La secretaria de Derechos Humanos del sindicato docente de Entre Ríos AGMER organiza, junto a muchos otros docentes, el trabajo solidario con más de 10 mil evacuados por las inundaciones.
Sábado 9 de enero de 2016
- Fotos: Sebastián Pittavino
La Izquierda Diario está en Concordia, una de las ciudadades entrerrianas más castigadas por las inundaciones. Allí, gran parte del trabajo solidario hacia los evacuados corre por cuenta de las propias organizaciones sindicales y de la comunidad. Soledad Coquet encabeza el área de derechos humanos de AGMER y es miembro de la Agrupaciín Isauro Vive. En esta entrevista habla de las tareas solidarias que llevan adelante desde el sindicato.
¿Cómo fueron los primeros momentos de la inundación?
Hasta el 23 de diciembre el río creció sin parar. Dice la gente de los barrios, que conoce las cotas de toda la vida, que en realidad llegó más de lo que dicen los comunicados oficiales. Todas las mañanas esperaban los comunicados oficiales donde informaban hasta donde había que evacuar.
Hicieron evacuar hasta la cota 18, aunque el río no llegó hasta ahí. El antecedente más cercano de otra inundación similar es del año 1959 que llegó a los 17 metros 90.
La gente no se quería ir, porque en realidad es muy violento todo, vos tenés que abrir las puertas de tu casa, tenés todo en cajas y esperás que entren a llevarse lo que puedan, como puedan, arriba de un camión.
Y después viene la otra cuestión, que es peor. Cuando el río baja y la gente regresa a sus casas y tiene un metro de mierda en las paredes y víboras por todos lados.
¿Nunca hubo un plan de contingencia para esas zonas inundadas?
Ahora dicen que sacarán toda cota 14, que es toda la zona de la costanera, que son barrios históricos, ferroviarios y toda la zona portuaria, donde viven los obreros que construyeron el resto de la ciudad.
Una vez inundados y autoevacuados, ¿qué hizo el Estado?
Sí hubo (aunque falta mucho en el aspecto sanitario) camiones y vacunadores que incluso iban a las escuelas. En una de las escuelas que trabajo hay evacuados y ahí nos vacunaron. Pero los focos infecciosos, que son las zonas inundables, es increíble.
Por el lado de las donaciones, hay mucho. El tema es cuáles son los criterios que están tomando para repartirlas. Eso no lo sabemos, no lo dicen. Y ya se habla que subsidios para los inundados no va a haber. Todo el mundo sabe que retornar a las casas no es solamente pintar la pared, desinfectar y ya está, porque con la inundación se arruinan techos, ventanas, pisos, aberturas, cañerías, griferías, todo. Entonces vos decís “bueno, me das un litro de lavandina y dicen que va a haber pintura”, pero el resto de la situación no está contemplada.
Les doy otro ejemplo. En Concordia, donde históricamente hay inundaciones, no hay un centro de evacuados como corresponde. Pero en 2012 se construyó un centro de convenciones que costó $ 50 millones.
Ahí te das cuenta que el dirigente político no está viendo al inundado como un igual, porque lo manda a una escuela donde no tenés agua ni ventiladores. ¿Por qué no lo llevás al centro de convenciones, que es un edificio lindo, nuevo, con aire acondicionado, donde funciona todo?
Donde sí se ve la solidaridad es del lado de “los de abajo”
También tira para atrás esta situación donde una familia opina “para qué voy a donar si después a la gente nunca le llega”. Es el mal manejo que ensucia todo el laburo solidario.
¿Cómo están sobrellevando esta situación los docentes?
La mayoría de las escuelas de la ciudad y la provincia -como supongo del país- tienen una infraestructura al borde del colapso. No podemos prender dos ventiladores a la vez porque salta la instalación eléctrica. En esa situación tenés viviendo a 20 familias, donde Bomberos puso duchas a la que te criaste, dos duchas en el baño de varones y cuatro en el de mujeres.
En la escuela Mariano Moreno hay 96 personas viviendo con 6 duchas, y es un barrio que históricamente tiene problemas en el suministro de agua potable.
La Yoya es una escuela relativamente nueva (que se hizo robándose la mitad de las cosas presupuestadas), y tiene un tanque que puede abastecer de agua potable a todo el barrio si hay un corte. Pero le pusieron bombas como para una casa particular, entonces nunca se llega a cargar y ellos mismos se quedan sin agua.
Y así están todas las cosas. Desde que Busti fue gobernador, hablamos de hace más de 20 años, no se pone un peso en las escuelas. Si los colapsos se ven con los pibes adentro de las escuelas, más se van a ver con familias enteras.
Hoy los docentes en Concordia no tenemos vacaciones, tenemos turnos de trabajo. Nos vapulean todo el año y aún tenemos que seguir. Una lo hace igual, y el peso mayor recae sobre los directivos que los obligan a estar ahí, los hacen ser responsables de la institución y están viviendo prácticamente en las escuelas. Hay coordinadores de emergencia que cobran -como debe ser- pero a los docentes que somos la mayoría no nos dan ni un plus. Esas son las cosas que marcan las desigualdades sociales y de clase.
