Las recetas que vienen desde el quinto piso de Economía incluyen mini devaluaciones, aliento a la oferta liberando dólares, como a las petroleras, con la promesa de una “lluvia de inversiones” y suba de tarifas energéticas. Son medidas inflacionarias, que Guzmán combina con subas de tasas de interés, bajo un programa con el FMI de metas incumplibles. La inflación sigue siendo alta y se come los salarios e ingresos de los más pobres, necesitamos un plan de otra clase.
Jueves 2 de junio de 2022 22:00
Fotografía: Matías Baglietto
La inflación es una bomba de tiempo que no se puede seguir subestimando. Algunos analistas -aún con cautela- hablan sobre la posibilidad de pasar hacia un régimen de alta inflación, que llegue a los 3 dígitos.
Esto sólo garantiza mayores penurias para quienes cuentan con su salario para vivir. Mientras, la interna del Frente de Todos suma nuevos capítulos con la renuncia de Feletti, que fue otra maniobra de delimitación para evitar pagar el costo político de una inflación interanual de 58% en abril, peor aún la suba en los alimentos fue de 62,1%.
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Durante los 7 meses que Feletti estuvo al frente de la secretaría de Comercio Interior, principalmente aplicó o prorrogó acuerdos de precios. A veces con menos dialogo que su antecesora, Paula Español. En ese periodo los alimentos y bebidas aumentaron 46,3%, muy por arriba del promedio general que fu 38%, según datos de la consultora EcoGo. Aun teniendo en cuenta que la inflación es un problema estructural y complejo en Argentina, las medidas adoptadas por el funcionario kirchnerista tampoco fueron exitosas. Como analizamos muchas veces, se trató de parches insuficientes que nunca cuestionaron los márgenes de ganancias de las empresas, en ramas de alta concentración.
Con el desembarco de Guillermo Hang se espera que las renovaciones de Precios Cuidados admitan subas coordinadas con los empresarios del sector a cambio de un mayor abastecimiento en góndola. Es seguir negociando con quienes chantajean y lucran con los alimentos.
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Si hay un plan ¿cuál es?
En una reunión con empresarios en la Amcham el ministro de Economía dijo que "la inflación se resuelve anclando expectativas", el problema es que se estaría quedando sin anclas. Las expectativas del “mercado” que releva el Banco Central aumentaron sus proyecciones de inflación para 2022 a 65 %. Algunas consultoras privadas ya trabajan con un 70 % para finales de año.
Todas las miradas recaen ahora sobre el accionar de Martín Guzmán, ¿hay plan para bajar la inflación? La única hoja de ruta que sigue el ministro es la acordada con el FMI, un pacto de entrega que impone cumplir con las siguientes metas:
Ajuste fiscal vía recorte del gasto del Estado en jubilaciones, salarios de estatales, programas sociales, educación, salud, la inflación licúa estas partidas. El sendero de reducción del déficit fiscal primario implica que en 2022 sea de 2,5 % -un recorte respecto al 3% de 2021; 1,9 % en el 2023 electoral y 0,9 % de en 2024.
La suba de tarifas de los servicios públicos como luz, gas y agua, es otra forma de bajar el gasto achicando los subsidios económicos y que el costo recaiga sobre los usuarios. Según se publicó oficialmente las subas no tendrán segmentación, en la luz serán de 7,7 % para quienes reciban la tarifa social, de 16,53 % para la mayoría de los usuarios residenciales con consumo promedio y de 36,6 % para Pymes. En el caso del gas la factura promedio para usuarios residenciales tendrá una suba de entre 18,5 % a 25 %, y quienes reciben la tarifa social no tendrán ajuste tarifario. Se trata de un pedido explícito del FMI, y que alimenta el alza de precios. Sin embargo, ante el contexto de alza en los precios externo de la energía que se importa, los subsidios siguen aumentando a pesar de la suba de tarifas.
En el mes de abril el déficit primario tuvo una suba real de 143,8 % interanual según datos de la OPC. Esto se explica por una caída en los ingresos tributarios–dentro de ellos los derechos de exportación tuvieron una baja real de 37%- mientras aumentó el gasto en subsidios energéticos un 53,4% y muy por detrás las prestaciones sociales un 8,6%.
