La CUT y la CTB convocan a una jornada de “paralización nacional” para el 11/11, junto a movimientos sociales, contra las medidas de Temer, como la reforma laboral, de enseñanza y la PEC 241.
Jueves 10 de noviembre de 2016 05:20
Contra los mismos ataques, de este mismo gobierno, contra la misma clase trabajadora, la Central sindical Força Sindical llama a una paralización para el próximo 25/11. Mientras las grandes centrales sindícales convocan a jornadas de “paralización” divididas y sin asambleas de base, la juventud está “dando clases” de cómo resistir los ataques del gobierno golpista de Temer. ¿Por qué no hay confluencia entre la lucha de la juventud y la clase trabajadora?
El desempleo bate récords en el país llegando a casi el 12% de la población. Aquellos que conservan su trabajo ven a diario cómo el poder de compra de sus salarios se desvaloriza por la alta inflación; los reajustes salariales sobre la inflación son cosas del pasado, dejando en claro que la patronal busca que los trabajadores paguemos por una crisis que no generamos. El derecho de huelga, instrumento fundamental de los trabajadores, ya no está asegurado por ley, a partir de que el Supremo Tribunal Federal habilitó a los gobiernos a descontar los días de paro de los huelguistas.
Los servicios públicos, cada vez más precarios, están seriamente amenazados por la enmienda constitucional (PEC 241), que prevé el congelamiento de los gastos en salud, educación y otros servicios por 20 años. Ya no hay médicos suficientes para atender las filas en hospitales, no hay condiciones ni estructura mínima para una enseñanza de calidad en las escuelas públicas. Sin embargo, hay dinero para pagar la deuda pública que consume el 45% del presupuesto nacional. Diputados y senadores cuestan a los cofres públicos más de R$1 mil millones por año. Los jueces brasileros son los más caros del mundo: cuestan 1,3% del PIB nacional, sin considerar las regalías y otros privilegios. El poder judicial y los medios golpistas se mantienen sedientos y en sintonía con el gobierno golpista por el fin de los derechos. Más allá de las diferencias que puedan surgir entre los poderes, están todos de acuerdo en atacar nuestros derechos para mantener sus privilegios millonarios.
Con tantos motivos para salir a luchar, ¿por qué no hay una gran campaña de apoyo a los estudiantes y de unidad contra Temer?
En algunas ciudades los trabajadores estatales están en huelga; los estudiantes y la juventud ocupan escuelas y universidades. La juventud es el sector que está anticipando una lucha que involucra a toda la clase trabajadora. La CUT, la CTB y los grandes sindicatos hacen declaraciones sobre la “inspiración de los jóvenes”, de sus acciones y lucha, pero no hacen nada para apoyarlos en medio del chantaje y los ataques del gobierno y los grandes medios. Es necesario superar la parálisis de los sindicatos, superar los actos aislados de lucha y sin organización desde las bases. Cualquier acto o jornada de movilización en la actualidad debe hacer escuchar su voz de apoyo a los estudiantes.
La CUT, la mayor central de América latina dirigida por el PT, buscó mantener a toda costa una “oposición responsable” frente al golpe de la derecha, negándose a levantar un plan de lucha contra aquellos que secuestraron el voto popular y amenazaban avanzar contra nuestros derechos. Y continúan en esa posición, por temor a poner en movimiento un gigante en las calles que no puedan controlar: los trabajadores peleando por sus derechos. El PT teme más a la movilización de los trabajadores que a la derecha, con la cual sigue buscando negociar y salvar al partido de su decadencia.
El llamado a la “paralización nacional” convocada por la CUT para este 11/11 se resume a un tímido articulo en su site y un evento en Facebook, sin siquiera convocar a asambleas o reuniones en los lugares de trabajo, para discutir y preparar un verdadero plan de guerra contra los ataques anunciados. Una vez más la CUT muestra que no se propone dar esta pelea consecuente contra los ajustes de Temer. Sigue manteniendo desde hace décadas la misma práctica burocrática, inofensiva y criminal de mantener encorsetada la lucha, sin organizar desde las bases a los más de 23 millones de trabajadores que dirige, en las calles.
Las principales reivindicaciones de la movilización convocada para el día 11/11 son justas y correctas, como la lucha contra la enmienda constitucional que congela gastos sociales por 20 años (PEC 241), contra la reforma del sistema jubilatorio, entre otras. Sin embargo, el Frente Pueblo Sin Miedo y el Frente Brasil Popular, que participarán en la jornada, también levantan su propuesta de “directas ya”, que sirve para preparar la campaña electoral del PT, especialmente la de Lula, si pudiera finalmente presentarse en 2018. Plantean la posibilidad de elegir otro ajustador como Temer pero que cuente, a diferencia del actual gobierno, con la legitimidad el voto. Esta reivindicación no sirve para desarrollar y fortalecer la lucha de la clase trabajadora, en el sentido de cuestionar el conjunto del régimen político corrupto al servicio de garantizar las ganancias de los empresarios.
Por una jornada de solidaridad con los estudiantes que supere la política de la CUT y la CTB
Frente a las ocupaciones, muchos sectores educativos se preparan para parar el 11/11. La burocracia de la CUT, que dirige la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Educación, que reúne la totalidad de los sindicatos del sector en el país, tiene planteado organizar acciones para este fecha e incluso para el 25, frente a la convocatoria de Força Sindical. La lucha de los sectores educativos no puede quedar aislada de otros sectores de la clase trabajadora; si permanece aislada su pelea puede servir para señalar su “oposición a Temer”, pero insuficiente para derrotar sus ataques.
Es necesario impulsar métodos democráticos, como asambleas, reuniones de base para que los trabajadores tomen en sus manos la lucha contra Temer. El protagonismo de los trabajadores para organizar sus demandas, pero también sus formas de lucha (qué bloqueos, actos, cortes de calles hacer, etc.) son inseparables de poner en movimiento la fuerza que necesitamos para enfrentar a Temer. La burocracia sindical de la CUT y la CTB se opone a estos métodos porque busca ser una oposición que “no incendie al país”, se opone a las medidas del gobierno pero en “su justa medida”, en función de preparar el terreno para Lula hacia el 2018 y no al servicio de defender nuestros derechos.
Por otro lado, Força Sindical convoca una jornada de paralización nacional para el 25/11. Se pierde la oportunidad de hacer un llamado unificado que coordine las luchas en todo el país, en una sola jornada, que podría significar un duro golpe al gobierno ajustador de Temer. Esta división de la CUT y la Força Sindical les sirve para presentarse como activas pero ninguna se plantea poner en movimiento a los grandes batallones de la clase trabajadora. La falta de organización desde las bases es el complemento necesario en esta división. No alcanza con hablar de “huelga general” mientras se niegan a construir una verdadera lucha, unificada que golpee al gobierno y lo obligue a retroceder de sus ataques.
Participaremos desde los lugares de trabajo y en los actos de la movilización del 11/11 pues sus demandas son justas y correctas, pero lo haremos de forma independiente de la política de la burocracia sindical. Llevaremos nuestro apoyo a la juventud que ocupa escuelas y universidades, pues sabemos que la unidad de la clase trabajadora y la juventud puede ayudar a fortalecer la lucha contra Temer y superar los limites que las centrales sindicales vienen imponiendo a la resistencia contra los ataques patronales y del gobierno golpista.
Artículo original: CUT e Força Sindical chamam dias de paralisação separados, nenhum ato em apoio aos estudantes. A quem favorece a divisão?