Alrededor de 500 familias dependen del basural para sobrevivir, y hace 55 días que no les permiten ingresar y tampoco le dan soluciones. La desidia estatal los llevó a bloquear el ingreso al Predio de Disposición Final de Residuos.
Viernes 15 de mayo de 2020 15:36
Foto: InfoCielo200
Desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio, las condiciones de vida de millones de personas están siendo afectadas. La desesperación y angustia de las y los recuperadores de basura no puede ser mayor en "La Feliz". Esto los llevó a decir basta y bloquear la descarga de basura.
LLevan semanas esperando una respuesta del gobierno, al cual le reclaman que apruebe el Protocolo de seguridad e higiene que ellos mismos elaboraron. Éste contempla el uso de barbijo, guantes de látex y guantes de trabajo, botines, antiparras y el uso de alcohol cada hora, el distanciamiento de un metro y medio, no compartir cigarrillos, mate y alimentos.
El objetivo de este protocolo es simplemente poder retomar sus actividades. En la tarde del jueves, las y los recolectores informales bloquearon el acceso al Predio de Disposición Final de Residuos e impidieron la descarga de los camiones de basura.
Para las 500 familias que viven revolviendo la basura para subsistir, el Predio es su única fuente laboral. Al estar cerrado hace 55 días, a raíz del aislamiento social preventivo para evitar la propagación del Covid-19, su situación es inhumana. En este tiempo las y los recolectores informales de basura se reunieron con funcionarios municipales, de los cuales recibieron unos bolsones de 6 productos y promesas.
Martin Romero, uno de los recuperadores que está bloqueando el acceso, manifestó a La Izquierda Diario: "si no nos mata el coronavirus, nos mata el hambre. Necesitamos laburar, no nos queda otra, ya no tenemos que darle de comer a nuestros hijos, me da vergüenza tener que contar que no puedo llevar a casa lo que necesita para comer y decirle a mi hijo que otra vez hay guiso de polenta. Ni una mermelada.”
Además sostuvo: “De la carta al intendente, ni respuesta, no dijeron que habláramos con Sebastián D’Andrea (titular del Emsur) y nada. No queremos una ayuda de alimentos, ¿Cómo pago la luz, el agua, los impuestos? Queremos trabajar. No podemos más y la tareas de la escuela, ya no podemos cargar datos para que hagan los deberes ni comprarles los módulos que salen $270”.