La conducción afirmó que al firmar la paritaria nacional se comprometió a no hacer paro, por lo que sólo habrá asambleas. Dijeron que van a acompañar al gobierno nacional, aunque eso implique ajustar el salario docente.
Viernes 28 de febrero de 2020 19:09
En el día de ayer se desarrolló la asamblea provincial de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC). Sesionó sin que se haya podido expresar previamente la base docente en asambleas escolares. La asamblea tenía que decidir sobre lo actuado por la conducción en CTERA y tenía que considerar la oferta salarial del gobierno de la provincia.
Defendieron el acta firmada por CTERA de espaldas a la docencia. Un acta vergonzosa que lleva el “piso” del salario docente a 25000 pesos en julio cuando hoy la canasta familiar se ubica en 60000 pesos. No sólo no sirve para no perder contra la inflación presente, sino que ni siquiera se propone recuperar lo perdido durante el macrismo.
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La asamblea pasó a un cuarto intermedio para que los principales dirigentes de UEPC fueran al Panal a buscar la oferta salarial. Cuando regresaron, dijeron que la oferta era tan mala que no querían contar de qué se trataba. Ante esta situación lo lógico era promover asambleas escolares, asambleas zonales, debates con la comunidad educativa, promover una movilización que gane la calle contra semejante provocación.
Pero no hubo nada de esto. El argumento formal fue que al firmar el acta de la paritaria nacional se comprometieron a no hacer paro antes de agotar todas las instancias. Es fácil ver que acá fue el gobierno provincial el que agotó las instancias razonables al montar una provocación haciendo una oferta miserable aún para los dirigentes de UEPC. Acá había otro motivo.
Acompañando al gobierno
Explicaron que ellos desde su militancia gremial en la lista Celeste, y orientando el sindicato han apoyado al Frente de Todos y que están acompañando al gobierno, que necesita acompañamiento para negociar el pago de la deuda y que el país funcione. Por eso el lunes tiene que haber clases.
Recordaron que ellos ya habían advertido que la situación iba a ser dura con el gobierno del Frente de Todos. De hecho lo anticiparon, y no fueron los únicos en decirlo: el rol de los sindicatos en la nueva etapa sería contener las demandas de los trabajadores que querrán recuperar lo perdido con el macrismo y se encontrarán con un nuevo ajuste. El dinero que el Estado ahorra sobre los haberes de trabajadores activos y jubilados es para sostenerla deuda pública. Defendiendo al gobierno defienden el pago a los buitres.
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Desde la conducción se criticó la utilidad de la cláusula gatillo porque se mide contra la inflación general, pero la indexación de los precios de la canasta que realmente consumimos es mayor. La conclusión sería construir una cláusula gatillo que tome un índice válido. Y no, la conclusión es ir por sumas fijas. Para ello atacó el escalafón docente: pagar porcentajes es “darle plata a quien no la necesita”. Eso, como dijimos en nuestra intervención, nos lleva a un empobrecimiento generalizado, donde todos tiendan a ganar un poco (o bastante) por debajo del costo de vida. Bajo el argumento de la solidaridad y la justicia social está la transferencia de riquezas de los trabajadores al capital financiero. Aceptar la fuerza de los poderosos para no actuar lleva a que el sindicato no sea un instrumento de lucha de la clase trabajadora sino una institución que administra la crisis en favor de los capitalistas.
En una asamblea sin consulta a la base, la votación es política. La política de la conducción fue acompañada por la mayoría de las corrientes de la Pluricolor: la lista Naranja, los Blancos, el MST, Saleme, Encuentro Docente. Negociaron que el esquema de asambleas propuesto incluya una hora de asamblea el lunes. Así, se garantiza que hay inicio de clases y que las calles estarán vacías toda la semana.
En este contexto: ¿qué podemos hacer los docentes?
Desde el FURU propusimos que la vuelta a la escuela sea sin clases, con dos horas de asamblea y movilización. Asimismo, cuestionamos que los docentes sólo estemos capacitados para debatir lo que ofrece el gobierno, y propusimos que se debata la defensa de la cláusula gatillo y una actualización salarial, el aumento del presupuesto educativo, la exigencia a CTERA que no deje aisladas a las provincias en lucha, la defensa del pliego de reclamos del movimiento de mujeres con la participación de la movilización del 8 de marzo y convocando a parar el 9, la defensa del ambiente y la salud de la población, la defensa de los jubilados y ningún descuento por luchar.
Hace años que el salario docente se viene pulverizando, producto de los acuerdos entre las dirigencias de CTERA y UEPC con los gobiernos. Y eso impacta no sólo en la calidad del trabajo docente sino incluso en la propia salud física y mental, tal como lo muestra un estudio realizado por CTERA el año pasado.
Cuando exigimos aumento del presupuesto educativo, es porque también las escuelas están cada vez más deterioradas, afectando las condiciones de aprendizaje de nuestros estudiantes, desde el vaciamiento en las bibliotecas, la infraestructura de nuestros IPEM cada vez más deterioradas o directamente inhabilitadas como el IPEM 190 de Carlos Paz. Muestras suficientes que la prioridad del gobierno no está puesta en la educación.
El día lunes y miércoles en las Asambleas escolares debemos medir nuestras fuerzas. Tenemos que hacernos escuchar a través de nuestros mandatos, mostrar que estamos dispuestos a luchar por lo que nos quieren arrebatar. Es necesaria una lucha junto a toda la comunidad educativa, no solo por nuestros salarios de hambre, sino por todas nuestras demandas. La deuda es con la educación.