El pasado sábado 6 de febrero habitantes de Tepatitlán de Morelos salieron a las calles a exigir justicia por el asesinato de dos jóvenes y por la salida del ejército del municipio.
Viernes 12 de febrero de 2016
El pasado 29 de enero fueron encontrados con huellas de tortura los cuerpos de Luis Enrique Machuca Martín y Abraham Rodríguez Martín de 19 y 20 años respectivamente. Se encontraban desaparecidos desde hacía dos días cuando fueron detenidos en una finca, dentro del fraccionamiento Santa Mónica por parte de elementos de la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA).
El primero de febrero fueron puestas dos mantas en diferentes puntos de la ciudad en las que se podía leer “En Tepatitlán estamos cansados de los abusos y homicidios por parte de los militares. Que se les castigue. Exigimos justicia y no los queremos en las calles. Aquí no hay guerras”. Días después, el sábado 6 de febrero, cientos de personas salieron a las calles con la misma exigencia.
Tepatitlán de Morelos es uno de las municipios ubicados en la región de los Altos Sur del estado de Jalisco, que se encuentra fuertemente militarizado desde la llegada al estado de más de 10 mil efectivos militares en el marco del “Operativo Jalisco”.
Militarización en Jalisco
Lo sucedido en días pasados trae a la mesa la discusión sobre la militarización en Jalisco y sus terribles efectos.
Con miles de desaparecidos en el estado, con 151 mujeres asesinadas tan sólo el año pasado, con una Fiscalía General que realiza cremaciones sin la previa identificación de los cuerpos que han sido encontrado por cientos en fosas clandestinas, con un “Operativo Jalisco” que al primer día de ser puesto en marcha dejo al menos 7 personas muertas, 4 enfrentamientos y 39 bloqueos, no podemos pensar que la militarización es la salida adecuada para los sectores populares.
Está documentado que los procesos de militarización disparan las cifras de desapariciones, ejecuciones extrajudiciales y de los feminicidios.
Lo que se está expresando hoy en Tepatitlán de Morelos no es un hecho aislado: son los efectos de la política de militarización que comenzaron con los gobiernos panistas y que el regreso del PRI ha decidido mantener y profundizar.
La política de militarización que significa la salida de los militares a las calles y el fortalecimiento de los cuerpos represivos no ha traído como consecuencia la erradicación de la violencia y del “crimen organizado”, como plantea el discurso oficial por el contrario ha significado una guerra contra el pueblo trabajador, las mujeres y la juventud.
Hoy en Jalisco, como en gran parte del territorio nacional es parte de la realidad las fosas clandestinas, la violencia contra los de abajo, los abusos por parte de los militares y los cuerpos represivos y los feminicidios, todo esto sin justicia para las víctimas.
Las movilizaciones en Tepatitlán, que llevan como consigna la salida del ejército del municipio, deben ser abrazadas por amplios sectores de la población. Es de suma importancia que todo el descontento que se vio reflejado a partir de la desaparición de los 43 normalistas, levante la exigencia de que regresen los militares a los cuarteles, abajo la militarización del país y contra este régimen asesino y sus planes.
