Mucho se escribe desde distintos sectores políticos sobre la realidad y los problemas que tenemos los jóvenes en la actualidad. Porque si hay algo que no se puede ocultar es que cada vez es más la incertidumbre sobre el futuro. ¿Pero de qué nos quieren hablar esos sectores políticos cuando tratan “los problemas que tiene la juventud”?
Lunes 6 de febrero de 2023 00:16
Encontrar trabajo está cada vez más difícil, y si conseguís, tenes que estar miles de horas por un sueldo que con suerte, te salva la primera quincena del mes, a eso se le suma no saber si te vas a poder ir de la casa de tus viejos o en algunos casos si vas a tener que volver.
Incluso hasta se ve que quienes tienen la posibilidad de estudiar y recibirse, no tienen la estabilidad garantizada.
Desde cuando se dice que"la inflación es autopercibida en la cabeza de la gente", hasta cuando hablan de emprendedurismo, de “ser tu propio jefe”, que queda agachar la cabeza, es que se crean sentidos comunes que modifican la subjetividad de las personas.
Hay algo que no es casualidad y es que esos discursos tienen una intención política. Buscan despolitizar los problemas sociales para que se sientan y perciban como cuestiones individuales, y ahí es cuando aparece la frustración y la angustia frente a dificultades que van más allá de las decisiones que puede tomar uno. Es una cuestión ideológica que sirve a la naturalización de lo que vivimos todos los días, la idea de que no existe una alternativa distinta.
Como se desarrollaen esta nota del suplemento Armas de la Critica : “… porque las ideologías que surgen de las condiciones estructurales del capitalismo (a modo de justificación y encubrimiento de las desigualdades) tienden a entrar en crisis cuando se enfrentan a la continuidad de las desigualdades. Ningún emprendedor o emprendedora, que, corriendo detrás de la inflación necesite de otro trabajo, va a creer para siempre en el emprendedurismo. Se acumula más bien una profunda insatisfacción y bronca.”
Pero mientras algunos medios y dirigentes políticos quieren instalar la idea de que la juventud se volvió de derecha, no se puede ocultar que somos la generación que ve cómo este sistema está destruyendo el medio ambiente con las políticas de extractivismo y saqueo que se sostienen gobierno tras gobierno favoreciendo a millonarios y sus empresas. Que somos la generación de la marea verde que luchó y conquistó el derecho al aborto, que cuestionó y cuestiona el machismo naturalizado y que demostró que de manera colectiva y en las calles se cambian las cosas. Si no hubiese sido por las pioneras en la pelea por ese derecho y no se hubiese conquistado el aborto, hoy los que no creen en la fuerza de las mujeres, los trabajadores y la juventud en las calles estarían diciendo que sería en vano enfrentar a la Iglesia, al Estado y los partidos tradicionales.
Algo que nos enseñó la Historia es que nada de lo que vivimos es "natural", todo tiene un origen y contradicciones. Y es en momentos de convulsión social y crisis cuando surgen nuevas formas de pensar e inquietudes. Lo que nos distingue de varios siglos anteriores es que podemos entender el pasado y el presente de manera científica y sacar conclusiones.
Hay un capitalismo que cada vez más va a frustrar las expectativas de millones, existen fenómenos políticos por derecha y existen rebeliones de sectores de la sociedad que se cansan y encuentran en la respuesta colectiva una vía para expresar el descontento que también marca un camino opuesto, como lo que actualmente está pasando en Perú, Francia o Reino Unido. Por eso retomar la idea de que frente a los problemas sociales se tienen que dar respuestas colectivas es fundamental para la etapa que se viene. No para ir atrás de proyectos que plantean más de lo mismo, a lo sumo con un discurso más progre, sino para poner nuestras fuerzas en pelear una alternativa política socialista, desde abajo y que cuestione profundamente las raíces de lo que vivimos todos los días. Es la tarea que nos proponemos desde la izquierda.
