Con la aprobación de la CTNBio de Brasil al uso de una harina de trigo producida con la semilla transgénica HB4, resistente al peligroso agrotóxico glufosinato de amonio, se plantea el debate de cómo impactan estos anuncios en nuestro país, a la par que se enciende una alerta sanitaria desde el SENASA por la llamada peste porcina africana. Para charlar de estos temas nos comunicamos con Soledad Barruti, periodista y autora de los libros MalComidos y MalaLeche.
Viernes 12 de noviembre de 2021 14:01
🌾Acuerdo por TRIGO TRANSGÉNICO y alerta por PESTE PORCINA 🐷 | Hablamos con Soledad Barruti #AS - YouTube
Esta empresa desarrolla esta semilla transgénica cuya publicidad es que viene a hacer un trigo que sea resistente a la sequía. Sabemos que con el agronegocio avanza el cambio climático, el cambio del uso del suelo, todo se destruye y a medida que eso pasa el mismo sistema productivo busca soluciones dentro de esa misma matriz productiva, entonces desarrolla transgénicos para ver si crea soluciones para problemas que crearon. Esto lo hacen buscando en el medio desarrollar negocios perfectos como son los transgénicos que básicamente los hacen vender cada vez más venenos.
Y la segunda modificación de esta semilla no solamente hace que el trigo sea más resistente a la sequía que provoca el agronegocio, sino que además la hace resistente a un herbicida que se llama glufosinato de amonio. Este es más tóxico que el glifosato y obviamente muestra también como este campo y este modelo agrotóxico cada vez necesita más y peores insumos, porque es una idea absolutamente mentirosa que va a ser más saludable, un campo más sustentable y demás, jamás cumplieron eso. Lo que hacen es desarrollar más venenos para las mismas formas productivas demenciales que manejan.
Argentina es el primer país que desarrolla el trigo transgénico, necesitaba tener algún aliado exportador que lo aprobara también para poder comercializarlo. Porque que ningún otro país lo haya desarrollado no tiene que ver con que nosotros seamos unos genios de la ciencia y que acá se hizo algo que no se hizo en ningún lado, sino que tiene que ver con que los otros países tienen una precaución al momento de transgenizar uno de los alimentos más importantes que consume diariamente la humanidad occidental.
Entonces nuestro país lo hace, necesita un socio estratégico que lo haga también, ese socio es Brasil, que estuvo demorado por sus propios conflictos internos alrededor de esto y ahora como sabemos bajo un gobierno completamente atroz para pensar en cualquier forma de cuidado de la vida lo aprobó. Esto le da vía libre a Bioceres a mantener, expandir y continuar su negocio y este modelo tóxico que nos va a dejar cada vez con menos bosques, menos suelos, menos posibilidades, menos alimentos de verdad y con más enfermedades y todo lo que ya conocemos.
O sea, el modelo del agronegocio se basa en combos productivos donde la semilla es una excusa y el alimento es una excusa. Lo que ellos quieren vender y surge como una idea hace cincuenta años es venenos, fertilizantes, grandes maquinarias y un campo que en el medio de todo esto sigue alimentándose en base a petróleo y en base a un sistema energético que también deberíamos dejar atrás. No lo podemos hacer y esto es muy preocupante y desesperante.
Tuvimos la semana pasada en Chaco 700 personas intoxicadas directamente porque empresarios rurales los fumigaron y esto es algo que no salió en ningún lado, que no tiene la trascendencia nacional que debería tener porque es un modelo que está incorporado como parte de lo que sucede en un “interior del país” que se sigue viendo como un territorio vacío, vacío de personas, vacío de sentido, vacío de posibilidades que no sean las de arrasarlo todo con granos transgénicos para exportación.
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Hace muy poquito tiempo Brasil hizo un análisis de los productos que se encontraban en la góndola, o sea galletitas, panes… los productos que se suelen comprar, con los que la gente llena el changuito, y encontraron una cantidad de venenos enorme propagados alrededor de las grandes marcas que todas las personas consumen.
Y ahora se agrega un factor más a ese modelo de envenenamiento serial al que estamos siendo sometidos en un experimento que está saliendo muy mal, porque las personas están cada vez más enfermas producto de lo que comen y obviamente vamos a pensar también que al no rotular transgénicos, las personas cuando comen harina van a pasar a comer harina transgénica por default.
Lo cierto es que las granjas industriales son siempre un reservorio de pandemias. Las enfermedades que pueden salir de estas granjas son absolutamente incontrolables, lo que se está creando en esos lugares son caldos de cultivo de enfermedades. Animales hacinados, viviendo en condiciones deplorables, con sistemas inmunitarios por supuesto muy afectados. Imagínense como vemos en las imágenes, esas cerdas viven ahí durante toda su vida, encerradas en jaulas del tamaño de sus cuerpos, los cerdos viven todos hacinados, es un nivel de estrés que haría la vida algo imposible para cualquiera.
¿Cómo hace la industria para que esto se lleve adelante y para que el negocio prospere? Bueno, se introducen antibióticos y antivirales, cosas que hacen aún peor esta situación de muchos animales viviendo juntos y compartiendo sus microbios y eventualmente compartiéndolos con las personas con las que ahí trabajan, haciendo posible también que esos virus o bacterias resistentes salten del animal al humano en esto que se llama luego enfermedad zoonótica y que puede traernos problemas como los que estamos padeciendo en este momento en la humanidad. Es muy tremenda la situación, porque estamos viviendo permanentemente la profundización de un modelo que permanentemente nos está mostrando por todos lados que no cierra.
La verdad es que estamos ante una situación que es una calamidad y que va profundizándose a medida que se siguen desarrollando negocios que no toman en cuenta que nos queda muy poco tiempo para actuar en un mundo que se está desmoronando. Somos uno de los diez países que más deforesta en el mundo, ¿cuál es el plan ante eso? Ninguno. Desfinanciar la Ley de Bosques. Continuar quemando humedales. Es muy triste lo que estamos viviendo porque además en el medio las personas estamos cada vez más expuestas a enfermedades evitables, a un sistema alimentario que no nos da alimentos buenos y a productores que trabajan con elementos que también los están intoxicando. Yo veo muy desalentador el panorama en este momento.