La Ciudad de Buenos Aires es la más rica del país. Sin embargo, presenta los números más altos de contagiados y las desigualdades sociales más brutales. ¿Cuál es el rol que viene jugando la CTA Capital? Algunos de los sindicatos que nuclea realizaron un Facebook live titulado “A Larreta, se le cayó la careta”, donde no anunciaron ni una sola medida para defender a las y los trabajadores en medio la crisis. ¿Convivencia pacífica con el jefe de Gobierno de la Ciudad?
Lunes 27 de abril de 2020 17:20
Durante este mes de cuarentena se evidenció la cruda realidad. El sistema sanitario colapsa y ya llegan casos de infectados en los barrios populares, como en la Villa 20 y la 31, donde la población vive de forma hacinada.
Las familias trabajadoras que concurren a las escuelas mostraron que hay hambre y que los bolsones miserables que da el gobierno no alcanzan. Hubo infectados y trabajadores detenidos por reclamar medidas de higiene y seguridad en el Subte. Tercearizados de todo tipo, entre ellos los trabajadores de las telecomunicaciones, corren con el peligro de quedar en la calle y sufren rebajas salariales. Los salarios de pobreza, como el de muchos estatales, ya no alcanzan para llegar a fin de mes, además de que son los primeros en exponerse en los hospitales. Y los aeronáuticos, mostraron estar expuestos y se organizaron, pero siguen sin tener test, mientras la patronal aprovecha para despedir, suspender y reducir salarios .
Mientras tanto, parte de las direcciones sindicales porteñas nucleadas en la CTA, se dedican nada más a mostrarse en un simpático Facebook live.
El día miércoles 22, parte de la CTA Capital organizó un Facebook live titulado A Larreta, se le cayó la careta (sic), en el que estuvieron Angélica Graciano, Secretaria General de UTE-CTERA, Roberto Pianelli, Secretario General de la de Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), y Daniel Catalano, Secretario General ATE CAPITAL. Todos fieles representantes del gobierno de Alberto Fernández.
Con una leve tónica anti-Larreta por el escándalo de la compra con sobreprecios de los barbijos, ninguna de las intervenciones expresó las medidas que tomarían los sindicatos para hacer frente a la crisis sanitaria y económica que ya afecta a la mayoría de la población.
Con algunos chascarrillos como intervalos, y flores para el gobierno nacional, se podría decir que el rol más lamentable lo jugó quien dirige el subterráneo. Pianelli se animó a hablar de cierta irresponsabilidad frente a la pandemia por parte de los usuarios, y hasta de los propios trabajadores, mientras fue más que tibio con el jefe de Gobierno porteño y la empresa Metrovías, al decir que cumplen con las medidas de higiene necesarias. A los hechos hay que remitirse: al día siguiente, trabajadores iniciaron una medida de lucha exigiendo justamente que se aplique el protocolo, que se entreguen elementos de protección personal y de limpieza de calidad y en cantidad necesaria, que se amplíe el plantel de limpieza para que haya desinfección en todos los sectores, y tests para el conjunto de los trabajadores, ya que el día anterior se había confirmado el primer caso de Covid-19 en un trabajador de limpieza. La respuesta de la empresa y el gobierno fue arrestarlos, la de la dirección sindical, justificar el accionar de la empresa, y ni siquiera escribir desde la comodidad de su casa en la que se encuentra, un comunicado en repudio a la detención por parte de la policía de Larreta. Lamentable.
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A pesar de ésto, otros trabajadores decidieron realizar una asamblea y junto a Claudio Dellecarbonara, diputado electo por el FIT en la provincia de Buenos Aires y miembro del secretariado ejecutivo de AGTSyP y Leonardo Saraceni, delegado de tráfico de la línea B y parte de la agrupación Bordó, decidieron junto a sus compañeros parar la linea B y exigir la inmediata libertad de sus compañeros.