¿Cómo organizaron la solidaridad desde AGMER?
Entonces hubo escuelas que empezaron a organizarse la comida ellos. Y nosotros empezamos a hacer reuniones, juegos para los gurises, pasar películas, empezaron a venir artistas y todo el que quería venía a hacer su propuesta.
Cuando la directora departamental de escuelas hizo una reunión con los directivos, y dijo que la gente que está en las escuelas hasta marzo no va a volver a sus casas definimos que íbamos a tener que hacer una organización distinta y sostenida en el tiempo. Y en marzo encima arrancar con las clases.
Acá habíamos avisado que para quien quisiera tendríamos la seccional abierta, para tener donaciones de forma local, porque teníamos compañeros docentes evacuados. Pero después se transformó en esto. Los distintos departamentos empezaron a donar, de distintas provincias. O la donación de Nicolás del Caño, del FIT, de 50 mil pesos en mercadería que lo trajeron 10 jóvenes de Rosario. También vino gente del MST de Paraná. O sea, empezó a tomar volúmenes que uno tampoco imaginaba, de gente que no venía por la foto sino que se ponía a laburar.
Vos además militás en una agrupación docente
¿Qué opinás del Comité de Crisis que formó el gobierno?
Pero realmente tuvimos una mala experiencia, porque obviamente uno no tiene maldad ni experiencia en algunas cosas. Cuando estaba entrando uno de los primeros camiones para el sindicato a Concordia, nos comunicamos con el Comité y nos dijeron que lo llevemos al Regimiento. Cuando llega el camión le dicen que ahí no había lugar y aparece una supuesta asistente social (que nunca se identificó y que después supimos a través de fotos y conocidos que era una puntera del PJ) que trata de desviar el camión. Como el camionero no sabía llegar una chica de la agrupación subió al camión para acompañarlo y vio que el lugar donde la mujer nos mandaba a descargar era una casa particular. Entonces ella dijo que para eso lo lleven al sindicato que por lo menos es una institución.
Eso no pasó solamente con el nuestro sino con un montón de camiones. Así que decidimos que lo organizamos nosotros, lo administramos nosotros y lo repartimos nosotros. El criterio que estamos tomando es repartir entre docentes afiliados y no afiliados, autoevacuados, familiares en situación de inundación de otros barrios que no son docentes, que son trabajadores igual que nosotros, ocupados o desocupados.
Lo que sí aclaramos es que no somos Acción Social del gobierno, que son los que deberían estar dando a la gente todo lo que necesita. Lo que estamos haciendo es tapar un bache a medias de un Estado ausente. Obviamente el caudal de donaciones que manejamos no tiene nada que ver con la cantidad de donaciones que está haciendo todo el país, pero apelamos desde lo más ingenuo que uno tiene, a la buena voluntad para que las cosas que se donaron se entreguen.
Tenemos muchos compañeros docentes inundados de los cuales tenemos un registro y llamamos cotidianamente para ver qué necesitan. Sobre todo lo que necesitamos es agua envasada porque el agua de red no se puede tomar.
¿Qué podés decir de de los otros inundados, los “del campo”?
Todo el noreste está desforestado a mansalva, entonces por ahí vos escuchás que dicen “esto es una catástrofe natural, porque nosotros no cuidamos el medio ambiente” pero la capacidad que yo tengo de talar un árbol con mis dos manos no es la misma que tiene una multinacional que va a venir y va a arrasar hectáreas enteras en un minuto.
Entonces hay cuestiones que son una definición política. Hay quintas históricas de Concordia, del otro lado de la represa, que se inundaron como las de Urribarri, y vos pensás “qué bueno, así sabe lo que es inundarse”, pero la verdad es que no, porque la CTM dice en todos los diarios que programó la inundación de ellos para salvar la ciudad y uno puede pensar “que buenos que son, van a perder toda su producción para salvar la ciudad”, y en realidad lo que no dicen es que al ser una inundación programada la CTM los indemniza y como es binacional lo hace en dólares. A Urribarri lo van a indemnizar en dólares, a los Salerno y a toda esa gente que conocemos. Pero de este lado no hay subsidios, acá sólo están entregando un litro de lavandina.
¿Qué opinión personal tenés sobre esta situación?
Creo que la función que vamos a tener en este momento es no dejar que la gente se confunda en esta pelea entre el gobierno nacional del PRO y la gobernación kirchnerista. Esa es una de las primeras batallas que tenemos que dar, porque es claro que los trabajadores no somos ellos, ellos no van a salir por nosotros.
Es muy importante empezar a ver que somos una clase y tenemos intereses contrapuestos, y que entonces no nos representan. Ese será un buen punto de partida, empezar a reconocernos desde ese lugar.
* Soledad Coquet recomienda el documental “Operación olvido”, que trata sobre la inundación de 2009 en la ciudad de Concordia. El mismo se puede ver a través de Youtube