobierno prohibió las protestas y desplegó tropas en las calles, bloqueando el acceso al centro de la ciudad.
Los manifestantes llegan a Westland Street en Bogside.
Los manifestantes se dirigieron entonces hacia una zona de barrios mayoritariamente habitados por católicos independentistas, que permanecía bajo control del propio vecindario y era conocida como Free Derry (Derry Libre). Allí, los soldados del Regimiento de Paracaidistas abrieron fuego. Trece personas murieron por los disparos y al menos otras quince resultaron heridas.
Bernard McGuigan, padre de seis hijos, recibió un disparo en la cabeza cuando intentaba ayudar a un hombre moribundo. Al fondo yace el cuerpo de Hugh Gilmour, de 17 años.
Recién en 1998, en el marco de los acuerdos para poner fin al conflicto con Irlanda del Norte, el primer ministro Tony Blair abrió una nueva investigación sobre aquellos acontecimientos. La misma concluyó que las víctimas no representaban una amenaza y que el ejército no abrió fuego en respuesta a supuestas bombas molotov o piedras lanzadas por los manifestantes. También se destacó que ninguno de los asesinados estaba armado y que, por el contrario, varios estaban retirándose del lugar o ayudando a otros heridos.
Miles de personas ingresan al cementerio de la ciudad para enterrar a los muertos del Domingo Sangriento.
A fines de 2016 terminó la investigación iniciada por el Servicio de Policía de Irlanda del Norte, aunque hasta la fecha, ningún soldado ha sido procesado. Actualmente, el caso se encuentra en proceso de revisión judicial por iniciativa del hermano de una de las víctimas del Domingo Sangriento.
Créditos: todas las fotografías son de The Museum of Free Derry