La Secretaría de Trabajo (ex Ministerio) dependiente del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, ha sido puesta bajo la órbita del grupo Techint. Ernesto Rona y Miguel Angel Ponte son los pivotes del grupo económico cuya finalidad es avanzar en la reforma laboral y la liquidación de toda expresión de democracia obrera para permitir la dictadura de los empresarios.
Facundo Aguirre @facuaguirre1917
Martes 16 de enero 16:30
Un hombre clave de Techint en la Secretaría de Trabajo es Ernesto Rona, sin designación oficial, fue empoderado por Pettovello, para llevar adelante el desguace de la nueva estructura ministerial, prometiendo dejar en la calle al 30% de la planta laboral actual. El hombre entrenado en la multinacional de Paolo Rocca, ya fue funcionario de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, como encargado de aplicar un sistema persecutorio de presentismo a los docentes. Pero lo más jugoso del historial de Rona fue que se desempeñó durante 38 años como responsable de RRHH de Techint. Ingresó al cargo en mayo de 1978, mientras la empresa colaboraba con los militares en la desaparición de sus trabajadores. Los números fríos dicen que 275 trabajadores del grupo Techint fueron desaparecidos, en Dalmine/Siderca, donde supo iniciar sus tareas Rona como “auditor operativo” y “Jefe de sistemas”, 60 compañeros fueron marcados, secuestrados y desaparecidos. En 1979, durante una importante huelga, volvieron a ser perseguidos. Incluso en 1980 continuaron las desapariciones.
Vale recordar que Campana cuenta con 230 casos denunciados de desapariciones de personas y un total de diez centros clandestinos de detención registrados. Todos financiados por Techint. Los terrenos de Siderca fueron cedidos por Paolo Rocca al Ejército y pasaron a ser de su “jurisdicción”. El Club Deportivo Dálmine, financiado por la familia Rocca fue puesto a disposición de los militares, a la vez que les cedieron el uso del puerto de la compañía para embarcar detenidos. El edificio Catalinas que Techint tiene en el barrio porteño de Retiro, era usado para reuniones de la cúpula castrense. A cambio las fuerzas armadas controlaban a los trabajadores y los mantenían amenazados dentro del predio industrial. Muchos trabajadores que permanecen desaparecidos, fueron secuestrados en las puertas de las fábricas. En general los mandaban a llamar para que dejen sus trabajos y se acerquen a la portería.
Un ideólogo de la explotación como orden natural
Pero a ciencia cierta el ideólogo designado por el grupo Techint para llevar adelante la ofensiva contra la clase trabajadora es Miguel Angel Ponte, quien desembarca en la Secretaría de Trabajo a cargo de Omar Yasin. Ponte fue director de Recursos Humanos de Ternium-Siderar y durante el gobierno de Mauricio Macri, ocupó la Secretaría de Empleo del Ministerio de Trabajo bajo el mando de Jorge Triaca y, en el último tramo, en la órbita del ministro de Producción, con Dante Sica, hasta su renuncia, en enero de 2019.
Ponte es el ideólogo de la fallida reforma laboral del gobierno de Cambiemos. En aquellos debates, el ex CEO de Techint, definía que para los empresarios “incorporar o despedir personal debería ser algo natural para las empresas como comer y descomer” o que “las contribuciones patronales deben ser acordadas por las partes, no obligatorias”. En un artículo de La Izquierda Diario (11/01/2017) señalabamos que Ponte “no ha hecho más que manifestar el principio de la clase capitalista que como citara Karl Marx enunció Thomas Hobbes: “El valor o el mérito de un hombre es, como en las demás cosas, su precio, es decir, lo que se daría por el uso de su fuerza”. La fuerza de trabajo no es más que una mercancía que el capital usa y descarta a su antojo. Triturados por la maquinaria capitalista, los cuerpos proletarios pueden ser desechados como población sobrante y de esa manera presionar sobre el obrero empleado a aceptar las condiciones patronales para fijar el precio de la fuerza de trabajo (...) Es esta relación la que se presenta como del orden natural de las cosas, como parte del proceso digestivo del capital. Pura ideología, la excrecencia parasitaria del cuerpo social son los patrones”.
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De industriales del fascismo italiano a Campana
No está demás recordar que la empresa encabezada por Paolo Rocca tiene en su origen dinero sangriento de la dictadura fascista de Benito Mussolini. Agostino Rocca, su fundador, tuvo a su cargo la Coordinación de Industrias en el gobierno “il Duce”. Cuando el líder fascista fue fusilado y exhibido en la Piazza de Loreto de Milán, en abril de 1945, Agostino emigró a la Argentina donde radicó su primera fábrica en la ciudad de Campana (Dálmine/Siderca), un emprendimiento de tubos sin costura para uso militar y de la industria petrolera que tuvo un crecimiento exponencial amparado por las compras del Estado. El fallecido Victorio Paulón recordaba que, los negocios con el Estado le brindaron a Techint “estrechos vínculos con los militares y la empresa participó en el apoyo logístico y la confección de listados para facilitar la represión a los sindicalistas de sus fábricas. Esa responsabilidad fue ventilada en sucesivos juicios de lesa humanidad sin que haya condena hasta ahora”.
Ponte y Rona, en la Secretaria de Trabajo, no hacen más que intentar llevar adelante el programa de los grandes monopolios contra la clase trabajadora: la destrucción de las leyes laborales; el desguace de todos los programas e institutos que pudieran significar alguna regulación sobre la explotación de la fuerza de trabajo; la liquidación lisa y llana de la organización de los trabajadores en los centros de trabajo, tal como señala la Ley Ómnibus que busca prohibir las asambleas de trabajadores y penalizar el derecho de huelga. En la planta del Estado busca borrar de un plumazo la carrera administrativa modificando el pase a disponibilidad que, con la aprobación de ésta ley, pasaría a ser la excusa para desvincular personal de planta permanente.
Techint busca montar una Secretaria de Trabajo que imponga las condiciones de la dictadura patronal.
Facundo Aguirre
Militante del PTS, colaborador de La Izquierda Diario. Co-autor junto a Ruth Werner de Insurgencia obrera en Argentina 1969/1976 sobre el proceso de lucha de clases y política de la clase obrera en el período setentista. Autor de numerosos artículos y polémicas sobre la revolución cubana, el guevarismo, el peronismo y otros tantos temas políticos e históricos.