Graciano, por su parte, no dudó en mostrar como una conquista propia el bolsón miserable de alimentos que se le entrega a las familias hoy en las escuelas y que ya todos denuncian. No dijo por qué no es parte del amparo que presentaron familias, docentes y cooperadoras junto a Myriam Bregman y Alejandrina Barry del Frente de Izquierda, que obliga al gobierno a otorgar una alimentación saludable para los chicos y chicas de las escuelas públicas de la Ciudad, que ya tiene dos fallos a favor y que el gobierno se niega a cumplir. Se dedicó más bien a romantizar la cuarentena con frases como “en vez de educación a distancia estamos haciendo una educación que acorta las distancias” y que la clave es “buscar hacer de esta crisis un problema de aprendizaje, creando una pedagogía en situación”. Sería interesante que, en ese proceso de aprendizaje, aprenda justamente que son las propias familias de las escuelas las que engrosan los números de pobreza, mientras ellos tienen el sindicato docente mayoritario cerrado, imposibilitando y negándose a organizar una fuerza real con las propias familias, auxiliares y personal del comedor para enfrentar al gobierno hambreador de Larreta, como vienen proponiendo desde la agrupación docente 9 de abril.
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Catalano, por su parte, mencionó, así como al pasar, la muerte de un compañero por Covid-19, para decir que es “algo que va suceder y que no se puede evitar” y que la salida es intentar no enfermarnos (sic). No recomendamos que este sea parte del discurso hacia los miles de trabajadores de la salud que se exponen a diario, con casi nulos elementos de protección personal, testeos y falta de protocolos de procedimientos ante un profesional infectado y que buscarán expresarse en la jornada de protesta de este martes 28. Para esta jornada de lucha, llamativamente no convocan con contundencia a asambleas y paros para tener un plan de lucha real y efectivo, a la altura de la gravedad de la situación como propone la Agrupación Marrón Clasista.
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Larreta, el preferido
Como es marca registrada del gobierno porteño, se destaca el merchandising y las medidas de cotillón. Así como un verdadero cerco mediático a fuerza de billetazos. En una Ciudad de los contrastes, donde no escatiman en endeudarse cada vez más, mientras se continúan con los negocios de licitaciones, aumentan la cantidad de fuerzas represivas y benefician a empresarios, lo que se disputa ahora es sobre qué cuerpos recaerá la crisis de la pandemia en la ciudad más rica del país. Pero para responder eso, habría que resaltar la verdadera novedad que presenta el gobierno porteño de Cambiemos: ¡su muestra en sociedad junto a Alberto Fernández! Podría decirse que es porque tienen en común la preocupación del famoso humor social del “enemigo invisible”: la respuesta a la crisis de los sectores populares y el conjunto de las y los trabajadores. Y las direcciones sindicales afines ya tomaron partido.
Una salida por izquierda
Los números lo dicen todo: cae la economía, aumenta la inflación, la desocupación y la pobreza. Pero además, todos los días hay despidos, suspensiones y empresarios que además de ser “miserables”, buscan sacar provecho.
Para la etapa que se abre y que sólo avizora más y más penurias, se debe desarrollar todo tipo de organizaciones en cada lugar de trabajo y con el conjunto de los trabajadores y trabajadoras de la Ciudad y el pueblo pobre, para imponer otro programa, es decir, otra salida. En ese camino y para llegar a millones, es necesario recuperar las organizaciones sindicales para las y los trabajadores, exigiéndoles en primer lugar a sus actuales direcciones que se pongan al frente de pelear por demandas elementales frente a la pandemia.
Si no quieren pasar a la historia como los traidores, deberían encabezar la pelea contra los despidos, suspensiones y rebajas salariales, el cese del pago de la deuda externa para que la crisis no recaiga con mayor fuerza sobre los y las trabajadoras; y la necesaria centralización del sistema de salud, bajo control de sus trabajadores, y levantando también las demandas de las y los trabajadores no registrados, exigiendo medidas de seguridad e higiene e impulsar comités de organización. Y tomar en sus manos la propuesta que hace el Frente de Izquierda de un subsidio de $30.000, en base al impuesto a las grandes fortunas para todos los desocupados, monotributistas y trabajadores no registrados.
Por esa razón la defensa de la independencia política de los trabajadores en las batallas actuales y venideras, en oposición a la política de la colaboración con los empresarios y gobiernos, será fundamental para llevar las luchas obreras y populares con un programa que dé respuesta integral frente a la pandemia y la crisis capitalista.