Reducir la brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y los paralelos. Para lograrlo el FMI “recomienda” acelerar el ritmo de las minidevaluaciones para que no vayan por detrás de la inflación -como sucedió en 2021- eliminando el ancla cambiaria. Es decir, subir el dólar oficial, su efecto ya lo conocemos: pierde poder de compra el salario y se benefician los sectores exportadores como el agro, las mineras, petroleras.
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Tasas interés reales positivas con el fin de desalentar la demanda de dólares y captar pesos, para lograrlo el retorno a pagar (la tasa de interés) debe ser mayor a la inflación. Se trata de una medida que “enfría” la economía porque encarece el crédito tanto para pymes como para consumo, en momentos donde el costo de vida ya es elevado. La tasa de referencia pasó de un piso de 38 % (a 30 días) a 49% en lo que va del año y en términos anuales efectivos llega a 61,7%.
*Juntar dólares para pagar la deuda fraudulenta al FMI. La meta impone que para el segundo trimestre las reservas netas deben ascender a US$ 4.800 millones. Un reciente informe del CESO sostiene que para cumplir esta meta el Central debe “acumular US$ 3.000 millones en sólo 30 días, muy poco probable”. Otras consultoras arrojan un número menor teniendo en cuenta que este mes no saldrán dólares por pagos de vencimientos y que entrarían préstamos de organismos internacionales. Sin embargo, el Jefe de Gabinete confirmó este miércoles que continuará la importación de gas oil para intentar solucionar el problema de desabastecimiento que afecta a 8 provincias, en plena ola de frío.
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Recalibrando
La entrada de Hang por Feletti, fue interpretada como otra batalla ganada por Guzmán en la interna del Frente de Todos. Un triunfo efímero, la inflación es preocupante y la imposibilidad de cumplir las metas del programa con el FMI cada día es más real, y nada es gratuito.
Para las distintas alas políticas del oficialismo la prioridad es llegar con chances a 2023, así se entiende el adelantamiento en la suba del salario mínimo y la suba del piso de Ganancias. Un oficialismo encerrado una contradicción esencial: sus objetivos electorales y cumplir con el FMI.
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Máximo Kirchner advertía en un acto sobre el ministro: “te banca Clarín, el presidente y el FMI.” No sólo eso, Martín Guzmán busca tender puentes con el empresariado, porque antes del año electoral hay que pasar el invierno.Una clara muestra es el beneficio a las petroleras que les permitirá hacerse de dólares para remitir utilidades o para importaciones de maquinaria.
La construcción del gasoducto Néstor Kirchner –que aún no comienza- sigue siendo la gran apuesta de un Gobierno que avanza de la mano de proyectos extractivistas para aumentar las exportaciones.
Esta obra que conectará el gas producido en los yacimientos de Vaca Muerta con Buenos Aires y los puertos, no garantiza la provisión de gas de red para quienes aún no acceden a ese servicio esencial. Tampoco contempla poner recursos en una transición energética para pasar a otras formas menos contaminantes ya que se rige por la obtención de ganancias.
Así, la economía se acerca a la mitad del año signada por una gran incertidumbre y una creciente inflación. Las exigencias del FMI no hacen más que impulsar esta dinámica (minidevaluaciones, suba de tarifas) en combinación con las contradicciones propias de la estructura nacional atrasada y dependiente. Aún con exportaciones récord por los altos precios internacionales, la suba de importaciones tensiona la restricción externa. Para la economista Marina Dal Poggetto de Eco Go, más ligada a una visión del establishment, "no hay margen para gradualismo, necesitamos un shock".
Con tono a chantaje el ex funcionario del FMI -Héctor Torres- advirtió sobre las consecuencias de incumplir con el FMI: “¿Acaso alguien cree que el incumplimiento no tendría consecuencias sobre el tipo de cambio? La alternativa es cumplir o devaluar."
Para la gente de a pie las consecuencias de ésta crisis se viven cada día en los precios de los alimentos que están carísimos y los salarios no recuperan lo perdido en los últimos años. La única manera de salir de esta encrucijada es romper el pacto de entrega con el FMI, terminar con el saqueo de recursos y priorizar las demandas sociales. Un aumento de emergencia de salarios, jubilaciones igual a la canasta básica, verdadero control de precios, reducción de la jornada laboral y reparto de las horas de trabajo para crear empleo genuino, son algunas de las medidas que propone la izquierda.
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Guadalupe Bravo
Nacida en Trenque Lauquen, Provincia de Buenos Aires en 1985. Es economista, recibida en la UBA. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas desde 2004. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.